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EE UU acusa a Fiat Chrysler de falsear las emisiones

El fabricante de coches habría desarrollado un sistema electrónico para esquivar los controles

El nuevo pickup RAM de Fiat Chrysler
El nuevo pickup RAM de Fiat ChryslerEFE

El escándalo de los motores trucados toma una nueva deriva en Estados Unidos, con un nuevo protagonista. La agencia encargada de la protección del medio ambiente (EPA) acusa ahora al grupo Fiat Chrysler de haber desarrollado un sistema informático que permite engañar los controles a las emisiones. El dispositivo, que según el regulador tenía un propósito similar que el diseñado por Volkswagen, se instaló en 104.000 vehículos de gran cilindrada equipados con motores diésel. El grupo automotriz asegura que cumple las reglas y lamentó que se tracen paralelismos.

Las acciones de la multinacional que dirige Sergio Marchionne se desplomaron más de un 18% tras el anuncio de la EPA, que se conoce un día después de que Volkswagen fuera multada con 4.300 millones de dólares por el fraude y seis de sus antiguos ejecutivos imputados.

En su caso los vehículos que equipan el dispositivo son camionetas del tipo pickup y todocaminos. Chrysler responde a las alegaciones diciendo que sus coches cumplen con las directrices medioambientales. "Tenemos la conciencia tranquila", afirmó el ejecutivo, al tiempo que explicó que el programa tiene como objetivo proteger el motor en determinadas circunstancias.

Los modelos que según la EPA violan la Clean Air Act son el Dodge Ram 1500 y Jeep Grand Cherokee. Se vendieron en 2014, 2015 y 2016, por lo que son nuevos. Los dos están pendiente de certificación para el modelo 2017. La agencia no solo indica que no respetaron los límites, sino que la compañía no comunicó la existencia de ese sistema que permitía evitar las emisiones.

La acción de la EPA tiene lugar a una semana del cambio de administración en Washington. Cynthia Giles, la funcionara a cargo de supervisar que se cumple la normativa, advierte que este tipo de dispositivos pueden tener efectos muy dañinos para la salud. “Todos los fabricantes deben cumplir las reglas y seguiremos actuando para que las compañías sean responsables”, añade, al tiempo que denuncia que este tipo de trucos dan una ventaja competitiva que califica de “injusta” e “ilícita”.

La dimensión del fraude no llegaría al tamaño del engaño de Volkswagen, pese a que el Ram y el Grand Cherokee son modelos con una gran demanda. El fabricante alemán era de lejos el mayor vendedor de utilitarios con motores diésel en EE UU. En su caso, el dispositivo para evitar los límites a las emisiones se instaló en 600.000 vehículos, en su mayoría de pequeña cilindrada. El fraude tuvo además una dimensión internacional, con 11 millones de coches afectados.

Marchionne niega la mayor

La EPA inició una profunda investigación del sector en septiembre de 2015, tras destaparse el escándalo en Volkswagen. En paralelo se reforzaron los controles a los coches que están en circulación y se endurecieron los requisitos para poder obtener los certificados para los nuevos modelos que saldrán al mercado. Fiat Chrysler, a diferencia de Volkswagen, niega haber cometido una irregularidad y anticipa que dará la batalla con la próxima administración.

Marchionne insiste en que la maniobra "no tiene sentido" y rechaza que se le compare con Volkswagen, "que apestaba a ilegal". Las acciones de Fiat Chrysler tuvieron que ser suspendidas a la espera de conocer el detalle de la acusación. Al retomar la cotización recuperaron la mitad de lo perdido. La compañía se enfrenta a una multa máxima de 4.630 millones de dólares, de acuerdo con los cálculos de la EPA, que utiliza como base una sanción de 44.540 dólares por vehículo que incumple la norma.

Esa multa se recortará pero el gran temor de Fiat Chrysler es cómo afectará la decisión de la EPA a las ventas para estos modelos. Si el caso Volkswagen sirve de precedente, el fabricante alemán acabó renunciando hace una semanas a comercializar nuevos coches con motores diésel en este mercado porque ve imposible recuperar el terreno perdido. Hay otros fabricantes, como Volvo, que ya renunciaron y Mercedes-Benz analiza si merece la pena seguir.

Marchionne, que no ocultó su rabia durante la conferencia de prensa, llegó a decir que la EPA tiene una "visión beligerante" hacia los automóviles y en concreto el diésel por la interpretación que está haciendo de las reglas. El Departamento de Justicia está colaborando en la investigación por si tuviera que depurar responsabilidades penales. El ejecutivo de Fiat Chrysler concluyó diciendo que "no hay nadie tan loco" en la compañía como para desarrollar tal sistema.

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