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Fedea pide subir impuestos para evitar más recortes en el Estado del Bienestar

El gasto público de España se acerca a la media europea tras la crisis por las secuelas de la crisis

Jesús Sérvulo González
RAFAEL RICOY

Un informe presentado por Fedea, un reconocido think tank económico, defiende la necesidad de aprobar una reforma fiscal con el objeto de aumentar la recaudación fiscal y evitar así nuevos recortes de gastos sociales como la educación, sanidad y prestaciones sociales. Los investigadores, que analizan la evolución del gasto público entre 2007 y 2014, concluyen que las Administraciones españolas están entre las que menos dinero consumen de toda la Unión Europea.

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La brecha entre el nivel del gasto público de España y el del resto países de la Unión Europea (UE) se ha reducido en los últimos años. “Esta evolución no se debe a un proceso de convergencia con los Estados de bienestar europeo sino más bien a aumentos de partidas estrechamente ligadas con el envejecimiento de la población (pensiones) y la crisis (desempleo e intereses)”, señala el informe Evolución del gasto público por funciones durante la crisis: España frente a la UE, elaborado por Ignacio Conde-Ruiz, Manuel Díaz, Carmen Marín, y Juan Rubio-Ramírez, investigadores de Fedea, la fundación de estudios de economía aplicada, patrocinada por empresas del Ibex.

El nivel de gasto público español ha crecido en cinco puntos de PIB desde el estallido de la crisis financiera, desde el 38,3% del PIB en 2006 al 43,3% el año pasado, según Eurostat, la oficina estadística europea. Este aumento se produce a pesar de la estela de recortes en los servicios públicos que se produjo durante el segundo tramo de la Gran Recesión.

“Los ciudadanos deben darse cuenta que no es posible mantener un país con un fuerte Estado de bienestar, similar al de la media europea, y al mismo tiempo tener una recaudación inferior”, advierten los economistas. Y remachan: “La única salida a la crisis fiscal es continuar con el recorte del Estado de bienestar o aumentar los ingresos públicos”. Y ante esta disyuntiva, los analistas recomiendan subir impuestos.

Los investigadores de Fedea dividen la crisis en dos fases: Una primera entre 2007-2009, cuando los países europeos trataron de combatir la depresión con aumentos de gasto, mucho del cual se destinó a rescatar a entidades financieras europeas. En este periodo, “España aumenta todas las partidas de gastos destacando el aumento del destinado a desempleo (un 1,5% del PIB más), servicios generales (aumenta un 1,1%), pensiones (1,1% más) y sanidad (una subida del 1,1%)”, contiene el estudio. En esos primeros años de turbulencias financieras, el Gobierno socialista de la época introdujo el Plan E y el fondo especial de I+D para sectores estratégicos. “Las finanzas públicas pasaron de un superávit del 2% del PIB a un déficit del 11% en 2009”, recuerda el informe. El aumento del gasto en los grandes países europeos en esos años fue del 5,6 puntos porcentuales del PIB mientras que en España subió un 7%.

Austeridad a ultranza

A partir de 2009 los vientos fríos del norte de Europa hicieron cambiaron las políticas presupuestarias. Se extendió por el continente la tesis de que la austeridad a ultranza era el bálsamo para reparar las ajadas cuentas públicas. Desde las autoridades comunitarias se recetaron grandes dosis de ajustes y recortes. En España se redujo el sueldo de los funcionarios, se congelaron pensiones en 2010, se subieron impuestos y en 2012, el Ejecutivo popular, dio un tajo al gasto social, Se redujo la sanidad, la educación, prestaciones por desempleo... Aún así el gasto de las Administraciones Públicas españolas se redujo solo un 2,5% a partir de 2010 —el aumento de las pensiones de jubilación por el efecto demográfico se comió buena parte de los ajustes— frente al 2,9% que lo bajó de media los 15 grandes países de la UE.

La fotografía completa del periodo 2007-2015 refleja una imagen de España en la que subió el gasto más que la media de la UE al principio de la crisis y lo bajó menos en la segunda parte. El estudio insiste en que durante todo el periodo el gasto sanitario, educativo y de protección social se ha reducido pero está evolución se compensa con el alza de los intereses de la deuda —que casi se ha triplicado hasta el 100% del PIB—, el gasto por paro y en pensiones. A pesar de ello, “si analizamos el gasto total sin intereses y desempleo, España es el segundo país de la UE-15 con un menor nivel de gasto tan solo por detrás de Irlanda”, abundan los expertos.

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Sobre la firma

Jesús Sérvulo González
Redactor jefe de Economía y Negocios en EL PAÍS. Estudió Económicas y trabajó cinco años como auditor. Ha cubierto la crisis financiera, contado las consecuencias del pinchazo de la burbuja inmobiliaria, el rescate a España y las reformas de las políticas públicas de la última década. Ha cursado el programa de desarrollo directivo (PDD) del IESE.

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