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“Con constancia, lograré empleo”

Modesto Laredo, a punto de cumplir 50 años, ha pasado los últimos cuatro sin trabajo

Manuel V. Gómez
Modesto Laredo en un parque de Palma de Mallorca
Modesto Laredo en un parque de Palma de MallorcaTolo Ramón

El martes Modesto Laredo García cumplirá 50 años, los últimos cuatro en paro. Desde que perdió su empleo como guardia de seguridad no lo han vuelto a contratar. “Empecé a trabajar con 16 años. Tengo 30 años de experiencia y he hecho de todo. Estuve en correos. También en el aeropuerto, primero en carga y descarga y luego como carretillero. Ha trabajado en varios almacenes...”, expone por teléfono Modesto tratando de detallar toda su larga experiencia laboral.

Ahora Modesto está pendiente de que le llamen para el proceso de selección de unos grandes almacenes en Palma de Mallorca, donde vive, una oferta de empleo que le llegó a través del “SOIB”, las oficinas autonómicas de empleo que menciona con familiaridad en varias ocasiones. Tiene esperanza, lo dice y su tono de voz lo corrobora. Hace muy poco que ha terminado un curso de cinco meses de formación como técnico de gestión de almacenes.

“Ha sido lo último que he hecho”, añade, recordando que en el curso había un periodo de prácticas. Las suyas las ha hecho “en una empresa de un polígono cercano”. Cuando acabó el curso fue a repartir su currículum por varias empresas del mismo polígono.

Es una de las vías a las que recurre para buscar empleo. También repasa todas las mañanas los portales de empleo.

Además de esperar la llamada de los grandes almacenes, Modesto, que tiene el graduado escolar, espera que corra una bolsa de trabajo para servicios auxiliares del gobierno balear a la que se presentó. “Estoy en el puesto 328 de 1.400”, apunta de memoria.

Aunque espera que le llamen para trabajar en esos grandes almacenes o de la bolsa de empleo, el sueño de Modesto sería poder vivir de los logotipos que diseña. ¿Vive de eso ahora? “Con eso no trabajo, pero me gustaría que alguna empresa los viera en la web que tengo...”, apunta rápido, señalando que ha hecho un “par de exposiciones en la isla”.

Modesto, que no tiene familia, quisiera vivir de sus logos. Es uno de esos 250.000 desempleados que llevan cuatro años sin trabajar y que percibe ayudas públicas, casi 430 euros al mes. Es la del programa para desempleados de larga duración. Si no consigue trabajo antes de que se agote, él, que ya ha pasado por todos los escalones de las ayudas públicas, añade que tendrá que estar un año sin recibir otro subsidio. “Un año, qué hace uno entonces. Esto no tendría que ser así”, es el único momento de la conversación en que muestra una queja.

Sabe que no es fácil. “Es como una lotería. Y está el handicap de la edad”, señala sin que asome resignación en su voz. “Confió en que con constancia conseguiré empleo. Si no la tienes, no lo vas a conseguir. Es como tirar la caña y esperar”, apunta, para a continuación añadir que comprende que tampoco los empresarios lo tienen fácil: “Intento ponerme en la otra parte. Tantas empresas cerrando...”.

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Sobre la firma

Manuel V. Gómez
Es corresponsal en Bruselas. Ha desarrollado casi toda su carrera en la sección de Economía de EL PAÍS, donde se ha encargado entre 2008 y 2021 de seguir el mercado laboral español, el sistema de pensiones y el diálogo social. Licenciado en Historia por la Universitat de València, en 2006 cursó el master de periodismo UAM/EL PAÍS.

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