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Pavimentos contra la contaminación

PVT comercializa un hormigón que reduce la polución convirtiendo los gases nocivos en sólidos inocuos

Javier Martón (izquierda) y Víctor Moracho.
Javier Martón (izquierda) y Víctor Moracho.ZIGOR ALDAMA

Basta caminar unos metros por cualquiera de las grandes ciudades chinas para certificar la gravedad del problema que supone la contaminación atmosférica en el país más poblado del planeta. Las aplicaciones de móvil diseñadas para mostrar en tiempo real la concentración de partículas en suspensión disipan cualquier duda que pueda quedar al respecto: el nivel de aquellas que miden un máximo de 2,5 micras de diámetro, las más nocivas para la salud por su capacidad para filtrarse hasta los pulmones, rara vez baja de cien, cuatro veces el máximo recomendado por la Organización Mundial de la Salud. Y a menudo superan los 500, el tope de la escala de medición. El Gobierno, consciente de los millones de muertes prematuras causadas por esta coyuntura, está haciendo grandes esfuerzos por establecer estrictas normas medioambientales y modernizar la industria, algo que también requiere el cambio de modelo económico impulsado por el Partido Comunista.

Pero esa transformación llevará años y la solución no puede esperar tanto. Por eso, la empresa navarra Pavimentos de Tudela (PVT) acaba de aterrizar en China con un material desarrollado en Pamplona que actúa mucho más rápido. Es EcoGranic, un pavimento fabricado con materiales reciclados que reproduce el efecto de la fotosíntesis de las plantas para reducir de forma notable la contaminación atmosférica. “Es una tecnología que patentamos hace unos años y que copia la función de la clorofila en las plantas. Consigue degradar con el efecto de la luz los diferentes componentes nocivos de la polución, sobre todo las partículas en suspensión, los óxidos de nitrógeno (NOx), y los compuestos orgánicos volátiles (COV), y convertirlos en productos sólidos inocuos para el ser humano y beneficiosos para la vegetación a través de una oxidación natural”, explica Javier Martón, gerente de la empresa.

Ventajas del invento

Entre las ventajas de este pavimento, que logra reducir una media del 60% los óxidos de nitrógeno y un 50% las partículas en suspensión PM2,5 en la zona en la que se utiliza, reside precisamente en la sencillez de su instalación y en su reducido coste. “Son unas losas de hasta 0,7 metros cuadrados que tienen dos capas. La que queda abajo es una baldosa de hormigón normal, cuya característica principal es que está fabricada con materiales reciclados. Es la que proporciona las prestaciones mecánicas lógicas de un pavimento exterior. Luego hay una segunda capa superior que es donde el hormigón está mezclado con nuestro compuesto, y que tiene un grosor de entre 7 y 12 milímetros. Es una capa personalizable en lo estético, con multitud de acabados y de colores, y cuya función descontaminante está garantizada durante 25 años”, añade el directivo. “Por otro lado, su costo es un 10% más caro que el de un pavimento tradicional. Ese es uno de nuestros argumentos de venta, ya que permite acceder a sellos medioambientales de forma más económica”.

El material logra rebajar una media del 60% los óxidos de nitrógeno y un 50% las partículas en suspensión

Víctor Moracho, director comercial de PVT, reconoce que uno de los principales obstáculos a los que se enfrenta la empresa a la hora de lograr proyectos en China está en el recelo de los clientes. “Muchos desconfían de las propiedades que les contamos. Lógicamente, resulta difícil creer que con una superficie de EcoGranic equivalente a la de un campo de fútbol se puede eliminar la contaminación que provocan 4.000 coches al año. Afortunadamente, hemos realizado multitud de pruebas certificadas por laboratorios independientes, tenemos incluso el sello Applus+, y hemos logrado la clase 3 (la más alta) en la normativa española sobre reducción de óxidos de nitrógeno”.

Además, PVT ya tiene también diversos proyectos acabados que han certificado la valía de su material semiconductor fotocatalítico. “Se ha utilizado en más de 200 obras de España y Francia, y en algunos casos se ha certificado una reducción de los NOx de hasta el 90% en el Centro Padre Rubinos de A Coruña y el 98% en el caso de la Plaza Green Capital de Vitoria”, comenta Moracho. Aunque el material ha tenido especial aceptación en el País Vasco, se ha utilizado en proyectos urbanísticos de ciudades tan diferentes como Guadalajara, Sant Cugat del Vallés, Santander o Grenoble, y los resultados han sido satisfactorios. Eso sí, aunque la empresa afirma que todos sus modelos tienen capacidad descontaminante, reconocen que los de colores claros obtienen mejores resultados.

Calles que se limpian solas

El uso de aditivos fotocatalizadores en el cemento y otros materiales de construcción , según diversos estudios, son capaces de actuar como descontaminantes de NOx (óxido de nitrógeno y dióxido de nitrógeno) y de la fracción de btex (benceno, tolueno, etanol y xileno) de los compuestos orgánicos volátiles, siendo ambos los principales gases tóxicos emitidos por los motores de combustión. Esto es posible gracias al mecanismo de reacción fotoquímica que presentan aditivos como el TiO2 (óxido de titanio), que se activa por la exposición a la luz solar y origina la descomposición química de los contaminantes antes mencionados, y por tanto su eliminación del aire.

La elección de TiO2 como aditivo fotocatalizador es a raíz de sus propiedades inherentes, tales como elevada estabilidad, baja toxicidad, compatibilidad con los materiales de construcción tradicionales y su elevada actividad fotocatalítica en comparación con otros óxidos metálicos. Estas propiedades lo convierten en el fotocatalizador más adecuado para incluirlo en los materiales de construcción fotocatalíticos. Sin embargo, el coste de este aditivo es lo suficientemente elevado como para excluir su uso de forma extensa, lo que hace que la implantación de estos nuevos materiales de construcción con prometedoras aplicaciones descontaminantes sea aún limitada en las ciudades.

El reto de esta tecnología para luchar contra la contaminación radica tanto o más en bajar los costes del producto que en mejorar la eficacia de la técnica del uso de aditivo fotocatalizadores en los materiales para las carreteras y otras grandes obras de infraestructura.

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