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Sobreendeudamiento chino

Los déficit constituyen claros síntomas de vulnerabilidad a la luz de la evidencia histórica

La preocupación por el proceso de aterrizaje de la economía china no ha dejado de aumentar a lo largo de los últimos trimestres. Su extraordinario crecimiento durante la última década ha sido paralelo a la emergencia de alertas en algunos de los indicadores expresivos de desequilibrios básicos. Uno de ellos, sobradamente conocido en nuestro país, es la expansión de las ratios del endeudamiento gubernamental y del sector privado no financiero. Niveles elevados y/o crecimientos rápidos de la deuda constituyen claros síntomas de vulnerabilidad a la luz de la ya amplia evidencia histórica; sin duda "enriquecida" por la reciente y profunda crisis vivida fundamentalmente por los países desarrollados.

Aunque la calidad de las estadísticas chinas está lejos de los estándares habituales manejados en los países avanzados, las diferentes fuentes internacionales proporcionan un rango indicativo entre el 237% (Financial Times) y el 283% (McKinsey) en relación al PIB. En una zona intermedia se encuentra la estimación oficial del 249% (a septiembre de 2015) del Banco Internacional de Pagos. Cualquiera de ellas define un nivel relativo de endeudamiento muy por encima del de los países emergentes, aunque similar en orden de magnitud al del conjunto de los países desarrollados.

¿Cuáles son otros elementos singulares del endeudamiento chino? En primer lugar que su expansión se ha producido a una velocidad extraordinaria: la ratio sobre el PIB ha aumentado en torno a cien puntos en los últimos diez años, a pesar del extraordinario crecimiento del PIB nominal del 10% (media anual acumulativa en el periodo, debida fundamentalmente a su expansión en términos reales). Dicha tasa ha sido desbordada por un más espectacular aumento del endeudamiento que ha alcanzado el 20%.

En segundo lugar, tal aumento se ha concentrado en las empresas, que ahora, con casi un 170% sobre el PIB, acaparan en torno a dos tercios del total de la deuda china. Valga como contraste que en el conjunto de las economías avanzadas la deuda empresarial representa en media sólo un tercio del total. Lo preocupante, si damos por buena la tesis convencional de que no es fácil que en una economía concurran simultáneamente en un corto periodo tantos proyectos de inversión capaces de generar retornos adecuados, es que una parte significativa de tales préstamos están potencialmente en riesgo.

Además, ese extraordinario endeudamiento está soportado básicamente en financiación bancaria. Esto constituye a todas luces un riesgo añadido para la estabilidad. Tanto más si, finalmente, se tiene en cuenta que partiendo del apalancamiento actual, y de los ritmos aún vigentes este año de crecimiento de la deuda (13-15%) y del PIB nominal (7-8%), la ratio de deuda sobre PIB escalaría por encima del 300% en tan sólo un par de años. Se situaría así entre las economías más endeudadas del mundo medidas por dicha ratio.

Sin duda, la escasa dependencia financiera exterior y el potencial de crecimiento del que sigue gozando la economía china son factores que tamizan los evidentes riesgos implícitos de su actual dinámica de endeudamiento. Pero no es menos cierto que la experiencia histórica nos dice que un desequilibrio de tal magnitud nunca ha sido de fácil gestión y digestión.

Daniel Manzano y Nereida González son profesores de Afi, Escuela de Finanzas.

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