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Columna
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Nueva fase del consejo de la competitividad

El ‘lobby’ empresarial se enfrenta a una cambio en la cúpula y a la adaptación a la nueva realidad política tras las elecciones del domingo

Miguel Ángel Noceda

El Consejo Empresarial para la Competitividad (CEC), el poderoso lobby que forman 15 de las empresas más importantes de España y tres representantes del Instituto de la Empresa Familiar (IEF), se adentra en una nueva fase, caracterizada en la búsqueda de un sustituto de César Alierta en la presidencia y, a más corto plazo, por la necesaria adaptación a la nueva realidad política que dejan las elecciones del domingo pasado. En este frente, si los resultados del 20-D y la posterior incapacidad de los grupos políticos para alcanzar un acuerdo les llevó a arrinconarse para esperar y ver, ahora el panorama presenta otro escenario menos belicoso. Entonces ninguno quería repetición de elecciones y reclamaban estabilidad. Ahora ocurre lo mismo, pero la corriente es a favor, con un PP fortalecido y más posibilidades de formar Gobierno y los otros partidos más debilitados, lo que augura que las terceras elecciones se desvanezcan.

Así, si las previsiones se cumplen, el lobby podrá aspirar a tener el protagonismo que tuvo durante la crisis y sentirse con ánimos para recuperar el aliento y la influencia. De esa forma podrá tapar las voces que lo dan por fenecido por inanición. Ahora más que nunca es cuando los empresarios (en el CEC no están todos los que son, pero su peso en el PIB es muy importante como para poder presionar) pueden volver a jugar un papel crucial con la elaboración de informes para colaborar en las reformas que ellos mismos han venido exigiendo y que, sin una mayoría absoluta del Gobierno del PP, parecen factibles. En ese sentido, abogan por formalizar un pacto entre las principales formaciones políticas para que apoyen un Gobierno en minoría del PP (partido más votado) o que se forme una coalición con la mayor participación, es decir, con PSOE y Ciudadanos.

Algunos de los empresarios consideran que un acuerdo permitiría acelerar grandes pactos de Estado en educación, fiscalidad e, incluso, laboral, que hasta la fecha han resultado complicados. Además, se cree que ahora la posición del PSOE, tras haber logrado mantener el segundo lugar, puede ser también beneficiosa en la oposición, dejando al margen a Unidos Podemos, de cuyo fiasco también han quedado satisfechos los empresarios.

El grupo podrá aspirar a tener el protagonismo que tuvo durante la crisis

Antes del impasse político, el CEC ya venía pasando una etapa difícil de subsistencia, debido sobre todo a los fallecimientos en poco tiempo de Emilio Botín, Isidoro Álvarez, José Manuel Lara y Leopoldo Rodés, algunos de ellos, de los principales agitadores del grupo. Pero, tras la llegada de las nuevas generaciones se llegó a hablar de que se mostraban poco entusiasmados, reflejado con las ausencias repetidas a las reuniones mensuales. En la última, celebrada en junio, no acudió más de la tercera parte, entre ellos los tres banqueros (Ana Botín, Francisco González e Isidro Fainé), el presidente de Iberdrola, (Ignacio Sánchez Galán) y el de Repsol (Antonio Brufau), lo que disparó las alarmas. El problema se debió, según fuentes del entorno del CEC, a problemas de agenda.

El futuro liderazgo

En todo caso, la incertidumbre se centra en el futuro de la presidencia. Tras la dimisión de Alierta de la presidencia de Telefónica y la posibilidad de que el ejecutivo aragonés también quisiera dejar la responsabilidad al frente del consejo se abrió una etapa de inseguridad. Alierta se comprometió a cumplir su mandato que acaba en marzo de 2017. Sin embargo, su previsible marcha dejó en el aire la continuidad del CEC, que suspendió varias reuniones para no interferir en la situación política o, lo que parece más real, no pronunciarse sobre la misma.

Varios nombres se han barajado como  posibles  sustitutos de Alierta al frente del CEC

En el horizonte del CEC no se vislumbraba con claridad quién podía sustituir a Alierta. Ahora las cosas parecen que se reverdecen. Su director, Fernando Casado, está dando y recibiendo impulsos para lograr un nuevo vigor. Los nombres que se han barajado son: Pablo Isla, presidente de Inditex; Juan Roig, de Mercadona; Antonio Huertas, de Mapfre; Simón Pedro Barceló, del grupo Barceló, y Galán. Alguno de ellos lo rechazaron; otros no generan consenso y otros aseguran que no le harían ascos. Hay que tener en cuenta que la presidencia tiene un periodo de dos años y que los seis que va a cumplir Alierta (tres mandatos) eran un caso excepcional por el consenso que genera.

El CEC, creado en 2011, está compuesto, además de los citados, por Isak Andic (Mango), José Manuel Entrecanales (Acciona), José Creuheras (Planeta), Florentino Pérez (ACS), Rafael del Pino (Ferrovial), Dimas Gimeno (El Corte Inglés) y Javier Moll (Prensa Ibérica) e Ignacio Osborne (Grupo Osborne), estos dos junto a Barceló representan al IEF.

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Sobre la firma

Miguel Ángel Noceda
Corresponsal económico de EL PAÍS, en el que cumple ya 32 años y fue redactor-jefe de Economía durante 13. Es autor de los libros Radiografía del Empresariado Español y La Economía de la Democracia, este junto a los exministros Solchaga, Solbes y De Guindos. Recibió el premio de Periodismo Económico de la Asociación de Periodistas Europeos.

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