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Adiós al Nobel casamentero

Lloyd Shapley, premiado por su teoría de las asignaciones estables, muere a los 92 años

Amanda Mars
Lloyd S. Shapley, en una imagen de 2012.
Lloyd S. Shapley, en una imagen de 2012.Reed Saxon (AP)

¿Qué es un matrimonio estable? No es ese donde la paz reina cada noche a la luz del hogar, sino aquel cuyos cónyuges no perciben ganancia alguna en buscar una nueva pareja. El padre de esta idea, construida sobre la base de un complejo algoritmo, falleció el pasado 12 de marzo a los 92 años en Tucson (Arizona). Lloyd Shapley (Cambridge, Massachusetts, 1923) era un matemático, profesor emérito por la Universidad de Los Ángeles (UCLA), y ganó el Nobel de Economía en 2012 sin haberse titulado nunca directamente en ese campo.

Shapley fue reconocido por su teoría de las asignaciones estables y la práctica del diseño del mercado, unas investigaciones de los 60 que años después Alvin E. Roth desarrolló de forma analítica con diseños prácticos de mercados, por lo cual compartieron el prestigioso galardón. Cómo optimizar las redes de donación de órganos o la selección de alumnos de institutos de bachillerato eran algunas aplicaciones prácticas del algoritmo, aunque el ejemplo más popular de Shapley es el que plasmó en un trabajo en 1962 junto a David Gale.

El proceso empezaba con cada mujer proponiendo matrimonio al hombre que más le gustara (eran los sesenta) y cada hombre revisaba las propuesta recibidas (fueran una, varias o ninguna) y conservaba la que más le agradaba (aunque sin comprometerse todavía). Las mujeres rechazadas en la primera ronda probaban suerte entonces con su segunda opción y los tipos, de nuevo, se quedaban con la que preferían y rechazaban al resto.

El proceso continúa hasta que ninguna mujer quiere hacer más propuestas y el hombre se compromete con el candidata que más le gusta de todas las que le han cortejado. Lo que Shapley y Gale probaron es que este era el algoritmo que llevaba a la asignación más estable entre la oferta y la demanda, es decir, a las parejas más estables. Y que estas no se rompían al no haber expectativa de mejores combinaciones.

El experimento se podía hacer a la inversa, con los hombres proponiendo matrimonio a las mujeres, pero el resultado se demostraba mejor para ellas si eran las que tomaban la iniciativa, ya que, según recogía la documentación de la academia sueca el año que se dio el premio, el ejercicio reflejaba que “algunas mujeres acaban con el hombre que más les gustaba y ninguna de ellas estaría en peor situación si los hombres hicieran las propuesta”.

Shapley había nacido en una familia de científicos, el cuarto de cinco hijos, y creció en la residencia del director del observatorio de Harvard, su padre, Harlow Shapley. En 1943 fue llamado a filas y pasó tres años en el ejército, durante los cuales, entre otras labores, trabajó como observador meteorológico, usó criptoanálisis y llegó a romper el código soviético del tiempo y ganó una estrella de bronce. Luego se tituló en Harvard y Princeton y prosiguió la carrera que le llevaría al Nobel hace seis años.

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Sobre la firma

Amanda Mars
Directora de CincoDías y subdirectora de información económica de El País. Ligada a El País desde 2006, empezó en la delegación de Barcelona y fue redactora y subjefa de la sección de Economía en Madrid, así como corresponsal en Nueva York y Washington (2015-2022). Antes, trabajó en La Gaceta de los Negocios y en la agencia Europa Press

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