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La firma de contratos marca máximos pero cada vez son más breves

Este año se batirá el récord de contratación gracias a la temporalidad y a la escasa duración de los empleos

Manuel V. Gómez
Una oficina del Inem en Madrid.
Una oficina del Inem en Madrid. EFE

España lleva camino en 2016 de romper el récord de contratos de trabajo firmados en doce meses. En los primeros siete meses se han rubricado 11,3 millones. Nunca se habían registrado tantos hasta julio. Se bate el récord de 2007, cuando se cerró con un máximo de contratación. Y lo hace con un mercado laboral que tiene dos millones menos de asalariados. Pero esta cara tiene una cruz que lo hace posible: los contratos temporales más cortos, los de una semana o menos, suponen más del 26%, y la duración media de los que tienen fecha de caducidad ha bajado a 50,9 días, según los datos del Ministerio de Empleo.

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En un país como España, donde la temporalidad ha sido una seña muy marcada de su mercado laboral, hace mucho que un contrato dejó de ser sinónimo de estabilidad laboral. Y a tenor de lo observado en siete primeros meses del año el fenómeno se acentúa. Las cifras de contratación así lo muestran: el 26% de los compromisos laborales firmados hasta julio tenían un duración de menos de una semana y casi el 50% apenas tenían vigencia de un mes. Sendos porcentajes no han dejado de crecer en los últimos nueve años, respectivamente, hasta casi duplicarse en los dos casos.

Esto explica que la vida media de los contratos temporales en los que puede medirse la duración —casi dos tercios— haya caído a 50,9 días, 30 menos que hace una década. También sirve para para explicar la causa de que en un mercado laboral con casi dos millones menos de asalariados que hace nueve años haya más contrataciones. En 2007, cuando había unos 17 millones de empleados, en los siete primeros meses se firmaron casi 11 millones de contratos; en 2016, con 15,1 millones de trabajadores por cuenta ajena, se ha rubricado 11,3 millones.

“Es una disfuncionalidad clara del mercado laboral que no pasa en ningún país. A este ritmo, el año acabará cerca de los 20 millones de contratos. Esto muestra que hay una rotación altísima”, explica José Ignacio Conde-Ruiz, profesor de Economía en la Universidad Complutense de Madrid. “Es propio de un mercado atípico que abusa de la temporalidad y de la precariedad”, añade.

Solo la mitad de los fijos de la reforma superan el año

La reforma laboral aprobó un nuevo contrato indefinido para empresas de menos de 50 trabajadores. Se diferencia del resto en que permite despedir durante el primer año sin indemnización. El Ejecutivo no ha hecho públicos datos de supervivencia de estos contratos.

La semana pasada CC OO aprovechando cifras del Ministerio de Empleo remitidas a la OIT hizo público un informe en que se mostraba que el Ejecutivo había analizado 310.597 de esta modalidad de contratos y resultaba que solo superaban el año de vida el 49,1%. Este porcentaje es más bajo que el resto de indefinidos, donde la tasa de supervivencia transcurridos 12 meses llega al 62%.

“Mucha precariedad”

Las palabras del economista van en la misma dirección que las de Raúl Pérez, orientador laboral de la Fundación del Secretariado Gitano en Extremadura, quien advierte de que suele trabajar con colectivo de baja empleabilidad: “Hace años no había ofertas de empleo. Ahora sí que hay, pero también se ve mucha precariedad”.

La precariedad y la inestabilidad se notan más en los contratos más cortos, que cada vez ganan más peso en el conjunto. Y en los de empleo a tiempo parcial, que desde 2013 superan el 40% de todos los firmados.

No obstante, hay que tener presente que este fenómeno solo afecta a una parte del mercado laboral no a todo el grupo de asalariados. Ya que al mismo tiempo que un colectivo amplio sufre la alta rotación laboral e inestabilidad que muestran estas cifras, hay otro colectivo que firmó un contrato hace seis años o más y supone casi 60% de los asalariados. Es la llamada dualidad del mercado laboral por la que en las dos recesiones de la crisis, especialmente la primera, se coló una intensa destrucción de empleo.

Esa dualidad era y sigue siendo especialmente intensa en la construcción. Sin embargo, ese sector ya no tiene el protagonismo que tenía hace casi 10 años, como recuerda Conde-Ruiz. Entonces, un sector que tenía una temporalidad del 60% empleaba a casi tres millones de trabajadores y en siete meses 1,7 millones de contratos. Ahora, con una tasa del 50%, da trabajo a 750.000 y en el mismo periodo rubrica poco más de 700.000 contratos.

Estas cifras se traducen en un desplazamiento de la precariedad hacia otros sectores que tradicionalmente la sufrían menos. Es el caso de la industria, en la que la duración media de los contratos temporales se ha hundido (ha pasado de más de 160 a 57 días en julio).

O se ha intensificado en otros como la hostelería que ya la padecían. En los primeros siete meses de 2007 se registraron 1,05 millones de contratos en esta actividad que tenía 1,1 millones de asalariados, frente al mismo periodo de 2016 en que se han firmado 2,3 millones de compromisos para 1,3 millones de empleados.

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Sobre la firma

Manuel V. Gómez
Es corresponsal en Bruselas. Ha desarrollado casi toda su carrera en la sección de Economía de EL PAÍS, donde se ha encargado entre 2008 y 2021 de seguir el mercado laboral español, el sistema de pensiones y el diálogo social. Licenciado en Historia por la Universitat de València, en 2006 cursó el master de periodismo UAM/EL PAÍS.

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