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España ocupa el puesto 13 entre los países con más tributos sobre el trabajo

La cuña fiscal para un trabajador sin hijos ascendió al 39,6% en 2015, frente al 35,9% de la media de la OCDE

El secretario general de la OCDE, Ángel Gurría.
El secretario general de la OCDE, Ángel Gurría.EFE

España ocupa el decimotercer lugar en la clasificación de países con más impuestos sobre el trabajo, según un estudio divulgado este martes por la OCDE, la organización que agrupa a las 34 economías más desarrolladas del mundo. El informe muestra como la cuña fiscal de un trabajador español sin hijos supera en casi cuatro puntos porcentuales a la media del resto de países. Un contribuyente español sin hijos paga en impuestos y cotizaciones sociales el 39,6% de su salario bruto frente al 35,9% de la media de la OCDE.

En España, el impuesto sobre la renta y las contribuciones a la seguridad social representan cerca del 88% de la presión fiscal sobre el trabajo frente al 77% de la media de los países más desarrollados. Bélgica, Austria y Alemania encabezan la lista de países con más cuña fiscal sobre el factor trabajo. Los que los tienen más bajos son Chile (7%), Nueva Zelanda (17,6%) y México (19,7%).

La cuña fiscal española se reduce para una familia con dos hijos, según el informe publicado este martes titulado "Imposición sobre el trabajo 2016" elaborado por la organización con sede en París. De hecho, la tendencia internacional es fomentar los beneficios familiares para estos contribuyentes con hijos. No obstante, en España está reducción de la fiscalidad  (5,8% menos en 2015) fue menor que la media internacional (una caída 9,2%).

Efectos de la reforma fiscal

La reforma fiscal que entró en vigor en enero de 2015 y que incluía una rebaja del IRPF provocó que España fuera el segundo país que más redujera la brecha fiscal de los 34 países incluidos en el estudio solo por detrás de Grecia.

Durante el año pasado, la presión fiscal subió en 24 de los países de la OCDE, con los mayores repuntes en Portugal (+0,86%), Italia (+0,76%) y Australia (+0,69%), mientras bajó en 8 países y se mantuvo estable en Chile y Hungría.

El informe de la OCDE revela las grandes diferencias en la presión fiscal que soportan los trabajadores de los países miembros. En el caso de trabajadores solteros sin hijos a su cargo e ingresos medios, la mayor presión correspondía a Bélgica (55,3%), Austria (49,5%), Alemania (49,4%) y Hungría (49%), mientras la menor carga se registraba en Chile (7%), Nueva Zelanda (17,6%) y México (19,7%).

En el caso de las parejas casadas con dos hijos y una única fuente de ingresos en línea con la media nacional, la mayor presión fiscal se registró en Francia (40,5%), Bélgica (40,4%) e Italia (39,9%), mientras que la menor correspondió a Nueva Zelanda (4,9%), Chile (7%) e Irlanda (9,5%).

Por su parte, en España, la presión fiscal sobre las parejas casadas con dos hijos y una única fuente de ingresos en línea con la media nacional se situó en 2015 en el 33,8% de los costes laborales, un 1,12% por debajo del dato de 2014, frente al 39,6% de los trabajadores solteros sin hijos a su cargo. La media de la OCDE se situó en el 26,7%.

La OCDE destaca en su informe que a lo largo de los cinco últimos años, la presión fiscal sobre el empleo ha aumentado en 24 países y bajado en 9 de sus miembros.

Tendencia

El informe de la OCDE muestra como la presión fiscal sobre el trabajo se mantuvo estable durante el año pasado tras subidas constantes durante los cinco años anteriores.

"Los impuestos sobre la renta del trabajo aumentaron en cantidades relativamente pequeñas en 24 de los 34 países de la OCDE, pero este fenómenos fue compensado por disminuciones en otros ocho países durante 2015", según el informe. "Estonia, Grecia y España experimentaron una reducción significativa de al menos un punto porcentua", añade.

El nivel de las contribuciones a la seguridad social (SSC) de cada país de impuestos y se mide por la llamada cuña fiscal, que es  el total de impuestos pagados por los empleados y los empresarios, menos las prestaciones familiares recibidas representado como un porcentaje de los costes laborales totales del empleador.

En el último lustro, los impuestos sobre los salarios han aumentado en casi un punto porcentual para un trabajador promedio de la OCDE durante el período 2010-15, a pesar de que la mayoría de los gobiernos no aumentó las tasas de impuestos. "La mayor parte del aumento de los impuestos resulta de elevar los salarios más rápido que los subsidios y los créditos fiscales", explica el documento que destaca que "sólo siete países elevaron entre 2010 y 2015 las tasas para un trabajador promedio, mientras que ocho países redujeron los tipos marginales".

"Los altos impuestos sobre los segundos perceptores de una familia disuaden a los contribuyentes de entrar en el mercado laboral, especialmente las mujeres", explica Pascal Saint-Amans, director del Centro de la OCDE para la Política y Administración Tributaria. "Las autoridades deben hacer de la equidad de género un factor clave en el diseño de los sistemas tributarios. Como mínimo, deben esforzarse más para asegurarse que el diseño del sistema fiscal no exacerba las desigualdades de género existentes".

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Sobre la firma

J. S. GONZÁLEZ
Redactor jefe de Economía y Negocios en EL PAÍS. Estudió Económicas y trabajó cinco años como auditor. Ha cubierto la crisis financiera, contado las consecuencias del pinchazo de la burbuja inmobiliaria, el rescate a España y las reformas de las políticas públicas de la última década. Ha cursado el programa de desarrollo directivo (PDD) del IESE.

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