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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Perú: el reto de relanzar el crecimiento

¿En qué estado recibe la economía el nuevo Gobierno? Dentro de lo positivo, destacan tres elementos. El primero, las fortalezas macroeconómicas que sigue exhibiendo Perú: un bajo nivel de endeudamiento público y una elevada disponibilidad de reservas internacionales. Otro aspecto favorable son los grandes proyectos de infraestructura que ya están concesionados e incluso en ejecución por un monto equivalente a casi el 10% del PIB. Estos proyectos se realizarán en los próximos cinco años, por lo que su construcción dará un soporte importante al crecimiento de aquí al 2021. Finalmente, las nuevas autoridades encontrarán algunas iniciativas interesantes implementadas por el Gobierno anterior para dotar de mayores recursos y mejorar la calidad de la educación pública y de la administración estatal.

De otro lado, el Gobierno entrante deberá hacer frente a una economía que se ha desacelerado en los últimos años. Debido a condiciones externas ahora menos favorables y a la ausencia de políticas adecuadas para apuntalar la productividad, la competitividad y mejorar el clima para los negocios, la economía peruana ha venido creciendo en los últimos tres años a un ritmo del 3% (frente al crecimiento medio anual de 6,3% que registró en el periodo 2003-2013).

El país debe consensuar una agenda mínima para no quedarse en un equilibrio de bajo crecimiento y evitar la “trampa de los ingresos medios”

Perú requiere retomar una senda de crecimiento más acelerada para seguir extendiendo los beneficios del progreso económico a vastos sectores de la población. Por ejemplo, si bien la pobreza ha caído en los últimos 15 años, aún casi siete millones de peruanos, el 22% de la población, son pobres. Cifras aún elevadas para un país que tiene la aspiración de ser parte de la OECD en 2021, año de su bicentenario como república. Nótese que en los últimos tres años, la pobreza cayó sólo por el efecto de los programas sociales y no por la mejora de los ingresos. Si se excluye el efecto de estas transferencias, la pobreza prácticamente se ha estancado.

También es importante consolidar un crecimiento más robusto para crear oportunidades laborales para los 250.000 jóvenes que todos los años buscan un puesto de trabajo por primera vez. De acuerdo a diversos cálculos, se requiere que la economía crezca entre un 4,0% y un 4,5% para generar empleo suficiente para absorber a estos nuevos entrantes al mercado laboral.

Para acelerar el crecimiento de la economía se deberá incrementar la productividad y reducir la informalidad. Este último punto es otro grave problema estructural de la economía peruana: aproximadamente, el 70% de la población ocupada está empleada de manera informal. Una forma de lograr ambos objetivos es reducir la excesiva rigidez del mercado laboral peruano, afectado por altos costos de contratación y de despido que inhiben los incentivos para la generación de empleo de calidad. Asimismo, para apuntalar el crecimiento de largo plazo será necesario relanzar la inversión y la acumulación de capital. Aquí una línea de acción va por el lado de reducir las trabas burocráticas y procesos administrativos, que se han elevado en los últimos años y han desincentivado a los inversores.

Perú debe consensuar una agenda mínima para no quedarse en un equilibrio de bajo crecimiento y evitar la “trampa de los ingresos medios”. Productividad, flexibilidad laboral e inversión pueden ser los ejes de este consenso.

Hugo Perea es economista jefe de BBVA Research Perú.

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