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OHL suelta lastre para salir a flote

La constructora de Villar Mir ha vendido activos por más de 2.000 millones para limpiar su deuda y ponerse a salvo de posibles opas

Ramón Muñoz
Recreación del proyecto Canalejas, que se inaugurará en 2019.
Recreación del proyecto Canalejas, que se inaugurará en 2019.

OHL suelta lastre para salir a flote. La constructora de Villar Mir necesita fondos para reducir su alarmante deuda, pero también para obtener financiación para acometer los últimos proyectos adjudicados, como varias autopistas en Perú, Chile o Estados Unidos. La sociedad también precisa tapar los agujeros que le han causado proyectos fallidos en el extranjero, por los que tiene que afrontar penalizaciones. En apenas un año y medio se ha desprendido de activos por más de 2.000 millones de euros.

El último capítulo de este proceso desinversor ha sido la venta por 225 millones de euros del 50% del proyecto Canalejas, un complejo de viviendas, hoteles y tiendas -llamado a ser “el más lujoso y caro de Madrid” en palabras del propio Juan Miguel Villar Mir- en un conjunto de edificios históricos del centro de Madrid. El comprador ha sido el empresario israelí Mark Scheinberg, fundador de la firma de póker online PokerStars y uno de los mayores multimillonarios de Canadá.

La venta de la mitad del complejo de lujo de Madrid, que ha generado una plusvalía de 82,85 millones de euros, puede ser solo el preludio de otra mayor porque la corporación Villar Mir, junto con su participada OHL, se han comprometido a tener el control del proyecto hasta que se inaugure a principios de 2019.

Ajuste de plantilla

El proceso de reestructuración de OHL también ha afectado a su plantilla que se ha reducido en más de 4.000 trabajadores en un año, hasta reducir el total a los 24.000 empleados, de los que un 35% trabaja en España y el resto en el extranjero.

Pero el grupo baraja acometer un nuevo ajuste de plantilla en España en el marco del plan estratégico actualmente en marcha, que tiene como principales objetivos la reducción de costes y el aumento de la rentabilidad. El nuevo ajuste afectaría, al menos, a 200 empleados del área industrial del grupo, pero también se puede extender a la división de construcción, que emplea a 1.200 trabajadores.

La operación se enmarca en el plan de desinversiones que tanto el Grupo Villar Mir como OHL pusieron en marcha el pasado año ante la urgencia por el desplome de la cotización y la presión de las agencias de calificación Moody’s y Fitch, que han puesto la deuda de la constructora a nivel del bono basura.

El grupo inició a finales de 2015 ese proceso con la venta del rascacielos Torre Espacio al grupo filipino Emperador, el mayor fabricante de licores de Filipinas, por 558 millones de euros. Ya en 2017, se ha desprendido de las doce centrales hidroeléctricas con las que contaba en España, por 255 millones de euros, y ha reducido hasta el 1,7% la participación del 24% que llegó a tener en Colonial.

Paralelamente, OHL no dudó en desprenderse del 28% de Metro Ligero Oeste de Madrid, en septiembre de 2016, en una operación por 101,7 millones de euros, y a finales del pasado año se deshizo del complejo turístico de lujo Mayakobá de México por un importe de 218 millones, y unas plusvalías de 71 millones. Su filial mexicana vendió un 24% de su participación en la mayor autopista de México al fondo IFM por 400 millones de euros. Aunque su desinversión más importante ha sido liquidar completamente la participación con que contaba en Abertis, donde llegó a tener un 19% del capital, con varias ventas que le han supuesto unos ingresos de más de 1.600 millones de euros.

El vaivén de la cotización 

El proceso acelerado de ventas de OHL se ha reflejado directamente en su cotización. Desde que el 5 de agosto de 2016 tocara fondo tras marcar un mínimo intradía de 1,73 euros por título, la acción se ha recuperado hasta casi duplicar su valor (+90,7%) y cerró en la sesión del viernes en 3,30 euros.

Tuneladora de OHL para excavar un túnel bajo el río Vístula, en Gdansk (Polonia).
Tuneladora de OHL para excavar un túnel bajo el río Vístula, en Gdansk (Polonia).

A la constructora le han pesado en sus cuentas sus proyectos fallidos que han acabado en disputas legales o arbitrajes internacionales, como el Hospital de Chum (Montreal), el Hospital de Sidra, el túnel del Bósforo (Turquía) o la sanción impuesta por la Comunidad de Madrid por el proyecto Cercanías Móstoles-Navalcarnero, filial del grupo en concurso de acreedores tras verse paralizada la conexión ferroviaria.

El proceso de ventas va a continuar. OHL ha puesto el cartel de “se vende” en una filial de traviesas en República Checa y en varias autopistas latinoamericanas. Pero los analistas se preguntan si esas inyecciones de capital servirán para detener una operación, amistosa u hostil, sobre el propio capital de OHL. El grupo chino HNA ya intentó el asalto en 2016 y, con las cuentas más saneadas, y la acción aún baja, no son descartables nuevos intentos de compra.

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Sobre la firma

Ramón Muñoz
Es periodista de la sección de Economía, especializado en Telecomunicaciones y Transporte. Ha desarrollado su carrera en varios medios como Europa Press, El Mundo y ahora EL PAÍS. Es también autor del libro 'España, destino Tercer Mundo'.

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