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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Costes eléctricos y competitividad industrial

El aumento de los precios de la electricidad es un tema recurrente, que preocupa a la industria dada su relevancia como uno de los factores que afectan a la competitividad. La tarifa eléctrica es siempre motivo de confrontación entre las distintas opciones políticas. Para la objetividad y claridad necesaria en el debate, es útil acudir a las bases estadísticas oficiales y los estudios que se realizan por organismos independientes. Recientemente se ha publicado un estudio por Orkestra (organismo perteneciente al Instituto Vasco de Competitividad) titulado Precios de la energía y competitividad industrial en el que, utilizando los datos facilitados por el INE y EUROSTAT, pone de manifiesto algunas cuestiones relativas a la pérdida de competitividad industrial por el continuo crecimiento de los costes eléctricos.

En la última década la electricidad ha experimentado varias subidas de precios, debido fundamentalmente a los mayores costes reconocidos que han provocado subidas de las tarifas insoportables para nuestra industria. En el caso de la electricidad, según datos del estudio citado, para los períodos 2007‐2009 y 2010‐2014, en España se pasó de 113 a 140; en Alemania de 152 a 188 y en Francia de 88 a 105 euros/MWh, como datos promedio. A la luz de estas cifras, parecería que la industria española no se enfrenta a mayores precios energéticos que los países analizados. Sin embargo, teniendo en cuenta, por ejemplo, que en Alemania, existen exenciones que podrían llegar a alcanzar los 80 euros/MWh para la industria intensiva en energía, simulando los precios finales de la electricidad en Alemania para una banda habitual de grandes consumidores de electricidad, estos se reducen por debajo de los niveles de Francia, que ofrece a su industria los menores precios de electricidad.

La evolución de los precios de la electricidad ha ido acompañada, en el caso de España, de un incremento relativo menor de los precios de los productos; como no se han podido repercutir en su totalidad los aumentos de costes en aumentos de precios de venta, se deben asumir internamente las subidas energéticas. Como promedio, para los sectores industriales españoles el precio de la energía ha aumentado un 19% por encima de los precios de los productos que ofrecen. Esta cantidad contrasta con los datos promedio de los demás países europeos de referencia, donde dicho aumento no es mayor del 9%, para Francia o del 3% en Alemania.

En todo caso y a pesar de la electricidad, las exportaciones han aumentado en la mayoría de los sectores, pero a costa del deterioro de los márgenes de nuestras industrias. Deberían aligerarse en lo posible los costes regulados que se tienen en consideración en el cálculo de las tarifas, para tratar de equiparar dichos costes con los referentes europeos, de forma que la competitividad por este factor no se vea perjudicada. Así, deberían sacarse de la tarifa algunas de las partidas de los costes regulados y trasladarlas a los Presupuestos Generales del Estado (PGE), como los llamados costes extrapeninsulares (si en un territorio con costes eléctricos más caros se quiere disponer de la misma tarifa que en la Península lo lógico es que esa solidaridad interterritorial se traslade a los PGE); lo mismo cabe decir de los importes de principal e intereses que, cada año, debe pagar el consumidor por el déficit tarifario acumulado de años anteriores, producto de haber retrasado y mitigado, mediante la técnica de laminar el coste y llevarlo hacia el futuro, pues ello es producto de una política del gobierno que no debería perjudicar a los consumidores actuales de electricidad.

Parece que la única intención del Gobierno para compensar a las empresas eléctricas por las distintas sentencias de Tribunal Supremo favorables a las compañías es aumentar la partida asignada a la comercialización regulada; tales aumentos solo afectarán a los consumidores que no hayan optado por suscribir contratos de comercialización y se mantengan dentro de la tarifa regulada. Pero, desafortunadamente, no se anuncian medidas para abaratar los costes eléctricos de nuestras empresas industriales grandes consumidoras de electricidad.

Alberto Carbajo Josa fue Director General de Operación de Red Eléctrica

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