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Los inspectores del Banco de España se enzarzan con su jefa europea por los sueldos

Nouy desoyó las reclamaciones de los inspectores del Banco de España para equiparar sus salarios con los del resto de supervisores bancarios

Íñigo de Barrón
Fachada del Banco de España.
Fachada del Banco de España. EFE

Danièle Nouy, (Rennes, Francia, 1950), presidenta del consejo de supervisión del Banco Central Europeo (BCE), visitó España hace 15 días. El motivo oficial era asistir a un foro financiero organizado por el Instituto Internacional de Finanzas (IIF), el más poderoso lobby financiero.

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Nouy aprovechó su visita para reunirse con todos los grandes banqueros españoles a los que sugirió que podrían bajar las exigencias de capital. También pidió una cita con el personal del Banco de España.

La expectación era máxima: se llenó la sala principal donde estaban citados e incluso fue necesario habilitar otra contigua con una gran pantalla. Nouy, que no tiene fama de diplomática ni de tener el carácter más afable, escuchó las quejas de los inspectores sobre los bajos sueldos que tienen los inspectores en comparación con los de sus colegas de Fráncfort, Roma o París. En algunos casos, como en el BCE, la remuneración puede ser casi el doble que en España. Estas diferencias salariales se reproducen en las altas esferas, en el cargo de gobernador y subgobernador o director general, que también están mejor pagados en el Banco de Francia o el de Italia.

Según diferentes personas que acudieron al encuentro, la respuesta de Nouy fue contundente. No entró en el asunto porque dijo que no dependía de ella. Y añadió que estas son las normas de la supervisión, por lo que los que no estuvieran de acuerdo, podían abandonar el trabajo.

Hubo otros temas de discusión, pero esta rotundidad y el tono empleado no solo disgustó a buena parte de los presentes sino que les pareció una falta de respeto. También les recordó la necesidad de hablar inglés para manejarse en la nueva organización.

Nouy abordó las jerarquías en los equipos conjuntos de supervisión. Aclaró que los mandos intermedios debían comprender que la responsabilidad recaía sobre los máximos responsables, lo que disgustó a muchos de los inspectores españoles presentes porque son los que ocupan estos puestos intermedios, mientras que por encima tienen a funcionarios del BCE, que proceden de otros países.

Algunas fuentes financieras creen que el comunicado de los inspectores lanzado el lunes tiene relación con el mal sabor de boca que produjo la cita con Nouy. Los inspectores argumentan que responde al balance de más de un año de supervisión única.

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Sobre la firma

Íñigo de Barrón
Es corresponsal financiero de EL PAÍS y lleva casi dos décadas cubriendo la evolución del sistema bancario y las crisis que lo han transformado. Es autor de El hundimiento de la banca y en su cuenta de Twitter afirma que "saber de economía hace más fuertes a los ciudadanos". Antes trabajó en Expansión, Actualidad Económica, Europa Press y Deia.

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