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Columna
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BCE: suma y sigue

España e Irlanda han sido las economías más beneficiadas por la compra de deuda

José Carlos Díez
El presidente del BCE, Mario Draghi.
El presidente del BCE, Mario Draghi.DANIEL ROLAND (AFP)

A finales de 2014 el Banco Central Europeo (BCE) anunció compras de deuda pública para luchar contra el riesgo de deflación. Dos años después Mario Draghi considera que el riesgo de deflación se ha diluido. Se acusa al BCE de haber ampliado la desigualdad pero las cifras dicen lo contrario. La Bolsa europea sigue en los mismos niveles que cuando comenzó la compra de deuda pública y los tipos de interés se han reducido significativamente. Por lo tanto, las grandes fortunas no han salido beneficiadas y ha subido el precio de la vivienda algo que llega a la mayor parte de la población, especialmente en España.

El euro cotizaba próximo a 1,25 contra el dólar a finales de 2014 y ahora cerca de 1,07. Depreciación del tipo de cambio y bajada de tipos de interés ha tenido un efecto positivo sobre el PIB y sobre el empleo que ha crecido 3% en la Eurozona desde que comenzó el programa de compras.

España e Irlanda han sido las economías más beneficiadas por la compra de deuda. Ambas tuvieron una burbuja inmobiliaria, un grave problema de sobreendeudamiento, especialmente con el exterior y son las economías más sensibles a los tipos de interés y las condiciones financieras. Además España lo acompañó con una política fiscal expansiva que fue la causa del incumplimiento del déficit y por eso Rajoy vuelve a subir los impuestos.

Pero en el tercer trimestre de 2016 las exportaciones de la eurozona se han estancado por la debilidad del comercio mundial. Sin las compras de deuda del BCE y la depreciación del euro, las exportaciones habrían caído y la Eurozona estaría hoy de nuevo en riesgo de recesión y deflación. El frenazo de las exportaciones ha parado en seco la inversión el pasado trimestre. Por esta razón el BCE pide inversión pública en infraestructuras para aumentar la productividad pero también reduciría la tasa de paro. Lamentablemente el Eurogrupo no ha aprobado la propuesta de la Comisión Europea de aprobar un plan de inversión de 50.000 millones, el 0,5% del PIB.

El BCE seguirá comprando deuda pública hasta al menos diciembre de 2017, pero reduce de nuevo la cantidad de las compras a 60.000 millones. Por lo tanto, se mantendrán los efectos aunque con menor intensidad sobre el PIB y sobre el empleo. Para España es una excelente noticia ya que en 2017 se notarán los efectos de la subida de impuestos y los recortes de gasto, especialmente en inversión pública.

De lo que no habla el BCE es de supervisión bancaria, la causa de la crisis que siguen sin resolverse. Los agujeros de capital sólo se tapan con capital. Cambiar el presidente de un banco, retrasar la privatización de los bancos rescatados, devolver los bonos subordinados del FROB por emisiones al mercado al 15%, cambiar la contabilidad para no reconocer la quiebra del banco malo y ejecutar embargos de viviendas sin ejecutar el alzamiento no solucionan la crisis bancaria.

Esperemos que nuestros socios italianos no cometan en el rescate de Monte dei Paschi los errores del Gobierno español en el rescate de Bankia o volverán los problemas.

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