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El Consejo de Finanzas portugués augura una reestructuración de la deuda en junio

La presidenta de este organismo de control presupuestario afirma que la iniciativa partirá de la Comisión Europea

El ministro galo de Finanzas, Michel Sapin (i), y su homólogo luso, Mario Centeno (d)
El ministro galo de Finanzas, Michel Sapin (i), y su homólogo luso, Mario Centeno (d)A. KOSTERS (EFE)

La presidenta portuguesa del Consejo de Finanzas Públicas (CFP), Teodora Cardoso, se ha mostrado convencida de que el próximo mes de junio habrá una reestructuración de la deuda del país pero ésta se realizará por iniciativa de la Comisión Europea y no por el Gobierno luso, según ha señalado en un reciente encuentro con corresponsales extranjeros en Lisboa.

El Gobierno portugués no quiere hablar de reestructurar nadar, pero sí sus socios parlamentarios, PC y el Bloco de Esquerda, que es una de sus ideas bandera. “El problema de Portugal es la deuda externa. No podemos ser optimistas. En el caso de una desaceleración internacional somos los más vulnerables”, señala Cardoso, presidenta del CFP, un organismo que se encarga de vigilar la política presupuestaria.

La presidente de Consejo de Finanzas ha desmentido un día después de publicarse la entrevista que dijera que en junio habrá una reestructuración de la deuda de Portugal, y sí que en junio “pueda ocurrir un debate en la Unión Europea sobre el problema de la deuda, suscitado por la Comisión, a propósito de cuestiones en torno de la deuda de Grecia”.

“Hasta la entrada del euro, la deuda no fue un tema prioritario para la Unión Europea; lo dejó en segundo plano porque de lo contrario países como Bélgica o Italia no hubieran entrado”, indicó.

Cardoso pone condiciones a la reestructuración: “No puede hacerse como una medida aislada, sino como parte de un programa donde se garantice un cambio de política presupuestaria para que no sea solo una forma de ganar tiempo, que es lo que tradicionalmente ocurre con Argentina”.

La reestructuración será una iniciativa de la propia la Comisión Europea, asegura Cardoso, “primero porque es una exigencia en la renegociación del programa de rescate con Grecia, en el mes de junio. A cambio de nuevos plazos e intereses tiene que haber un compromiso para crecer y no solo para gastar porque eso solo crea más deuda, como hemos visto. Hay que ser conscientes que, de una forma o de otra, la deuda siempre se paga”.

Azote del Gobierno 

La técnica Cardoso se ha convertido en el pepito grillo del Gobierno que esté en funciones, ahora socialista. En estos días se encuentra en el ojo de una tormenta desatada de la derecha a la extrema izquierda parlamentaria por decir que “hasta cierto punto, hubo un milagro” en rebajar el déficit del previsto por el Gobierno del 2,4% al 2,1%.

“Milagros solo hay uno, en Fátima”, saltó el católico y presidente de la República Marcelo Rebelo de Sousa. “La reducción del déficit fue un esfuerzo muy grande de los portugueses”.

Luego siguió el primer ministro António Costa: “Hay que reconocer el monumental fallo de todas las previsiones del CFP a lo largo de 2016. El Gobierno hizo bien su trabajo, quien hizo malas previsiones hizo mal su trabajo”.

El portavoz económico del PC, Miguel Tiago, no solo propuso el cese de Cardoso sino la propia eliminación del organismo de fiscalización de las finanzas públicas.  “El milagro es que Teodora Cardoso siga teniendo el sueldo y el puesto que ocupa”, señaló.

Pero la cifra del déficit ha dejado en mal lugar hasta al mismo ministro de Finanzas, Mário Centeno, que había anunciado un déficit del 2,4% o pronosticado una deuda del 125% cuando ya va por el 130%.

Cardoso se justifica porque a mitad de año las cifras eran malas y así lo advirtió el Consejo europeo de julio. “El Gobierno tomó medidas drásticas para corregir la tendencia. Una de ellas fue la amnistía fiscal de final de año, aunque el Gobierno no la llamó así; pero la principal medida fue la fiscalización de los presupuestos de cada ministerio, con un parón de la inversión pública y un aumento de los atrasos en los pagos”. Al final ese control absoluto se pasó de frenada, y el déficit cayó al 2,1%, pero Cardoso no cree que esas medidas sirvan para este año.

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