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EE UU registra la mejor tasa de crecimiento en dos años

La economía se expandió en el tercer trimestre a una tasa anualizada del 2,9% y allana el camino para el alza de tipos en diciembre

Corredores trabajan en la Bolsa de Nueva York
Corredores trabajan en la Bolsa de Nueva YorkEFE

La actividad económica en Estados Unidos avanzó con solidez el tercer trimestre, al crecer a una tasa anualizada del 2,9% entre julio y septiembre (0,7% trimestral), la más alta en dos años. Eso representa un repunte de 1,5 puntos porcentuales respecto al segundo y deja la media para el conjunto del año en el 1,7%. El dato se publica a menos de una semana de la reunión de la Reserva Federal y a once días de que se celebren las elecciones presidenciales.

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El arranque del año fue débil y la tendencia en los nueve meses de 2016 está por debajo de la media, pese al tirón del verano. En el primer trimestre la expansión fue del 0,8%. Mejoró solo al 1,4% en el segundo. El mercado esperaba una mejora para el tercero. Pero la cuestión estaba en ver de cuánto, porque en las últimas semanas se rebajó al entorno del 2,5%. Por encima de ese nivel daría argumentos a la Fed para avanzar hacia la normalización de la política monetaria.

Es el mejor rendimiento trimestral de la economía desde el avance del 5% en el tercer trimestre de 2014. Pero pese a que se muestra resistente a las tensiones externas y la incertidumbre política, el detalle refleja fuerzas divergentes en juego. El repunte se apoya en un incremento del 10% de las exportaciones. Esa fuerte aceleración es en todo caso temporal, porque se explica por un incremento de los envíos de soja tras la pobre cosecha en América Latina.

El otro elemento que da sustento al crecimiento es que las compañías procedieron por primer vez en un año a elevar los inventarios de productos que tienen a mano anticipando la llegada de la temporada de compras navideñas. Pero como en el caso de la balanza comercial, se espera que se modere en el cuarto trimestre, por lo que la aportación a la economía será menor. También creció la inversión de las empresas en estructura, reflejo del repunte del petróleo.

Pero el gasto en equipamiento es débil, al caer un 2,7% en el trimestre. El consumo privado, del que depende dos tercios de la economía, creció a un ritmo bastante modesto, del 2,1%, lo que representa una moderación importante cuando se compara con el 4,3% en el segundo. Estos dos detalles llegaron a hacer un análisis más pausado sobre los factores que realmente están tirando del crecimiento. Los indicadores de confianza muestran que prima la cautela.

Inflación contenida

El dato, sujeto a dos revisiones, prepara en todo caso el camino para la subida de un cuarto de punto de los tipos en la reunión de diciembre. Las posibilidades de que suceda son ahora del 85%. La que se celebra la próxima semana está muy cerca de las elecciones. Pero el paso que se va a seguir en 2017 es incierto, porque la Fed necesita ver un crecimiento sostenido por encima del 2% que le incentive a subir.

La presión del lado de los precios está contenida, aunque muestra una tendencia al alza. La tasa anual de inflación se situó en septiembre en el 1,5%, tras un incremento mensual de tres décimas. Cuando se descuentan los elementos volátiles, la subyacente está en el 2,2%. Los salarios, entre tanto, avanzan a un ritmo anual del 2,4%. Pero si la economía crece por debajo del 2%, es difícil que suba más.

La última vez que la Reserva Federal tocó los tipos fue en diciembre de 2015, por primera vez en nueve años. Desde entonces están estancados en una banda entre el 0,25% y el 0,5%. La amplia mayoría de los miembros ve posible un nuevo incremento antes de que acabe el año. Pero la perspectiva a largo plazo se ha rebajado al entorno del 3% y el debate en el seno de la Fed es intenso, con tres disidentes.

Dos días después de la reunión prevista para la semana próxima se conocerá la evolución del empleo en octubre, a solo cuatro días del paso por las urnas. Por tanto, el dato de crecimiento es el último indicador relevante que tiene Wall Street para hacer cálculos. El mercado de bonos empieza a reflejar también que los bancos centrales mundiales empiezan a hablar de no ampliar sus programas de estímulo.

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