_
_
_
_
_

Carney amplía su mandato al frente del Banco de Inglaterra hasta 2019

El gobernador desmiente las especulaciones sobre su marcha tras manifestarse claramente en contra de la salida del Reino Unido de la UE

El gobernador del Banco de Inglaterra, Mark Carney.
El gobernador del Banco de Inglaterra, Mark Carney. Leon Neal (Getty Images)

Cuestionado por los más acérrimos defensores del Brexit ante su claro posicionamiento proeuropeo, el gobernador del Banco de Inglaterra, Mark Carney, acaba de desmentir las especulaciones sobre una inminente dimisión anunciando su permanencia en el cargo hasta junio del 2019. El gobierno conservador de Theresa May confía en que esa decisión, que ha respaldado públicamente, contribuya a la estabilización de la libra en los mercados.

Más información
El Banco de Inglaterra mantiene los tipos de interés en el 0,5%
El Banco de Inglaterra toma medidas para impulsar el crédito tras el ‘Brexit’
El Banco de Inglaterra prevé estímulos monetarios este verano para mitigar el impacto del ‘Brexit’
El gobernador del Banco de Inglaterra alerta de las consecuencias del ‘Brexit’

Carney, un economista canadiense nombrado para el puesto en 2012, ha acabado descartando una renuncia que veía sopesando, en aras de "la importancia de la continuidad" durante las negociaciones para la salida del Reno Unido de la UE cuyo arranque está previsto el próximo año. Varios dirigentes tories venían pidiendo su cabeza desde el referéndum del pasado 23 de junio,, en el que se impusieron los partidarios del Brexit, por considerar que las previsiones que el Banco de Inglaterra publicó durante la campaña sobre el impacto negativo de un abandono de Europa en la economía tenían un perfil sesgado.

Las primeras cifras oficiales recién publicadas sobre el comportamiento de la economía británica en el primer semestre que sucedió a aquella votación, con un 0.5% de crecimiento que por el momento conjura el efecto negativo del Brexit, multiplicaron las voces contra Carney desde el espectro conservador. Pero la primera ministra, Theresa May, quien se ha revelado como una extraña combinación entre la defensora de la consigna de un Brexit duro y al tiempo exponente del clásico pragmatismo británico, dejaba muy claro ayer mismo que la permanencia del gobernador del Banco de Inglaterra era vital para el interés nacional.

May confía en que los mercados acojan la continuidad de un "tecnócrata" por encima de politiqueos, según se autodefine el propio Carney, que velará por la estabilidad económica en tiempos difíciles. "A mediados del 2018 podríamos llegar a ver los días más oscuros para el Reino Unido", habría declarado el aludido a un asesor de su entorno que, a su vez, filtró ese vaticinio del gobernador al Financial Times.

Mark Carney, en otras palabras, quiere seguir al frente del banco central cuando el gobierno de Londres invoque el artículo 50 como pistoletazo de la salida británica de la casa comunitaria. Tiene para ello el apoyo de la jefa de gobierno y de los sectores eurófilos convencidos de que fue la rápida intervención del Banco de Inglaterra, recortando los tipos de interés entre otras medidas, la que evitó males mayores tras el plebiscito de junio.

El canadiense se comprometió a cumplir un mandato de al menos cinco años tras ser elegido en 2012, aunque sin descartar extenderlo hasta el periodo habitual de ocho años de los gobernadores del Banco de Inglaterra. May, y sobre todo el responsable de Economía, Phillip Hammond, confiaban en que Carney agotara hasta el último plazo, pero éste sólo ha accedido a una solución de compromiso. Y, en su vocación de distanciarse al máximo del debate político, ha alegado sólo razones personales para no seguir más allá de junio del 2019.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_