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El ingenio al servicio del petróleo

Cisternas Cobo inventa un modelo de fácil ensamblaje y mantenimiento para ganar mercado dentro y fuera de España

Imágenes de la planta de producción de Cisternas Cobo en la localidad cántabra de Guarnizo. 
Imágenes de la planta de producción de Cisternas Cobo en la localidad cántabra de Guarnizo. 

El transporte de productos petrolíferos es ya una actividad peligrosa, y más aún en tiempos de crisis. Lo sabe bien la empresa cántabra Cisternas Cobo, que, pese a encabezar el negocio del transporte, fabricación y mantenimiento de camiones cisterna, quedó al borde del colapso en los peores años de la Gran Recesión. Pero la empresa se negó a morir y se inventó un vehículo fácil de llevar a cualquier parte del mundo para prestar servicio de inmediato. Y allá que se fue llevándose su tecnología y su experiencia hasta Oriente Próximo y Rusia, mercados en los que no había puesto un pie pese a que la compañía lleva un cuarto de siglo operando fuera de España.

Hoy, con el agua ya por debajo del cuello, la firma, que emplea a 130 personas, ha logrado frenar el descenso de su facturación hasta obtener los 21,3 millones de euros al cierre de 2015. En los últimos años, la empresa ha alcanzado una producción de unas 260 unidades anuales.

En general, la recuperación de la actividad del sector del transporte en camiones cisterna es un hecho. Lo confirma el incremento de un 25% en el número de matriculaciones de remolques y semirremolques, que consiguieron las 7.287 unidades en el primer semestre del pasado año, según la Asociación Española de Fabricantes de Remolques, Semirremolques, Cisternas y Vehículos Análogos (Asfares). En concreto, las matriculaciones de cisternas aumentaron un 66% en ese mismo periodo. Cisternas Cobo, que también es fabricante de camiones para el transporte de materiales peligrosos (asfaltos, químicos, pulverulentos) y de semirremolques especiales (furgones de negro de humo, azufre líquido), confirma la “buena marcha” del sector.

La firma fue fundada por Federico y Pedro Cobo Cagigas en 1955 y es de capital 100% español

Para la empresa cántabra fundada hace más de 60 años por los hermanos Federico y Pedro Cobo Cagigas en el municipio de Guarnizo (Santander), como para muchas de las empresas españolas que han superado la crisis, la internacionalización y la innovación han sido las armas del resurgimiento, sobre todo su modelo de transporte estrella, diseñado y fabricado acorde con el sistema CKD-SKD, patentado por Cobo, que permite que tanto la fabricación como el montaje de toda la unidad sea un mecano debido a que la cisterna está ensamblada mediante uniones atornilladas. El vehículo cuenta con la ventaja de fabricarse en las instalaciones centrales de Cobo en España y de ser transportado al país de destino por partes para ser ensamblado gracias a un socio local que hace la entrega al cliente final. “De esta manera”, apuntan en la empresa, “el transporte de los vehículos hacia el país de destino se convierte en una ventaja para ganar rentabilidad y competir con empresas cuyas cadenas de ensamblaje están implantadas en esos países”.

Andadura exterior

Cobo comenzó su andadura internacional en 1989 en Portugal y en menos de un lustro ya había alcanzado en el país una cuota de mercado del 60%. Paralelamente, en esos años desplegó una actividad comercial en Irlanda, Alemania, Francia e Inglaterra, país este último donde creó una empresa mixta en Castleford para dar servicios de posventa a las unidades exportadas a las islas Británicas. En 2001 firma un acuerdo similar en Grecia y se expande al norte de África. La empresa tiene planes para continuar su ampliación de mercados al este de Europa y a algunas de las antiguas repúblicas soviéticas con gran actividad en el sector petrolífero.

Y es que la competencia en este sector bastante profesional es grande a nivel mundial, por lo que hay que diferenciarse con tecnología que facilite cisternas potentes, seguras, fáciles de transportar, montar y desmontar al menor coste en caso de avería. “Un mercado riguroso que demanda calidad en los productos, seriedad en el cumplimiento de plazos de entrega y un buen servicio posventa”, dice Federico Cobo San Miguel, uno de los responsables de la dirección de la empresa junto a Fernando Gomis Galán.

Para empresas como Cisternas Cobo, que compite tanto por clientes que requieren grandes flotas como por distribuidores de menor tamaño, una mínima diferencia en la aerodinámica de una cisterna puede generar grandes diferencias en la mejora del transporte durante un año, así como el coste de mantenimiento y reparaciones de sus vehículos. “Para una empresa de transporte, un vehículo averiado se traduce siempre en un doble coste, el de la reparación y el de tener el vehículo parado”, asegura el directivo de Cobo.

Dentro del sector, los datos aportados por la empresa al Registro Mercantil muestran que la situación financiera de la compañía es normal y que su evolución es positiva, y que, atendiendo al resultado de explotación, la sociedad tiene una buena capacidad para hacer frente al coste de la financiación externa. A pesar de esto, y aunque la opinión del auditor sobre las últimas cuentas fue favorable, un análisis del portal Informa indica que tanto la “capacidad para convertir en recursos líquidos las ventas generadas por el ejercicio de su actividad o generarlos a partir de sus activos se sitúan por debajo de las empresas de su sector y tamaño. A esto se añade que el “sector de actividad al que pertenece la sociedad tiene un riesgo de fallido más alto que otros negocios”, según Informa.

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