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Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

La revolución asiática del siglo XXI: Urbanización y aglomeración

El movimiento hacia las ciudades es imparable y sus efectos ya se notan en la economía

Que la geografía económica mundial se está desplazando hacia el Pacífico y este siglo será eminentemente asiático es casi un hecho. Las tendencias que liderarán este proceso han sido ya exploradas, mientras que los análisis de su impacto económico y geoestratégico en Occidente son más recientes, aunque comenzaremos a oír hablar más de ellos.

Recientemente hemos publicado un informe sobre una de estas tendencias. Es posiblemente la que más cambios en la vida de los ciudadanos asiáticos esté ya produciendo: el rápido proceso de urbanización y aglomeración en Asia.

Si para nosotros los occidentales no es nada nuevo, la magnitud que alcanzará en Asia no tiene precedentes. China, India e Indonesia lideran este cambio, pero el proceso se extenderá al resto de países del Sudeste Asiático.

La rápida urbanización asiática comenzó hace unos años. Salvo Japón y Corea del Sur (que mantenían tasas de urbanización por encima del 70%) la tasa media de urbanización en 1990 era cercana al 30%. En la actualidad alcanza el 40%, mientras que en 2025 superará el 50%.

La mayor densidad urbana viene acompañada de un proceso de concentración en grandes ciudades o aglomeración. De hecho, en los próximos diez años 26 de las 37 megaciudades (es decir, ciudades de más de 10 millones de habitantes) estarán situadas en Asia.

Existen motivos para pensar que este fenómeno no hará más que reforzar el desarrollo asiático. Las ganancias en términos de productividad y competitividad superan los efectos negativos (congestión, mayores tensiones sociales, etcétera). Aunque el reto es enorme, los efectos negativos pueden ser limitados con el diseño de políticas urbanas más inteligentes.

La urbanización forma parte de un grupo selecto de variables que supera la prueba del algodón, en su consideración como variable clave en el desarrollo económico (el test de Pritchett, según Paul Romer, el eterno candidato al Nobel): la urbanización es más elevada en los países más ricos, aumenta más en los países que más crecen, se mantiene en los países en los que contamos con información histórica y los saltos bruscos en desarrollo económico han estado acompañados de cambios de escala en la tasa de urbanización.

¿Cómo afectará este proceso a Occidente? A nivel empresarial, el rápido crecimiento de la población urbana asiática viene acompañado de cambios sustanciales en los patrones de consumo. En términos generales, será cada vez más similar al nuestro y, por lo tanto, las ventajas en términos de exportación son enormes, dado el tamaño del mercado. En términos estratégicos, el pivote o giro hacia Oriente va a ser cada vez más evidente y los acuerdos comerciales de cualquier tipo son un elemento más de esta estrategia.

Álvaro Ortiz es Economista Jefe de Análisis Transversal de Economías Emergentes en BBVA Research.

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