_
_
_
_
_
Entrevista | Patricia Phelps de Cisneros, mecenas y coleccionista

“Es un momento histórico para el arte de América Latina”

"La calidad artística no depende directamente del contexto económico", cree Phelps

Miguel Ángel García Vega
Patricia Phelps de Cisneros.
Patricia Phelps de Cisneros.

En octubre pasado, el Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA) recibía el mayor regalo de su historia. En calidad y en número. Nada menos que 102 obras de creadores de América Latina. Detrás caminaba la generosidad de Patricia Phelps de Cisneros. La coleccionista y mecenas venezolana —quien atesora la mejor colección privada de arte latinoamericano del mundo— donaba a la institución, de la que es patrona desde 1996, un tesoro artístico. Piezas de Lygia Clark, Hélio Oiticica, Willys de Castro, Alejandro Otero, Tomás Maldonado o Jesús Rafael Soto. Incluso algunas de esas obras (antes ya había donado otras 40) las descolgó Glenn Lowry, director del MoMA, del salón de su casa. Ni protestó. Desprendida, Patty, así la llaman sus amigos, quien desde 1972 está casada con el magnate de la comunicación Gustavo Cisneros, reivindica un verbo en extinción: “dar”.

Pregunta. ¿Se podría plantear un acuerdo similar al del MoMA, ya que es miembro del patronato, con el Reina Sofía?

Respuesta. Estoy en conversaciones con el Museo Reina Sofía desde hace varios años sobre este asunto, y haremos un anuncio público en el momento adecuado. Cuando se piensa en una donación hay que tener en cuenta la misión del museo, sus colecciones, sus programas, sus públicos; toda una serie de factores para que las obras tengan sentido dentro de la institución. Por dar una idea, trabajamos durante nueve años en la donación de estas 150 piezas al MoMA, viendo qué obras dialogarían de manera productiva dentro de la colección del museo, hasta llegar a la lista final. Es un proceso que lleva su tiempo.

P. ¿Sería concebible el estallido del arte latinoamericano sin el auge económico de la región en la última década?

“Espero que el Gobierno cubano garantice la libertad de expresión de los artistas”

R. En general, la calidad artística no depende directamente del contexto económico. A lo que sí ha ayudado el contexto es a fortalecer las instituciones artísticas en los diferentes países latinoamericanos. En las últimas dos décadas hemos podido ver grandes proyectos como el Malba de Buenos Aires, el Mali de Lima, la Fundación Iberê Camargo de Porto Alegre (Brasil), Teorética en San José (Costa Rica) y el Museo Amparo de Puebla (México), entre muchos otros, que han creado una red importante de instituciones locales, y eso ha sido vital para enriquecer todo el sistema.

P. Durante muchos años el arte latinoamericano fue ignorado. Ahora está de moda. ¿Corre el riesgo de volver al olvido?

R. Estamos en otro momento histórico para el arte de América Latina. Antes, el interés era algo episódico y puntual, pero en la última década hemos visto cómo los museos más importantes (MoMA, Reina Sofía, Tate, entre otros) han sabido incorporar el arte latinoamericano como algo orgánico dentro de la institución, y eso me hace pensar que perdurará. También es importante darse cuenta de que las universidades ahora tratan a la creación latinoamericana como parte de la historia universal del arte. Y además el mercado del arte ha integrado la producción de América Latina de manera muy natural. Esto no era así hace 20 años, y creo que no hay cómo volver atrás.

P. Muchos museos públicos no pueden comprar obras de artistas de la región por su desmesurado precio. ¿El mercado del arte es un lastre para el conocimiento de los creadores latinoamericanos?

R. No creo que sea un obstáculo. Todo depende de con qué se compare. Si bien puede parecer cara una obra de Mira Schendel o Hélio Oiticica, por ejemplo, continúa siendo menos costosa que muchos autores comparables de otros países. El mercado también valida y da valor a las obras, y me parece inevitable que así sea. Además no se puede decir que toda la plástica latinoamericana tenga precios altos. Hay muchos y muy talentosos artistas jóvenes con otros valores.

P. ¿Cómo será el escenario artístico cubano tras la apertura?

R. Lo primero que hay que entender es que las obras de arte nunca estuvieron sujetas al bloqueo económico, con lo cual no creo que haya cambiado nada fundamental en el escenario artístico. Siempre se pudo comprar y exportar arte de Cuba al resto del mundo, y eso ha impactado en el desarrollo de la plástica cubana hace ya varias décadas. Lo único que espero es que el Gobierno cubano garantice los derechos de libertad de expresión de los artistas como parte de este proceso. Hasta que eso no se consiga, no cambiará nada de fondo. Los artistas, como todos los seres humanos, necesitan ejercer su derecho a la libre expresión en un contexto democrático. Y ojalá que eso se consiga con esta nueva dinámica.

La agenda de Cinco Días

Las citas económicas más importantes del día, con las claves y el contexto para entender su alcance.
RECÍBELO EN TU CORREO

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Miguel Ángel García Vega
Lleva unos 25 años escribiendo en EL PAÍS, actualmente para Cultura, Negocios, El País Semanal, Retina, Suplementos Especiales e Ideas. Sus textos han sido republicados por La Nación (Argentina), La Tercera (Chile) o Le Monde (Francia). Ha recibido, entre otros, los premios AECOC, Accenture, Antonio Moreno Espejo (CNMV) y Ciudad de Badajoz.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_