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El FMI urge a revitalizar el comercio y evitar proteccionismo para elevar la productividad

El Fondo señala que las barreras dañan el crecimiento económico, daña la inclusión y daña a la gente

La directora ejecutiva del FMI, Christine Lagarde
La directora ejecutiva del FMI, Christine LagardePETER FOLEY (EFE)

El declive de la productividad es uno de los factores que explica la dificultad que tiene la economía para repuntar. El Fondo Monetario Internacional lo ve incluso como un fenómeno sincronizado a escala global y traza un vínculo con la moderación que desde hace cuatro años sufre el comercio internacional. Para "engrasar" el motor del crecimiento el organismo urge romper este círculo vicioso favoreciendo la apertura de los mercados y evitando el proteccionismo.

El mensaje de la institución que dirige Christine Lagarde llega en un momento complejo en la coyuntura global. El crecimiento anémico de la economía está alimentando movimientos proteccionistas por todo el mundo, que tratan de responder a la frustración del ciudadano con la promesa de levantar nuevas barreras al comercio. La propia Lagarde advierte que esta dialéctica tendrá efectos "desastrosos".

La OMC proyecta una moderación mayor del comercio

S. P.

La última proyección de la Organización Mundial de Comercio no deja lugar a dudas. El organismo con sede en Ginebra recorta sus previsiones en más de un tercio, al dejar el crecimiento de los flujos comercial en un débil 1,7% este 2016. Hace seis meses anticipó un 2,8%. Es el peor rendimiento desde la Gran Recesión y como señala la institución que dirige Roberto Azevedo será la primera vez en 15 años que el comercio crezca menos que la economía global.

La OMC señala que esta tendencia refleja la moderación del crecimiento en China, que está demandando menos materias primas para alimentar su economía, y el descenso de las importaciones de Estados Unidos. Azevedo advierte que la situación puede incluso empeorar si los gobiernos adoptan políticas para proteger sus industrias del fenómeno de la globalización, para apoyar sus productores locales a expensas de la competencia internacional.

El comercio solía crecer hasta ahora una vez y media más rápido que el producto interior bruto global. Este año, sin embargo, lo hará un 20% por debajo. La última vez que se vivió una situación similar fue en 2001. Azevedo admite que la situación es compleja y pide que no se eche la culpa de los problemas de la economía a la globalización. Recuerda que la automatización y la eficiencia tienen un efecto mayor en la pérdida de empleo que la competencia internacional.

La exministra francesa lleva meses señalando que el proteccionismo daña el crecimiento económico, daña la inclusión y daña a la gente. Pero el decrecimiento de la liberalización comercial es solo un factor que explica que el comercio internacional se haya moderado durante los últimos cuatros años, tanto en términos de rendimiento histórico como con respecto a la marcha del conjunto de la economía.

El estudio que se presentará en la reunión de otoño del FMI muestra que el volumen de productos y servicios que se movieron por todo el mundo creció menos de un 3% de media anual desde 2012, menos de la mitad que en las tres décadas previas. Donde los técnicos tienen verdadera dificultad para encontrar precedentes es cuando la evolución del comercio se comprara con el producto interior bruto.

Entre 1985 y 2007, los flujos internacionales crecieron el doble que la economía mientras que en los últimos cuatro años le costó ir al ritmo de la expansión mundial, que rondará el 3,2% en 2016. El motivo principal que explica esta situación es, precisamente, una coyuntura económica caracterizada por un crecimiento tenue. Otro de los síntomas de la moderación es la irrupción tecnológica.

Aunque el propósito del informe es entender las causas de este fenómeno, los expertos del FMI defienden que la mayor apertura permitirá combatir uno de los principales problemas a los que afronta el crecimiento global: la caída de la productividad. Janet Yellen, presidenta de la Reserva Federal, señala que es el principal factor por el que Estados Unidos crece un punto por debajo de su potencial.

Esfuerzo coordinado

El razonamiento es simple. El comercio permite a las economías especializarse y explotar la producción de productos y servicios en los que pueden tener una ventaja competitiva. Precisamente porque el comercio puede reforzar la productividad e impulsar el crecimiento, el FMI reclama una "esfuerzo coordinado" de los gobiernos con políticas destinadas a revitalizar el comercio y reducir los costes.

La liberalización comercial puede mejorar la productividad, de acuerdo con el estudio, "al orientar los recursos hacia compañías que están mejor posicionadas para expandir su actividades en el mercado exportador". El comercio internacional, además, beneficia a las firmas porque "un mayor acceso al mercado les da mayores incentivos" para invertir en tecnología, innovar y ser más eficientes.

"El comercio internacional y las políticas comerciales pueden dar forma a la actividad económica al influir en las decisiones de inversión de las empresas", afirman los relatores. El FMI presentará la nueva actualización de sus previsiones dentro de una semana. Aunque evitan inmiscuirse en el debate político en EE UU, si se pide al próximo presidente que mire el comercio en términos positivos.

Lagarde admitía hace dos semanas que la competencia de países emergentes con mano de obra barata y la tecnología causan daño a los trabajadores en los países occidentales. Pero cerrar las fronteras no es el camino. El FMI concluye que se necesitan políticas adicionales que potencien los beneficios de una mayor integración al tiempo que alivien sus efectos negativos en industrias que tienen más dificultad para ajustarse.

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