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Leche catalana en las mesas chinas

La firma láctea Ato busca superar la crisis del sector con la entrada al país asiático

Camilo S. Baquero
Jaume Ponts, con algunas de ls 2.000 vacas que tiene su explotación.  
Jaume Ponts, con algunas de ls 2.000 vacas que tiene su explotación.  JAVIER MARTIN

La leche que producen las 6.000 vacas de los siete socios ganaderos de Llet Ato ya está en las mesas de China. La estricta trazabilidad de su producto y los estándares de cuidado animal han sido las llaves de entrada de la empresa catalana a ese gran mercado asiático y lo que implicará un aumento de un 25% en su producción anual. La internacionalización es una salida indispensable para lograr crecimiento en un sector golpeado por la caída de los precios, con el mercado español saturado y donde hasta la Interprofesional Láctea (Inlac) se plantea reducciones puntuales de producción para limitar la oferta.

“En 2008, tras el escándalo en China por la presencia de melamina en productos para menores, se endurecieron los controles sobre la calidad de los lácteos”, recuerda el presidente y socio de la empresa, Jaume Pont. Esta sustancia, que se utiliza para fabricar aglomerados y lacas, fue utilizada por varios fabricantes para falsificar la carga proteica de la leche y solo en 2008 mató a seis niños y enfermó a otros 600.000. A muchos se les tiene que hacer diálisis de por vida. Tras el incidente, el Gobierno del país asiático pasó de una promoción intensa del producto a un férreo control sobre su obtención y procesamiento. El mercado, además, tiene un componente añadido: una buena parte de los adultos chinos sufren una deficiencia de lactasa, la enzima necesaria para descomponer la lactosa en la leche, que comúnmente provoca la intolerancia a la lactosa.

Llet Ato —que también cuenta con un 40% de participación de Capsa, la empresa dueña de Central Lechera Asturiana— tardó un año y medio en lograr su entrada a China tras una prospección del mercado por parte de sus agentes comerciales. Se trata de su primera incursión en el mundo de las exportaciones, explica Pont. El trato se cerró con un distribuidor online chino, aunque el presidente de la empresa no revela su nombre por confidencialidad. Se le envía producto desde octubre del año pasado y su idea es alcanzar unas ventas de 10 millones de litros al año.

Medio siglo de trabajo

1970. La familia Balcells funda el Centro Lácteo Balcells (CEBALSA) en la Zona Franca de Barcelona. Comercializa sus productos con la marca ATO.

1990. La firma es adquirida por la francesa Union Laitière Normande, que en 1997 la vende a Corporación Peñasanta (Central Lechera Asturiana). En 2008, el Grup de Ramaders Catalans se hace con el 60% de la compañía.

2014. La empresa empieza a producir una línea de quesos, así como incluye en su catálogo la leche sin lactosa.

“Hay empresas que en cada tetrabrick tiene un código de barras que te permite conocer de dónde viene la leche que contiene. Pero este origen puede variar de lote a lote. Desde 2008, cuando se creó Ato, nuestra leche se produce exclusivamente en las mismas siete granjas y esta característica única llamó la atención de nuestros clientes chinos”, explica Pont. El líquido se procesa en la planta de Vidreres (Girona), donde una de las líneas de producción se limita a procesar la leche propia (el 30% de la capacidad del centro) y se envía envasada vía marítima. En el resto de líneas puede transformarse leche de otros productores.

A los asiáticos, continúa el presidente, también les llamaron la atención las buenas prácticas de producción de los granjeros y las normas de bienestar animal, una preocupación extendida dentro de los consumidores. Todo está certificado anualmente por la Asociación Española de Normalización y Certificación (AENOR).

Cuidado animal

La empresa recibió en 2014 la certificación de bienestar animal del Estado, siguiendo el referencial europeo Welfare Qualit. Además de evaluar las instalaciones, se valora el comportamiento de los animales, bajo cuatro ítems: alimentación, alojamiento, estado sanitario y comportamiento. Desde AENOR explican que incluso evalúa su estado emocional, mediante una técnica conocida como QBA (Evaluación Cualitativa del Comportamiento, por sus siglas en inglés). Tras un tiempo de observación, permite saber si el animal está activo, relajado, frustrado o contento, entre otras características. Esta certificación se logró mediante un acuerdo con el Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentarias, perteneciente a la Generalitat.

La apertura al mercado chino, calcula Pont, le permitirá crecer un 7% este año. Llet Ato facturó 26,5 millones de euros el año pasado, una cifra inferior a la de 2014. El beneficio, sin embargo, se duplicó superando los 800.000 euros. “El año pasado un productor cobraba 38 céntimos por litro, el precio ahora está en 30”, explica el presidente. Unos valores que se ven aún más afectados por prácticas como la venta por debajo del precio de coste de mucha leche francesa y que termina en plantas españolas. El modelo de asociación de las siete granjas, sin embargo, les permite cobrar un céntimo más por cada litro de leche respecto al resto de productores.

En 2015, la empresa logró comercializar 29,8 millones de litros, una cifra inferior al volumen total que producen sus socios ganaderos. De ahí que la exportación sea para ellos una salida casi obligatoria. Ya con un pie en China, están pensando en entrar en Japón, un país con una producción local insuficiente. “La política arancelaria allí es más complicada, por lo cual estamos pensando en ingresar con productos elaborados con mantequilla y nata”, agrega Pont. No es la única barrera, el empresario asegura que es cinco veces más barato el flete de un contenedor rumbo a China que transportar la mercancía hasta el puerto de Barcelona.

El brick de Ato tiene una cuota de mercado del 8,7% en Cataluña y es la leche más vendida en sus supermercados, según Pont. Sin embargo, ocupa el tercer lugar en ventas después de Llet Nostra y Calidad Pascual. El hecho diferencial está en que estas dos marcas sí tienen presencia en los lineales de Mercadona. “No estar allí es un lastre, pero seguiremos intentándolo”, explica el presidente.

Llet Ato busca crecer también a través de la innovación y de potenciar la leche fresca. “Es un producto que tiene un gran consumo en zonas turísticas, especialmente en la costa, pues los visitantes la beben más que el público español”, cuenta Pont. Ahora solo alcanza el 1% del mercado. En Llet Ato esperan que tres años la producción llegue al millón de litros en este segmento. En junio esperan sacar al mercado un café con leche que se puede calentar en el microondas.

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Sobre la firma

Camilo S. Baquero
Reportero de la sección de Nacional, con la política catalana en el punto de mira. Antes de aterrizar en Barcelona había trabajado en diario El Tiempo (Bogotá). Estudió Comunicación Social - Periodismo en la Universidad de Antioquia y es exalumno de la Escuela UAM-EL PAÍS.

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