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¿No sabes qué libro leer? Prueba a buscar aquí

Internet multiplica el poder de la recomendación y suma la voz de ‘booktubers’, blogueros o de escritores

Un libro electrónico comparte espacio con otros títulos en formato papel en una librería.
Un libro electrónico comparte espacio con otros títulos en formato papel en una librería.Luis Sevillano

Dice George R. R. Martin, el célebre autor de la saga Canción de hielo y fuego, que “un lector vive mil vidas antes de morir; aquel que nunca lee vive solo una”. Pero los días tan solo tienen 24 horas y esas vidas por vivir se cuentan por cientos de miles: únicamente en España se registraron el año pasado 79.397 títulos nuevos —217 cada día—, según los datos del último informe Panorámico de la edición española de libros, que elabora el Ministerio de Cultura. Con tantas páginas por leer y tan poco tiempo para dedicarse a ello, ¿por dónde empezar a elegir el próximo libro?

La recomendación ha sido tradicionalmente el motor de la industria del libro. La llegada de Internet y de las nuevas tecnologías amenazaba con sustituir el boca a boca por el algoritmo matemático en ese proceso tan misterioso que sigue un lector para escoger su siguiente lectura. Pero el tiempo ha demostrado que la recomendación, también en el mundo digital, sigue siendo la mejor herramienta para descubrir nuevas historias. Y si antes era un amigo o el librero quien proponía títulos desconocidos, ahora se suma la voz de booktubers, blogueros o incluso de los propios autores. La Red ofrece infinitas opciones para encontrar nuestra próxima lectura. Solo es cuestión de saber en qué estantería buscar.

Blogueros y ‘booktubers’

Ambos comparten el terreno común de la reseña, escrita o grabada, como herramienta fundamental para recomendar lecturas. Sin la pretensión de los críticos profesionales y con la cercanía del amigo que te cuenta qué le ha parecido el último libro que ha leído, blogueros y booktubers han creado a su alrededor toda una comunidad literaria en internet. ¿El motivo de su éxito? “Quien lee blogs o ve canales en YouTube no quiere que le vendan nada, solo quiere conocer una opinión sincera y honesta de otros lectores”, resume Mike Lightwood, que en 2009 creó su blog de lecturas Alas de papel, trabaja como traductor editorial y este año ha publicado su primera novela, El fuego en el que ardo.

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Una búsqueda en Google de los términos “blog” y “libros” arroja casi 13 millones de resultados. En esa lista casi inabarcable hay bitácoras de todo tipo y para todos los gustos: modestos rincones especializados en géneros como la literatura fantástica o la novela negra, lectores en solitario que arrastran tras de sí verdaderas comunidades, como el blog Book Eater, con 4.000 seguidores, o espacios también para la crítica más profesional, como la del escritor y poeta Vicente Luis Mora.

Los que más leen por placer en España son personas que pertenecen al rango de edades entre los 20 y los 24 años (67%), según la Encuesta de Hábitos y Prácticas Culturales 2014-2015, la última disponible, que elabora el Ministerio de Cultura. Y YouTube es la plataforma que han elegido los jóvenes para compartir y recomendar lecturas. Una cámara, un trípode y una estantería repleta de títulos juveniles como escenario de fondo son suficientes para atrapar la atención de miles de seguidores. Y aunque las cifras de los booktubers en español se quedan muy lejos de los casi 22 millones de suscriptores que acumula elRubius, el youtuber español con más seguidores, canales como los de las mexicanas Raiza Revelles o Fátima Orozco —en cuestión de booktubers, Latinoamérica lleva la delantera— suman casi un millón y 325.000 suscriptores respectivamente.

En España, El coleccionista de mundos (180.000 suscriptores) y el canal del escritor Javier Ruescas (150.000 suscriptores) son dos de los booktubers más seguidos. “Los blogs y YouTube aportan una frescura y una identificación que quizás otros medios no tienen”, explica Lightwood, también booktuber en el canal MaikoVlogs. “Podemos hablar con los lectores de una forma muy personal y directa, como cuando hablas con un amigo cara a cara”.

Comunidades de lectores

La recomendación ha encontrado en internet el lugar perfecto para multiplicarse en numerosas plataformas creadas específicamente para que los lectores compartan sus gustos y sus impresiones. Goodreads es, en este terreno, la web de referencia. Creada en 2007 en San Francisco, Amazon la compró en 2013 por 1.000 millones de dólares, según calculó entonces Bloomberg, y actualmente cuenta con 55 millones de usuarios. El motor de esta gran comunidad son las reseñas (cuyo número alcanza los 50 millones) que los propios lectores hacen de los libros, que se complementan con rankings de novelas, concursos, entrevistas a autores e incluso los premios literarios Goodreads Choice, que eligen los mejores libros del año según la votación de sus usuarios; la edición de este año, cuyos ganadores se conocerán el 6 de diciembre, suma ya 3,5 millones de votos.

Sobre la idea de lo importante que es la recomendación y la fuerza de la comunidad lectora se inspira Librotea, el recomendador de libros de EL PAÍS. La plataforma ofrece como factor diferenciador una lista de 180 prescriptores —entre escritores, actores, músicos y otras figuras del mundo de la cultura en español— que confiesan, de tú a tú, cuáles son sus libros favoritos. Así, por ejemplo, el rapero El Chojín comparte su estantería de títulos para evadirse, el autor Benjamín Prado selecciona a diez poetas españoles que debemos conocer, y la actriz y cantante Leonor Watling rememora aquellas novelas que le enseñaron a leer.

En Librotea, personalidades de la cultura en español recomiendan sus lecturas favoritas.
En Librotea, personalidades de la cultura en español recomiendan sus lecturas favoritas.LIBROTEA

“El 90% del esfuerzo editorial de promoción se destina al 10% de los títulos que se publican. El resto de los libros no tienen comunicación ninguna”, reflexiona Pepe Verdes, director de Librotea, sobre la necesidad de los lectores de descubrir nuevos libros. “La recomendación que más gusta es la de personas que conocemos. Nosotros huimos del algoritmo frío y ampliamos el altavoz para recoger la recomendación, por ejemplo, de ese músico cuyas letras te encantan”. La plataforma completa sus propuestas con el aporte de sus usuarios, que ya han creado más de 3.500 estanterías con sus libros favoritos.

El resto del gremio ha recogido también el testigo y las comunidades de lectores se multiplican: Entrelectores, Lecturalia, Quelibroleo, aNobii, El placer de la lectura… Las hay, incluso, creadas por los propios autores. Es el caso de Zenda, una web literaria de la que es cofundador Arturo Pérez-Reverte y en la que colaboran otros grandes escritores en español, como Javier Marías, Marta Sanz o Almudena Grandes. “En un tiempo en el que la cultura y los libros atraviesan momentos difíciles, ¿por qué no crear un lugar nuestro, libre, independiente, donde reunirnos como si se tratase de un espacio público, cada cual con sus libros, sus comentarios o lo que esté en condiciones de aportar?”, pregunta Pérez-Reverte en el manifiesto del lanzamiento de la plataforma.

Lo más visual: Instagram y Snapchat

Twitter y Facebook han ido a remolque en el mundo de los libros y se han utilizado más como herramientas de promoción -de editoriales, de blogs o canales de YouTube, de autores noveles autopublicados…- que como foros para el intercambio de opiniones entre lectores. Pero la comunidad literaria ha empezado a encontrar su hueco en dos redes aparentemente opuestas al lector, en las que predomina lo visual sobre lo escrito: Instagram y Snapchat.

La etiqueta #books acumula en Instagram 18 millones de publicaciones, mientras que el hashtag #bookstagram -con casi 7,5 millones de fotos- sirve para rastrear todas aquellas cuentas de lectores que muestran sus libros favoritos o sus últimas adquisiciones a través de imágenes y composiciones cuidadas hasta el más mínimo detalle. La premisa de los bookstagrammers es simple y anula la máxima de que un lector no debe juzgar un libro por su portada: cuanto más llamativa sea la foto, más me gusta conseguirá. Usuarios atraídos por las instantáneas de libros no faltan: perfiles como fictiontea, ziba.reads o eviebookish tienen más de 50.000 seguidores cada uno.

Y en Snapchat, la red social de lo efímero, donde las publicaciones desaparecen tras 24 horas, sus vídeos de 10 segundos como máximo son tiempo suficiente para que algunos usuarios consigan hacer una reseña completa de su última lectura.

Clubes de lectura virtuales

Con Internet, los clubes de lectura han salido de las bibliotecas, de las librerías o de las reuniones improvisadas en una cafetería para ocupar también un espacio virtual. Y su poder recomendador se ha multiplicado de forma exponencial. El pasado 17 de noviembre, Colson Whitehead recogió el National Book Award, uno de los galardones más prestigiosos de las letras estadounidenses, por su novela Underground Railroad; el premio no iba a ser, sin embargo, quien catapultara las ventas del libro. Ya lo había hecho Oprah Winfrey al recomendarlo en su famoso club de lectura. La comunidad creada por la estrella de la televisión tiene en su grupo de Goodreads 23.000 miembros. El club de lectura de la actriz Emma Watson, que cada dos meses recomienda lecturas feministas, suma 16.000. Y el que Mark Zuckerberg, fundador de Facebook, tuvo en marcha durante 2015 en su red social atrajo a casi 700.000 usuarios.

A un nivel más terrenal, los clubes florecen en cualquier rincón online: en grupos de Facebook, en blogs, en foros… E incluso sirven para promocionar y conseguir más lectores para las reuniones tradicionales que todavía se celebran cara a cara. Todo sea por añadir más títulos a esa estantería infinita de vidas por vivir.

*Los artículos de Lazarillo Digital contienen enlaces a algunos negocios de PRISA Noticias.

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