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Yahoo: un icono de Internet en busca de identidad

La empresa llegó a valer 114.000 millones al estallar la burbuja de las ‘puntocom’

Tres hombres delante de un logo de Yahoo en su sede central de Sunvalley, en California
Tres hombres delante de un logo de Yahoo en su sede central de Sunvalley, en CaliforniaMarcio Jose Sanchez (AP)

Yahoo se desplomó por su propio peso, hasta el punto de casi desaparecer cuando se mira el precio que paga ahora Verizon. La compañía que dominó hace dos décadas el negocio de Internet tuvo una valoración bursátil de 125.000 millones de dólares (114.000 millones de euros al cambio actual) al estallar la burbuja tecnológica. Sobrevivió a aquella hecatombe en 2000. Pero a partir de ese momento entró en una espiral imposible de parar mientras nuevos actores como Google y Facebook ganaban rápido escala.

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La puntocom de Sunnyvale tuvo la opción incluso de ponerse en manos de Microsoft hace ocho años, cuando la empresa de Redmond le ofreció 45.000 millones de dólares. Ahora, vende su negocio de internet en Estados Unidos, pero conserva sus participaciones en Yahoo Japan y en Alibaba, además de unos 7.000 millones de dólares en metálico, sin contar los 4.800 millones que ingresará por la venta de su negocio en Estados Unidos. Gracias esas participaciones, que conservará de modo indefinido, y a ese dinero en efectivo, la compañía aún tiene una capitalización bursátil de unos 37.000 millones de dólares (unos 34.000 millones de euros).

El gran problema que tuvo Yahoo, y que explica el derrumbe en la valoración de su negocio básico, es su consejo de administración, completamente disfuncional. Eso provocó que no hubiera una estrategia clara y los cambios en la cúpula de gestión se sucedieron uno detrás de otro, con hasta seis consejero delegado diferentes.

Esa falta de una dirección clara provocó que Yahoo fuera perdiendo terreno en los mismos mercados que creó y le impidió al mismo tiempo ver las oportunidades que se abrían en el mundo de Internet, como el móvil o en las redes sociales. Su consejera delegada Marissa Mayer tenía muy difícil rescatarla de este rápido declive, por eso la ejecutiva vende la operación con Verizon como un éxito. En su opinión, logró modernizarla y crear nuevos productos desde cero.

Pero el coste fue muy alto. Los inversores más activos criticaron durante los dos últimos años a Marissa Mayer por haber querido abarcar demasiado con su estrategia —se hizo con medio centenar de empresas emergentes— y la acusaron en paralelo de no haber sido capaz de acabar con la confusión interna que despistaba a sus empleados desde hace una década, precisamente por esa falta de definición sobre lo qué de verdad quería ser Yahoo.

Verizon tiene ahora la oportunidad de darle escala combinándola con AOL y tratar así de recuperar su gloria pasada. Para eso tendrá que demostrar que no es un dinosaurio en peligro de extinción.

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