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El Gobierno prevé que la tasa de paro no bajará del 15% hasta 2019

El plan de estabilidad proyecta un crecimiento medio del 2,5% en los próximos tres años. La Administración Central se reserva la mayor parte del ajuste del déficit

J. S. GONZÁLEZ
Soraya Sáenz de Santamaría, entre Luis de Guindos y Cristóbal Montoro.
Soraya Sáenz de Santamaría, entre Luis de Guindos y Cristóbal Montoro.J. Villanueva

El futuro de la economía española se presenta menos rutilante que hace un año, según el nuevo pronóstico del Gobierno interino. El desempleo no bajará de la cota del 15% al menos durante tres años más, según las previsiones oficiales incluidas en el programa de estabilidad 2016-2019 que fue aprobado este viernes por el Consejo de Ministros. El plan proyecta que la economía crecerá de media un 2,5% hasta 2019, medio punto menos que el cálculo del año pasado. En general, las previsiones son más prudentes. Dentro de tres años el déficit público será de unos 18.000 millones más que la previsión anterior.

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Rajoy esboza así un escenario algo menos brillante que el que calculó hace un año cuando esperaba un crecimiento más robusto, contemplaba que la creación de empleo sería más vigorosa y que la reducción del déficit de las administraciones públicas sería más acelerada. Además, aún debe esquivar la posible sanción que estudia imponer la Comisión Europea por los reiterados incumplimientos de los objetivos presupuestarios. 

Paro y déficit

Los dos grandes problemas que arrastra la economía española son el paro y la deuda. Estos síntomas de la crisis seguirán coleando una década después del colapso de los mercados financieros a finales de 2008 a pesar del catálogo de recetas y de pronósticos fallidos del Gobierno.

La última previsión oficial, aprobada este viernes por el Consejo de Ministros, estima que la tasa de paro permanecerá por encima de la barrera del 15%, al menos, hasta 2019 y que el déficit, el principal nutriente de la deuda pública, será dentro de tres años unos 18.000 millones superior —el equivalente al 1,6% del PIB— a la penúltima proyección oficial realizada el año pasado.

El Ejecutivo admite así que tendrá más dificultades para reducir los números rojos de las Administraciones públicas y amplía en un año, hasta 2017, el plazo para reducirlos por debajo del tope mágico del 3%, por encima del cual Bruselas activa el incómodo protocolo de vigilancia.

La Administración central será quien asuma la mayor parte de los ajustes en los próximos tres años, nueve décimas de PIB. Las comunidades reducirán su déficit en siete décimas en ese periodo y la Seguridad Social apenas bajarán cuatro décimas de PIB su desfase entre gastos e ingresos del sistema de pensiones hasta 2019. Las previsión es que el boquete de la Seguridad Social será de más de 8.000 millones durante, al menos, los próximos tres años, el equivalente al 0,7% del PIB, que prevé el Gobierno que registrará en 2019.

El Gobierno interino planea aliviar esa brecha presupuestaria mediante la congelación del gasto. El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, dibujó un horizonte en el que el gasto público quedará en el 40,1% del PIB en 2019 frente al 43,3% del año pasado. Su idea consiste en contener el gasto público mientras que crece el PIB, de forma que el cociente entre ambas magnitudes se irá reduciendo sin necesitar de hacer nuevos recortes.

Panorama menos brillante

En su conjunto, las principales cifras del programa de estabilidad 2016-2019 empeoran respecto a las proyectadas el año pasado. La economía española pierde brillo tras el dopaje de 2015, cuando avanzó con el turbo de la rebaja de impuestos y los estímulos públicos habituales cuando se celebran elecciones: el año pasado hubo comicios locales, autonómicos y legislativos.

Por eso, el Gobierno interino prevé que la economía crecerá medio punto menos de media hasta 2019 que el cálculo anterior. “La economía española mantendrá un ritmo de crecimiento medio del 2,5% en los próximos cuatro años y se crearán un total de más de 1,8 millones de empleos hasta alcanzar prácticamente los 20 millones de ocupados en el año 2019 junto con una disminución del paro en similar cuantía”, explicó Luis de Guindos, ministro de Economía. La economía avanzará los próximos años a lomos del consumo interno y del sector exterior, según los cálculos oficiales, que aún deben ser refrendados por Bruselas. El ministro ha insistido en que los pronósticos son prudentes y que incluso para que España cierre con un crecimiento por debajo del 2,7% este año "se tiene que producir una desaceleración, una debacle, que no es probable en la economía española".

Congelar gasto

Guindos insistió en que con este ritmo de crecimiento a finales de 2016 se recuperará el nivel de renta que tenía la economía española al comienzo de la crisis. Aunque, en realidad, no será hasta 2019 cuando el gasto público en sanidad y educación recupere totalmente el volumen de 2011, antes de los grandes recortes.

Respecto a los impuestos, el Ejecutivo apuesta que la mejora del mercado laboral insuflará energías a la recaudación del IRPF y los impuestos sobre el consumo. En su pronóstico está que el crecimiento de la economía se sustente sobre todo sobre la fortaleza de la demanda interna. Pero se resiste a que la presión fiscal supere el 39% del PIB, unos ocho puntos menos que la media comunitaria, porque justifica que España necesita crecimiento para estimular el empleo.

Un recorte de 5.000 millones

Menos obras ferroviarias

El Ejecutivo en funciones aprobó este viernes la congelación de 2.000 millones de euros en el gasto de los ministerios. En el plan que enviará a Bruselas incluye también un ahorro de otros 729 millones de euros procedentes del proyecto de reforma de las Administraciones Públicas, en el que se eliminaban competencias duplicadas, organismos y otras empresas públicas.

Además, el Gobierno en funciones ha acordado con las comunidades autónomas otro ajuste de 2.037 millones de euros mediante la congelación del gasto regional. El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, lleva una semana celebrando reuniones bilaterales con las comunidades para que aprueben acuerdos de no disponibilidad de gasto para conseguir ese ahorro. El ministro insiste en que no necesitan nuevos recortes sino contener el gasto público porque recibirán unos 7.450 millones de euros más de ingresos procedentes de la mejora del sistema de financiación. Tras varios tira y afloja la mayoría de las autonomías aceptó el pasado jueves en el Consejo de Política Fiscal y Financiera (CPFF) cumplir con el mandato de Hacienda de contener el gasto. Montoro, además, ha amenazado con bloquear el Fondo de Liquidez Autonómica (FLA) hasta que las comunidades no aprobaran sus planes de ajuste y casi todas lo han enviado ya al ministerio.

Respecto al recorte del gasto de los ministerios, la mayor parte la asumirá el Ministerio de Fomento. Adif, el administrador de infraestructuras ferroviarias, dependiente de Fomento, sufrirá un recorte de 598,3 millones de euros. Otro tanto se congelará del dinero previsto para obras en carreteras. El ministerio de Economía, sufrirá un recorte de 447,3 millones. Se trata, en su mayoría de transferencias a otras entidades para inversiones en los capítulos citados anteriormente.

El Gobierno insiste en que "esta no disponibilidad de créditos no afecta a gasto social o a partidas vinculadas con la seguridad; así se han excluido de la no disponibilidad, entre otras, las transferencias a la Seguridad Social, el servicio público de empleo (SPEE), las becas y la transferencia al Adif para gastos de mantenimiento".

"Tendremos que plantearnos nuevas rebajas de impuestos. No hoy ni mañana, no digo para 2016, pero si más adelante para mantener los niveles de recaudación que sea compatible con que la presión fiscal esté en el 38%", ha explicado el ministro Montoro.

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Sobre la firma

J. S. GONZÁLEZ
Redactor jefe de Economía y Negocios en EL PAÍS. Estudió Económicas y trabajó cinco años como auditor. Ha cubierto la crisis financiera, contado las consecuencias del pinchazo de la burbuja inmobiliaria, el rescate a España y las reformas de las políticas públicas de la última década. Ha cursado el programa de desarrollo directivo (PDD) del IESE.

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