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Virgin America y Alaska Air crean la quinta aerolínea de EE UU

La compañía que emerja de la fusión reforzará las rutas a México

El proceso de consolidación de la aviación comercial en Estados Unidos toma cuerpo, ahora en el segmento de abajo, una vez las grandes aerolíneas ya están integradas. Virgin America selló este lunes un acuerdo para ponerse en manos de Alaska Air y crear la quinta compañía en el mercado estadounidense. Será un rival mayor en aeropuertos como el de San Francisco.

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Alaska Air paga 4.000 millones de dólares 83.500 millones de euros), incluyendo la deuda, por la joven aerolínea de bajo coste respaldada por el magnate Richard Branson. Virgin America, que empezó a cotizar en Wall Street hace solo un año y medio, anunció hace dos semanas que estaba en venta. JetBlue Airways, que opera desde la costa atlántica, también mostró su interés.

Para asegurarse el acuerdo, Alaska Air ofrece a los accionistas 57 dólares por cada título (50 euros). El anuncio disparó más de un 35% las acciones de Virgin America, valorada en 2.600 millones de dólares (2.280 millones de euros). De ser aprobada por los reguladores de la competencia, será la primera gran fusión en la industria desde la protagonizada por American Airlines y US Airways.

La aerolínea emergente será la quinta de EE UU por detrás de American, United, Delta y SouthWest. Ofrecerá más de 1.200 vuelos diarios. Alaska Air, actualmente octava po rtráfico, tiene un centenar de rutas, que cubren Canadá, Costa Rica y México. Virgin, la novena, tiene su base en San Francisco, desde donde empezó a operar en 2007. Cubre rutas a 18 ciudades y tres en México.

La fusión con JetBlue, sin embargo, habría sido más previsible por el perfil que tienen las dos compañías, tanto por el tipo de aviones que usan —las dos operan Airbus— como las rutas que cubren y el modelo de negocio. Además, le habría permitido tener una mayor presencia en aeropuertos de la costa Oeste como el de Los Ángeles y San Francisco, muy lucrativos por los viajes de negocios.

Un rival menos

Alaska Air, cliente de Boeing, consigue de esta manera quitarse de encima a un importante rival y eso le permitirá de paso reforzar la red hacia México. La proyección de Virgin America hasta ahora era ir creciendo en capacidad a un ritmo del 10% anual durante los ejercicios 2017 y 2018. El año pasado cerró con un beneficio de 200 millones de dólares (175 millones de euros).

Branson, que controla el 54% de la Virgin America junto al fondo Cyrus Capital, consigue así rentabilizar la arriesgada inversión que hizo cuando el precio del petróleo y la posterior recesión castigaban al sector. La oferta pública en noviembre de 2014 se hizo por un valor de 23 dólares el título, operación con la que sus propietarios recaudaron 350 millones.

La aerolínea que emerja de la fusión tendrá su sede en Seattle. La integración le permitirá ahorrar 225 millones de dólares en coste anuales cuando esté realizada. Los costes de la fusión se estiman en 350 millones. Está por ver, sin embargo, como la nueva compañía afronta el riesgo asociado a ser una aerolínea más grande y que rivalizará con las más veteranas del sector.

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