El honor perdido

Los cuatro correos electrónicos y el informe anexo aportados a la causa de salida a Bolsa de Bankia muestran la parte oscura de una operación que supuso unas ayudas de capital de casi 23.000 millones de euros y aportaciones indirectas por otros 23.000 millones de euros, sin contar otros apoyos. Esta fue la “socialización de pérdidas” que vaticinaba José Antonio Casaus, el autor de esos correos en abril y mayo de 2011, el inspector cabecera de BFA-Bankia, tras haber supervisado Caja Madrid.

Estos correos permiten responder a una pregunta clave: ¿era inevitable la crisis de Bankia, que desembocó en el rescate europeo, o se podía haber evitado?

Y, además, Casaus cifra el saneamiento de capital que hubiese sido necesario en 15.000 millones de euros. ¿Por qué hemos tenido que pagar 23.000 millones?

Estos informes fueron solicitados a Casaus por su entonces “jefe de grupo”, Pedro Comín, quien necesitaba conocer el punto de vista de los inspectores sobre los estados financieros de BFA-Bankia a 31 de marzo de 2011. Con estos estados, precisamente, se perfilaba la salida a Bolsa de la entidad el 20 de julio de 2011.

Casaus pone de relieve que para él, quien envía los correos, BFA-Bankia es inviable. En el análisis de las cuentas que añade surge con claridad que el margen, los resultados, son negativos en 205 millones de euros una vez que se expurgan todos aquellos ingresos no recurrentes, es decir, que son por así decir, eventuales, que no se van a repetir.

En su análisis, el inspector cabecera señala que BFA-Bankia anota los préstamos de promotores inmobiliarios y de suelo como normales y por tanto se apunta intereses. Casaus dice que “todos” deberían ser clasificados como “dudosos”, y, por tanto, habría que deducir los intereses apuntados (255 millones de euros). Bankia, pues, sale a Bolsa el 20 de julio de 2011, si se cree a Casaus, con el ya señalado margen negativo de 205 millones.

No es viable, dice Casaus, y tampoco la salida a Bolsa va a resolver el problema, que acabará en una nacionalización o socialización de pérdidas con graves consecuencias para los contribuyentes, acreedores y titulares de deuda subordinada.

Nada de lo que va a ocurrir, pues, tiene que ver, esencialmente, con la evolución adversa de la economía o el double dip o doble recesión tras la salida a Bolsa de Bankia. Todo está predeterminado porque la fusión de las siete cajas que dan nacimiento a la entidad no ha sido sometida a los saneamientos necesarios y porque se ha aplicado una sobrevaloración de activos.

En el correo del martes 10 mayo de 2011, Casaus trata de responder a algo que inquieta a Comín. La Reserva Federal de Estados Unidos ha expresado su inquietud por Bankia. Y hay concertada una reunión para el jueves 12 de mayo. Casaus le señala que le ha salido un informe “que creo no tiene que ver con lo que querías”. Y añade: “De todos modos, si lo que quieres es una enfoque dulce para la FED, la presentación de resultados que nos ha mandado [Antonio Román, de Bankia] esta mañana te sirve perfectamente”.

Estos “enfoques dulces” sobre Bankia son los que Comín, y otros cinco altos cargos del Banco de España han vendido al juez Fernando Andreu en sus declaraciones de la última semana de julio pasado. Ha tenido que declarar el 5 de septiembre Casaus para que emergiera el iceberg.

¿Por qué el Banco de España no aportó estos correos cuando envió al juzgado a primeros de septiembre unos ochenta correos, entre ellos unos de Casaus de 7 y 12 de abril? ¿Por qué seleccionó unos correos y mantuvo el secreto sobre otros?

Comín fue ascendido a director general adjunto de Supervisión. ¿Envió a su superior Pedro González, jefe de departamento, los correos de Casaus en 2011? ¿Hizo saber a la comisión ejecutiva del Banco de España lo que decía el inspector más importante del grupo BFA-Bankia?