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El déficit de las Administraciones públicas sube hasta mayo un 13%

El Estado central rebasa su objetivo de déficit a seis meses del cierre del año

Antonio Maqueda
El ministro de Hacienda en funciones, Cristóbal Montoro (d)
El ministro de Hacienda en funciones, Cristóbal Montoro (d)J.J. Guillén (EFE)

En lugar de reducirse, el desfase presupuestario aumenta. El déficit del conjunto de las Administraciones públicas ha alcanzado hasta mayo los 26.007 millones de euros, un 12,8% más que los 23.065 millones registrados en el mismo periodo del año pasado. O lo que es lo mismo, el déficit engorda en 2.942 millones más que hace un año.

Si en 2015 se contabilizó en mayo un déficit público por valor del 2,13% del PIB, en los cinco primeros meses de 2016 se acumula un agujero del 2,32%, según los datos de contabilidad nacional que sigue muy atentamente Bruselas. Y así no es de extrañar que la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal haya advertido del riesgo de dejar el déficit a finales de 2016 entre el 4,1% y el 4,7% del PIB, lejos de las metas de reducción exigidas por la UE.

Aun restando unas ayudas financieras que ascienden a los 1.389 millones, el déficit público se coloca en el 2,20% del PIB, una cota todavía por encima de la del año anterior. Por más que la economía esté creciendo a tasas cercanas al 3% anual, el Gobierno se muestra incapaz de bajar el déficit. Más bien al contrario, lo está agrandando.

Y una parte importante de este incremento se debe a que los ingresos están desplomándose un 6,2% hasta mayo, una caída que no se logra compensar con un recorte del gasto del 2,9%. Además, el déficit también empeoró en los Organismos de la Administración Central debido a unas operaciones relativas al rescate bancario valoradas en 1.389 millones. Una parte sustancial de éstas obedece a la recapitalización del banco malo Sareb, que en los cinco primeros meses de este año ha costado a las arcas públicas 996 millones de euros.

Descienden la rúbrica de intereses en 800 millones, los subsidios en 509 millones y los consumos intermedios en 164 millones. A todas luces, unos ahorros de todo punto insuficientes como para neutralizar la caída de los ingresos tributarios de 3.993 millones, el aumento del gasto en prestaciones en 894 millones y una nómina en empleados públicos que sube 854 millones. Básicamente, la rebaja de impuestos, el ascenso del gasto en pensiones, el incremento salarial de los empleados públicos y la devolución de la extra están impidiendo que el déficit se corrija. 

Pese a que las cotizaciones sociales suben un 3,1% en contabilidad nacional, la Seguridad Social arroja un superávit de 1.778 millones, una cifra 1.800 millones por debajo del saldo positivo registrado en mayo de 2015. Lo dicho: la mejora de la caja no compensa el alza de los desembolsos en pensiones. Según los expertos, a finales de 2016 el desfase en el sistema de pensiones podría escalar por encima de los 16.700 millones del año pasado.

Respecto a las comunidades autónomas, éstas han logrado recortar su déficit un 24,8% gracias a los 7.400 millones más de financiación recibidos este año. Es decir, las transferencias entre administraciones están traspasando el déficit desde las autonomías al Estado central. No obstante, si se descuenta el efecto de los anticipos, entonces el déficit autonómico sólo está cayendo un 18,2%. Mientras que los ingresos regionales están subiendo un 4,2%, el gasto está repuntando un 1,7%.

Estos datos no contemplan el superávit de los Ayuntamientos. Sin embargo, las previsiones de la Autoridad Fiscal sostienen que este superávit disminuirá a cierre de año. Lo que significa que en la foto final lastrará el resultado final en vez de mejorarlo.  

Datos del Estado central a junio

La misma radiografía se desprende de los datos de ejecución presupuestaria a fecha de junio. De acuerdo con éstos, el déficit del Estado central se sitúa en el 1,9% del PIB, una décima más que el objetivo fijado para el conjunto del año en el 1,8%. A seis meses del cierre de las cuentas, el Estado ya desborda la meta comprometida para todo el ejercicio. 

Y el motivo fundamental reside en la recaudación tributaria, que entre enero y junio cae en términos homogéneos un 3,2%, según las estadísticas de la Agencia Tributaria. Este organismo cifra el impacto de la reforma fiscal en una pérdida hasta junio de 4.315 millones de euros, de los que 2.520 millones se corresponden con la rebaja del IRPF y 1.795 millones con la rebaja del impuesto de sociedades.

La recaudación por IRPF desciende un 4,7% entre enero y junio de 2016, desde los 32.687 millones a los 31.136 millones. Y la de sociedades se desploma desde los 2.386 millones a los -204 millones, fundamentalmente por los 1.434 millones que se pierden al haber suprimido el pago a cuenta. De ahí que Hacienda esté preparando restablecer este pago fraccionado en más del 20% del beneficio contable. Una maniobra por la que espera embolsarse hasta 6.000 millones de euros.

Por el contrario, el impuesto sobre el valor añadido y los impuestos especiales se están comportando bastante mejor. Los ingresos por IVA repuntan durante el primer semestre en 1.290 millones hasta un total de 31.321 millones, un 4,3% más. Y la caja de Especiales se eleva un 4,2%, sumando hasta junio 9.530 millones. Aún así, no bastan ni de lejos para compensar el empeoramiento de renta y sociedades.

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Antonio Maqueda
Periodista de la sección de Economía. Graduado en Periodismo en la Universidad de Navarra y máster por la Universidad de Cardiff, ha trabajado en medios como Cádiz Información, New Statesman, The Independent, elEconomista y Vozpópuli.

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