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Argelia se plantea abrir su energía a una mayor inversión extranjera

El Gobierno mantiene una pugna interna entre los nacionalistas y quienes intentan atraer a las multinacionales

Francisco Peregil

Argelia, el país del que procede la mitad del gas que se consume en España, se plantea ahora abrir su industria energética al capital extranjero mediante adjudicaciones directas de Sonatrach, su empresa pública de energía. A causa de la bajada de los precios del petróleo en Argelia se ha hecho patente la necesidad de aumentar la producción. Sin embargo, para que ese incremento se produzca se necesita modernizar las instalaciones. Y eso conlleva enormes sumas de dinero. Dinero que, hoy por hoy, solo podría llegar de fuera. El próximo mayo se celebrará en Argel una conferencia con empresas y autoridades de la Unión Europea, en un contexto en el que Bruselas intenta reducir su dependencia energética con Rusia.

La agencia Reuters publicó en febrero un artículo en el que una fuente anónima de Sonatrach, la empresa pública de energía, aseguraba que ya mantiene negociaciones con varias multinacionales -como la italiana ENI- para ofrecerles participación en hasta 20 campos de gas y petróleo a través de adjudicaciones directas, en lugar de la oferta pública que viene utilizando hasta ahora. Para Sonatrach estas negociaciones podrían resultar más eficientes y despejarían la burocracia que tanto teme el capital extranjero. Sin embargo, una parte de la prensa argelina ve en esas posibles adjudicaciones la puerta abierta para la opacidad, los sobornos y la corrupción.

Dos semanas después del artículo de Reuters, el ministro de Energía, Salah Khebri, desmentía la noticia al tiempo que advertía: “Sonatrach no ha recurrido hasta ahora al endeudamiento y posee grandes capacidades de financiación de proyectos. Y en caso de necesidad recurrirá al endeudamiento interior. Sonatrach es propiedad del Estado y posee una enorme capacidad financiera”, añadió.

“El problema es que el Gobierno y la propia Sonatrach dan mensajes contradictorios”, explica una fuente europea cercana al sector con la condición del anonimato. “Hay una pugna entre los sectores más nacionalistas y los más liberales. Argelia tiene necesidad de pegar un empujón en su industria petrolera, pero al mismo tiempo no quieren pillarse los dedos endeudándose con empresas de fuera. Por eso va a ser importante el seminario que se celebrará en mayo en Argel con la Unión Europea. Ahí se intentará mejorar las condiciones de las empresas europeas en Argelia, eliminar burocracia”.

“El problema ahora mismo”, indica la citada fuente, “es que el declive de la industria petrolera de Argelia comenzará a ser muy evidente dentro de cuatro años. Y las inversiones para aumentar la producción no dan sus frutos de la noche a la mañana. Sus efectos comienzan a notarse precisamente a partir de unos cuatro años. Es decir: si Argelia quiere corregir el rumbo tiene que actuar ya. Pero, como los precios del petróleo hoy en día son tan bajos, los inversores extranjeros exigen mejores condiciones de participación”.

Las tres empresas energéticas españolas que operan en Argelia, Repsol, CEPSA y Gas Natural, gozan de una posición consolidada en el país. “Las tres se encuentran bien situadas en caso de que Argelia se decida a abrir la mano a mayores inversiones”.

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Sobre la firma

Francisco Peregil
Redactor de la sección Internacional. Comenzó en El País en 1989 y ha desempeñado coberturas en países como Venezuela, Haití, Libia, Irak y Afganistán. Ha sido corresponsal en Buenos Aires para Sudamérica y corresponsal para el Magreb. Es autor de las novelas 'Era tan bella', –mención especial del jurado del Premio Nadal en 2000– y 'Manuela'.

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