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Las mentes que moldean el acero

El centro de innovación de ArcelorMittal en Avilés es clave para el futuro del sector

María Fernández
Un trabajador en el centro de ArcelorMittal en Avilés.   
Un trabajador en el centro de ArcelorMittal en Avilés.  Paco García

España maltrata la innovación: lo dicen todas las estadísticas, lo corroboran universidades y empresas, lo sufren los investigadores que emigran. Pero en el bosque sombrío afloran aldeas de Asterix. “Fue en 2008. Escogimos el año perfecto para arrancar”, ironiza Nicolás de Abajo, director del centro de Investigación y Desarrollo (I+D) de ArcelorMittal de Avilés, el único que la multinacional tiene en España y uno de sus 12 del mundo. “No era el lugar donde uno piensa que pueda estar un centro de innovación”. El gigante del acero y cuarta minera del globo fundó esta unidad cerca de sus hornos asturianos con un equipo modesto de 24 personas. Ahora son 176 (104 investigadores y 69 técnicos) y han desarrollado soluciones para 83 plantas del grupo en unas instalaciones que ocupan 12.000 metros cuadrados. “Eso exige esfuerzo”, afirma Abajo. “Tienes que hacer cosas bien, globales, preocuparte de implantarlas bien, y viajar muchísimo”.

We are good people (somos buenas personas), dicen los carteles que cuelgan en los pasillos camino a los laboratorios. El espíritu de equipo acompaña y anima al grupo a perseguir objetivos: en pocos años han lanzado 30 líneas de investigación, desde nanotecnologías a enfriamiento de laminación. Superaron obstáculos difíciles, como captar inversiones compitiendo con países como Francia, donde las empresas tienen ventajas fiscales superiores, como un retorno monetario de un 30% de toda la inversión en I+D. Su presupuesto actual, de 14 millones, está financiado desde el grupo con 10,6 millones. El resto proviene de fondos europeos.

Producto complejo

Su arquitectura innovadora está definida y coordinada con el resto de los centros de la multinacional. “Cubrimos todos los ámbitos: productos largos, automóvil, construcción, industria, envasado, aceros eléctricos, energía [desde torres eólicas a oleoductos]”. El acero es un producto con una complejidad técnica enorme y que, como se mueve a unos volúmenes tan grandes, tiene un precio razonable. “Un litro de agua es más caro que un kilo de acero de altísima calidad. Y eso que, junto con el hormigón, es la principal materia de diseño humano”, reflexiona Abajo. Dibuja la filosofía de su centro, que impulsó desde el principio, y describe lo que han conseguido. Como una tecnología de filtración híbrida que reduce las emisiones asociadas al polvo que genera el proceso de sinterizado del mineral de hierro. “Para evitar que sean expulsados por la chimenea se utilizan filtros en la salida de humos. Una instalación normal puede costar 23 millones de euros solo de filtros”. La tencología que desarrollaron combina dos filtros (un electrofiltro y otro de mangas) que ha reducido a solo ocho millones el coste de esos componentes. “Además de ser más barato es más eficaz. Es el tipo de cosas que hacemos aquí”. Otra de las líneas de trabajo utiliza la propia energía que generan las fábricas para reducir la factura de consumo. Tienen un horno para calentar planchones de acero, laminarlos y bobinarlos. Con ello hacen todo tipo de pruebas. Incluso han metido un dron dentro para evitar que sea un operario el que tenga que acercarse a la chimenea. Además, colaboran con universidades, centros de investigación, con empresas. Incrustan a investigadores propios en grupos de élite mundial y acuerdan con startups abrir líneas donde ellos por sí solos no llegan: Internet de las cosas, impresión 3D, robots. Presumen de tener un buen equilibrio entre la investigación estandar y la búsqueda de desarrollos rupturistas. Y también presumen de un dato: no han tenido ningún accidente desde su fundación, “pese a que en los centros de I+D la peligrosidad suele ser superior a la de los centros industriales”.

No dicen qué sueldo les pagan a los investigadores, pero la mayoría asegura estar feliz. ¿Por qué no se van a ciudades más grandes? “Porque después de trabajar te puedes coger la tabla y salir a hacer surf”, cuenta una ingeniera. “Hay cosas más importantes que el sueldo”. Solo así han conseguido que 38 soluciones tecnológicas de Avilés se clonen en plantas del resto del mundo. “A veces bromeamos con que la I+D, bien dirigida e integrada, es el negocio legal que genera más margen, más incluso que negocios ilegales”.

“Si no actuamos, el ‘dumping’ se extenderá”

El vicepresidente mundial de ArcelorMittal y director del área de I+D define la innovación como la realización práctica de la creatividad. Gregory Ludkovsky (1950) comenzó su carrera en Rusia como investigador en el campo de la física hasta que en 1979 se fue a EE UU, contratado por un laboratorio que se integraría en el grupo. Posee dos docenas de patentes y es autor de numerosas publicaciones en el campo de la metalurgia física.

Pregunta. Han perdido 6.000 millones; en España han tenido que vender Gestamp; ampliaron capital en 3.000 millones... ¿Cómo están de preparados para afrontar el futuro con una caída en picado de todo el sector?

Respuesta. En los últimos 20 años la capacidad de producción de acero en China ha ido aumentado exponencialmente. Las economías de otros países, como Rusia, no han estado creciendo a un ritmo que les permita absorber el exceso de capacidad existente. En muchos casos los incrementos de capacidad de producción están subvencionados por los Gobiernos. Empresas como Arcelor se ven obligadas a jugar en condiciones desiguales. Si no hacemos nada al respecto la misma situación se extenderá al resto de la economía.

P. Pero parece que las medidas antidumping en Europa no están siendo lo efectivas que deberían.

R. Son menos agresivas que las tomadas en EE UU. Mi convicción es que la competencia es sana, es un motor de progreso. Creo que ganar en una situación de competencia justa es fantástico, pero lo contrario es como competir en unos juegos olímpicos cuando otros deportistas se dopan.

P. ¿La I+D va a poner suplir en un escenario de dumping esa diferencia?

R. Responder a eso sería irresponsable por mi parte. Está claro que la tecnología puede permitir avanzar mucho, incluso en un contexto negativo, pero darle cifras sería difícil. En cualquier caso será el principal factor de diferenciación.

P. ¿Cuánto invierte el grupo en investigar?

R. Unos 250 millones de euros.

P. Su sistema de I+D se basa en 12 centros en el mundo. ¿Qué lugar ocupa el español?

R. [Se saca el reloj y lo pone sobre la mesa]. Dígame una cosa: ¿de qué parte de este reloj podría prescindir? Si cualquiera de las piezas no funciona todo deja de hacerlo. Aquí pasa lo mismo. Somos autodependientes, no redundantes. Este centro tiene fines únicos y ha desarrollado capacidades únicas que no están duplicadas en ningún otro lugar. La legislación en materia medioambiental es cada vez más exigente. Estamos proporcionando soluciones que nos permiten alcanzar y superar las directrices [legislativas] que se van implantando. Otro área es el campo de los subproductos: la economía circular no es una frase de moda, es un principio humanístico de fabricación responsable. Si dejamos de aprovechar los subproductos, iríamos contra nuestro principio de RSC. Aquí todos los que trabajamos tenemos familia, queremos crecer y vivir en un entorno saludable.

P. La minería ha causado grandes daños al medio ambiente.

R. Desde una perspectiva moral, el objetivo es que la fabricación tenga impacto cero. Completar el bucle de la economía circular es el objetivo. Una de las tecnologías que utilizamos nos permite eliminar la contaminación vinculadas a los procesos de fabricación de las plantas de sinterización. El rendimiento de esa tecnología será superior a los objetivos contemplados por el Gobierno. La primera planta piloto a nivel industrial se probó aquí, en Gijón. Se generalizará en todo el grupo en un periodo muy breve. También estamos consiguiendo muchos avances en mejorar la calidad del agua. Este centro puede sentirse orgulloso de lo que está creando.

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Sobre la firma

María Fernández
Redactora del diario EL PAÍS desde 2008. Ha trabajado en la delegación de Galicia, en Nacional y actualmente en la sección de Economía, dentro del suplemento NEGOCIOS. Ha sido durante cinco años profesora de narrativas digitales del Máster que imparte el periódico en colaboración con la UAM y tiene formación de posgrado en economía.

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