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Los Verdes acusan a Inditex de usar filiales extranjeras para ahorrar 585 millones en impuestos

La formación dice que el grupo textil aprovecha las ventajas fiscales de Irlanda, Holanda y Suiza. La compañía critica que el informe contiene graves errores

En la imagen una tienda de Zara en Barcelona.Vídeo: Albert Gea / Atlas
Álvaro Sánchez

Inditex, la compañía dueña de cadenas como Zara o Massimo Dutti, se ahorró 585 millones de euros en impuestos entre 2011 y 2014 gracias a sus filiales en Holanda, Irlanda y Suiza, según un informe que ha presentado este jueves el grupo de Los Verdes en el Parlamento Europeo. La compañía rechaza las acusaciones y asegura que el informe contiene muchos fallos y se equivoca "gravemente".

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La investigación de la formación política, para la que ha usado información pública de la empresa, denuncia que la presencia de la multinacional española en estos tres países tuvo como objetivo principal beneficiarse de las ventajas fiscales que ofrecen. Para lograrlo, según el informe, declaró allí beneficios obtenidos en otros mercados, una práctica legal y generalizada, pero cada vez más contestada por sus efectos nocivos para la recaudación de los Estados que no participan en la carrera por atraer inversiones a costa de rebajar los tributos.

El informe de 35 páginas desglosa las cantidades que algunos países europeos supuestamente han dejado de percibir por las prácticas de la multinacional española. En concreto, los Verdes señalan que Inditex usó Holanda para ahorrar impuestos a través de los royalties; Suiza, para comprar y vender mercancía con impuestos muy reducidos; e Irlanda para rebajar la factura fiscal de ventas online y seguros, entre otras cosas.

Así, según el texto, el pago de royalties —una especie de canon a las franquicias— a su filial holandesa permitió a Inditex reducir su factura fiscal a solo el 15% frente al 30% que habría pagado en España, un ahorro de 218 millones de euros.

Inditex niega las acusaciones

Sin embargo, Inditex niega que sea así y critica que el informe “se equivoca gravemente”. “Las entidades españolas no pagan por los derechos de propiedad industrial, sino que reciben beneficios de su explotación”, alega la empresa. También desmiente que haya eludido el pago de 84 millones a Hacienda a través de ITX Merken, una de las más de 60 compañías que según Los Verdes forman parte de la estructura de Inditex en Holanda.

Los autores del estudio estiman que también disfrutó de condiciones benévolas en Suiza, donde calculan que pagó un máximo impositivo del 7,8% por sus beneficios gracias a los tax rulings que ofrecen los cantones helvéticos, impuestos a la carta fruto del acuerdo entre empresas y administraciones. Por último, citan a Irlanda dentro del trío de Estados con legislaciones laxas que la mayor empresa española por capitalización habría aprovechado. El documento señala que estableció filiales en Irlanda dedicadas al comercio electrónico, la actividad aseguradora y a préstamos entre compañías del grupo Inditex para beneficiarse de su reducido impuesto de sociedades, de solo el 12,5%, el más favorable de la zona euro y uno de los más bajos del mundo. La fórmula es relativamente simple: las multinacionales tienen filiales que comercian entre sí, de forma que se producen transferencias dentro de la propia compañía para que, por lo general, se acabe tributando por los beneficios en el país con menores impuestos.

Inditex también replica este punto. Asegura que cuenta con más de 400 sociedades en 93 mercados que realizan operaciones entre ellas, todas dentro de la legalidad y auditadas por las autoridades, y argumenta que en el periodo 2011-2015 su tasa fiscal se situó entre el 22% y el 24% pagando en ese tiempo más de 4.400 millones de euros en impuesto de sociedades, la mitad de ellos en España, lo que representa el 2% de todo lo recaudado por este impuesto entre las miles de empresas establecidas en España. Los Verdes no ponen en duda la legalidad de su actuación, pero consideran que el grupo creó subsidiarias en esos tres países para pagar menos, como muestra que gran parte de su actividad en ellos fuera ajena a su negocio tradicional, la venta de ropa, y sobre todo, por su facturación sobredimensionada.

Holanda: pocos empleados, mucho beneficio

El informe recoge numerosos ejemplos de que el peso de las filiales es muy superior al que les correspondería por tamaño, con Holanda como el país más relevante del rompecabezas. Inditex solo contaba con 204 empleados y 56 tiendas en el país centroeuropeo en 2014 frente a las más de 300 de Portugal o Italia. Pese a ello, el texto asegura que casi un tercio de los beneficios globales del periodo 2011-2014 se declararon a través de las tres principales compañías de la multinacional con sede en Holanda. Otro ejemplo más: el beneficio por empleado de la filial holandesa ITX Merken habría ascendido en 2014 a 2,4 millones de euros frente a los apenas 18.000 euros de media por trabajador que estiman para todo el grupo.

Para facilitar la comprensión de las “agresivas” técnicas de ingeniería fiscal que los europarlamentarios ecologistas achacan a Inditex, el escrito hace un recorrido por el proceso presuntamente concebido por la multinacional para ahorrar impuestos. En primer lugar, la filial suiza ITX Trading, propiedad a su vez de otra subsidiaria holandesa de Inditex, compra la ropa a proveedores de países como Bangladesh, Turquía, Marruecos o China. A continuación, la vende a la matriz española de cada marca (Massimo Dutti, Zara…) obteniendo un beneficio por el que paga en Suiza impuestos inferiores al 7,8% gracias a un traje a medida fiscal.

Luego, según el informe, la marca española vende esa ropa a otros países. Así lo hace por ejemplo Massimo Dutti España a su equivalente en Italia, donde se comercializa al gran público y se genera un beneficio. El enrevesado rastro del dinero continúa con la marca italiana pagando un 5% de las ventas en concepto de royalties a una filial holandesa que tributa los beneficios a un favorable 15% evitando así las mayores tasas impositivas de Italia. Entre tanto, las filiales financieras y de comercio electrónico que operan en Irlanda se aprovechan del bajo impuesto de sociedades, y finalmente una parte del beneficio generado en los tres países llega a Inditex a España en forma de dividendos pagados desde Holanda.

Tres países con un polémico historial

El historial de los tres países en los que se ha investigado la actividad de Inditex arroja oscuros precedentes. Suiza ha sido hasta hace poco ejemplo de opacidad y fiel garante del secreto bancario, y salió de la lista de paraísos fiscales de la OCDE en 2009. La Comisión Europea ordenó a Starbucks devolver a Holanda entre 20 y 30 millones por beneficiarse de ventajas fiscales ilegales, e Irlanda es el último paradigma de economía dopada por los bajos impuestos a empresas y luchará en los tribunales para salvar su maltrecha reputación después de que Bruselas exigiera a Apple la devolución de 13.000 millones de euros a Dublín por permitirle disfrutar de impuestos más bajos que sus rivales, lo que distorsionó la competencia durante años.

Más allá de visibilizar el caso de Inditex, Los Verdes reclaman acelerar los cambios legislativos para avanzar hacia la armonización fiscal en la Unión Europea y evitar así la competencia entre Estados miembros por su parte del pastel. "Necesitamos urgentemente adoptar medidas para obligar a las empresas a tributar allí donde se produce su actividad. El desglose de la información fiscal por países de las multinacionales, una base imponible consolidada y un tipo mínimo del impuesto de sociedades en la UE son tres medidas urgentes para terminar con este tipo de prácticas", ha pedido el eurodiputado de Los Verdes Ernest Urtasun.

Los precedentes de Ikea y BASF

Otras empresas como Ikea o la alemana BASF han sido acusadas anteriormente por la formación ecologista de utilizar trucos fiscales para ahorrar impuestos. En el caso de la multinacional sueca, se estima que ahorró 1.000 millones de euros gracias a sus filiales en Holanda y Luxemburgo, mientras que la química alemana esquivó el pago de 923 millones valiéndose de incentivos en Holanda, Bélgica, Suiza y Malta. La Comisión Europea busca atajar el problema con nuevas normas, aunque aún queda un largo camino hasta que se hagan realidad. "Es incomprensible que estos esquemas de planificación fiscal agresiva se consideren legales. Cada vez que investigamos a alguna gran empresa nos acabamos encontrando con los regímenes fiscales de países como Irlanda, Luxemburgo o Países Bajos con la ayuda de la opacidad de Suiza", lamenta el eurodiputado Ernest Urtasun.

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Sobre la firma

Álvaro Sánchez
Redactor de Economía. Ha sido corresponsal de EL PAÍS en Bruselas y colaborador de la Cadena SER en la capital comunitaria. Antes pasó por el diario mexicano El Mundo y medios locales como el Diario de Cádiz. Es licenciado en Periodismo por la Universidad de Sevilla y Máster de periodismo de EL PAÍS.

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