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El mundo en la encrucijada

Trump, como Reagan, puede provocar de forma inmediata una recesión en EE UU con la subida de tipos de interés que ya está en marcha

Juan Ignacio Crespo
Donald Trump en un mitin durante la campaña presidencial. AP Photo/Paul Sancya.
Donald Trump en un mitin durante la campaña presidencial. AP Photo/Paul Sancya.

La recomendación de la Comisión Europea de que los países de la Unión acometan un estímulo fiscal de 50.000 millones de euros es una más en la repetición de propuestas sin expectativa razonable de ejecutarse. La cantidad parece ridícula si se la compara con el billón de dólares de inversión que ha propuesto Donald Trump para estimular la economía de los EE UU, pero no son cantidades tan alejadas ya que el plan del presidente electo es, en realidad, de 150.000 millones de dólares. El resto, hasta el billón, lo tendría que poner la iniciativa privada (como ocurre con el europeo Plan Juncker, que también es público-privado).

 La dificultad para la materialización de todo ello surge de lo que parecería ser su contrario: en el sector privado sobran recursos económicos que podrían haberse invertido ya a estas alturas (la tesorería de las empresas americanas y europeas desborda lo imaginable) y más con los tipos de interés en cero o negativos. El problema es que las expectativas de beneficio son muy bajas por la fase tan avanzada del ciclo económico en que se encuentra EE UU y porque los resultados empresariales ya están en sus máximos históricos, lo que hace poco creíble pensar que vayan a seguir subiendo a partir de ese nivel.

Además, la complejidad de lo político está nublando el análisis económico. Se suele decir que la llegada de Donald Trump va a sentarle muy mal al comercio internacional por la aplicación de sus políticas proteccionistas. Y puede que eso sea inicialmente así. Pero el comercio mundial ya viene muy tocado de ala desde el  2008, de modo que Trump es en sí mismo la expresión de ese declive más que quien vaya a provocarlo. Igualmente se culpa a la globalización del cambio de opinión política de “las masas”: ¡pero si Hillary Clinton ganó por más de un millón de votos a Trump y el Brexit partió al electorado británico por la mitad! ¡Qué manera más rara de rechazar la globalización! Aunque hay que conceder que las realidades del poder político sí que le son más adversas que el puro recuento del voto popular.

Pero lo que de verdad va a ser adverso en términos económicos es la subida que ya está en marcha de los tipos de interés del dólar para los plazos largos. De mantenerse, solo esto bastaría para provocar enormes pérdidas a bancos y fondos de inversión y de pensiones. También para acabar con una expansión económica que en EE UU ya es de las más largas.

Se ha comparado a Trump con Reagan pero también tiene mucho de los presidentes previos y contemporáneos a la Gran Depresión: Calvin Coolidge y Herbert Hoover. Y si Reagan provocó de forma inmediata una recesión en EE UU con la subida de tipos de interés, puede ser que el paralelismo con Trump se complete con esa subida de tipos de interés que ya está en marcha. Y, de continuar, provocará una enorme destrucción de riqueza (aumentando la que hasta ahora se ha producido globalmente de forma muy limitada). Y esa es la verdadera encrucijada para el mundo de hoy. Aunque tampoco hay que solemnizar tanto: como siempre, a Europa y al mundo se le abre en cada minuto una encrucijada nueva.

Juan Ignacio Crespo es estadístico del Estado y autor del libro ¿Por qué en 2017 volveremos a entrar en recesión?, Deusto 2016

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