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Euskatel, R y Telecable tantean unirse para crecer

Euskaltel analiza la adquisición de Telecable, en plena digestión de la gallega R

Pedro Gorospe
Una empleada de Euskaltel en una tienda de San Sebastián.
Una empleada de Euskaltel en una tienda de San Sebastián.JAVIER HERNÁNDEZ

El mercado da por casi cerrado el acuerdo entre Euskaltel y R, con la asturiana Telecable, como la forma más lógica de completar el mapa de los operadores de cable de la cornisa cantábrica. Las empresas, sin embargo, siguen jugando su particular partida de ajedrez. Aunque son conscientes de que mejor juntas que separadas, y saben que entre las tres -Euskaltel y R ya están fusionadas- accederían a un negocio potencial de más de 700 millones de euros, con posibles beneficios antes de impuestos de en torno a 300 millones, el operador vasco no tiene prisa. Menos todavía desde que el grupo británico Zegona, propietario de Telecable, fracasó en su intento de crecer con la compra de Yoigo, que finalmente cayó en manos de Másmovil. 

Euskaltel y R siguen avanzando en su integración mientras insisten en que "no hay nada nuevo" en el acercamiento a Telecable. A finales de mes presentarán el resultado consolidado de 2016 después de que en el primer semestre el grupo Euskaltel ofreciera muy buenas cifras. El beneficio neto fue de 30,2 millones de euros y sus ingresos de 286 millones -frente a los 161,7 millones que obtuvo Euskaltel en solitario en el primer semestre de 2015.

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Telecable, por su parte también mejoró su cifra de negocio un 4,4% en el primer semestre de 2016, hasta alcanzar los 69,2 millones de euros. No le sucedió lo mismo a Zegona, su propietario, que registró unas pérdidas por importe neto atribuido de 2,38 millones de euros en el mismo periodo, pérdidas que la compañía atribuyó en parte a la fallida adquisición de Yoigo.

La pregunta que se hacen en cada una de las dos firmas es quien puede aguantar más en el tiempo cuando uno de los objetivos de los fondos de capital riesgo es rentabilizar su inversión y lograr las máximas plusvalías. Los fondos desplazaron del accionariado de los tres operadores a las cajas de ahorro -salvo Kutxabank, que surgió de las tres cajas vascas y es el accionista de referencia de la suma de Euskaltel y R- y no se caracterizan por la paciencia a la hora de lograr beneficios.

Fuentes del sector explican que los principales problemas de la operación de compra de Telecable por parte de Euskaltel y R, son la valoración económica de la operadora asturiana, -que fue comprada por Zegona por 640 millones de euros-, y el futuro reparto de poder y capital en la sociedad resultante. Kutxabank mantuvo su condición de socio de referencia tras la salida a Bolsa de la cablera en 2014 y tras la operación de compra de R. Kutxabank tiene además el 25% de las acciones del grupo Euskaltel, que luce una capitalización bursátil de 1.300 millones de euros.

Cualquier operación tiene que pasar por Euskaltel ya que los estatutos fijan que para aprobar una operación corporativa, esta debe recibir el apoyo del 75% del capital en la junta de accionistas. En el capital de Euskaltel, el accionista de referencia es Kutxabank con más del 25% de las acciones, seguido del grupo March con un 10% y de Corporación Alba con el 5%.

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Sobre la firma

Pedro Gorospe
Corresponsal en el País Vasco cubre la actualidad política, social y económica. Licenciado en Ciencias de la Información por la UPV-EHU, perteneció a las redacciones de la nueva Gaceta del Norte, Deia, Gaur Express y como productor la televisión pública vasca EITB antes de llegar a EL PAÍS. Es autor del libro El inconformismo de Koldo Saratxaga.

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