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Galp escala posiciones en España

La petrolera portuguesa ha resistido la crisis y se prepara para seguir ganando mayor cuota de mercado

Gasolinera de Galp en Madrid
Gasolinera de Galp en MadridCARLOS ROSILLO

Mientras que grandes multinacionales, desde ExxonMobil a Total o ENI, han acabado por abandonar el mercado español de gasolineras, la portuguesa Galp ha aprovechado su marcha para reforzar su presencia en el país. La compañía siempre tuvo claro que la liberalización del mercado de distribución de carburantes acabaría irremediablemente por mermar su cuota de mercado en su país de origen. La única posibilidad de crecer en refino y marketing era extender su red hacia España, “un mercado que siempre hemos considerado estratégico”, explica un portavoz.

Sus objetivos ya se han cumplido en buena parte. Galp ocupa la cuarta posición en España, detrás de Repsol, Cepsa y BP. “Tenemos 586 estaciones de servicio distribuidas por el país”, explican. La empresa lusa empezó su expansión en España de modo modesto, gasolinera a gasolinera, hasta que a principios de la década sus responsables se dieron cuenta de que, para sobrevivir, tenían que crecer y ganar masa crítica. Pero no fue hasta 2007 cuando llegó su oportunidad. ExxonMobil (presente con la marca Esso) y ENI se marcharon y Galp se hizo con sus estaciones, con lo que dobló su red desde los 220 hasta los 500 puntos de venta. “La operación nos ayudó a consolidar definitivamente nuestra posición en este mercado”, dice un portavoz. Desde entonces su objetivo fue situarse entre los tres primeros operadores. De momento, Galp sigue sumando estaciones —el año pasado fueron 18— y se encuentra ya cerca de BP.

La empresa no ha escatimado medios en el proyecto. Sus gasolineras, modernas y equipadas casi en un 50% con tiendas de conveniencia, están en los mejores lugares de las grandes ciudades y en las autovías de mayor tráfico. Presente en tres grandes áreas —exploración y producción, refino y marketing, y gas y electricidad—, la firma nunca ha querido limitar su negocio minorista de carburantes. “Desde hace muchos años que comercializamos en España queroseno para aviones y gasóleos para barcos”, apuntan. Y a finales de 2014 consiguieron, junto con Repsol, un contrato de Adif para suministrar gasóleo para ferrocarriles.

Proyectos gasísticos

La empresa ha puesto también en marcha varios proyectos gasísticos. En 2008 inició su actividad en el mercado industrial de gas natural y actualmente distribuye gas envasado en Asturias, Galicia, Castilla y León, Extremadura y Andalucía. También está ampliando su red de estaciones de servicio que distribuyen gas licuado de petróleo (GLP), un combustible mucho más popular en Portugal que en el país vecino, y de gas natural vehicular.

La compañía ocupa el cuerto puesto en el mercado después de Repsol, Cepsa y BP

Algunas de sus iniciativas no funcionaron probablemente como se esperaba, o dejaron de ser estratégicas para Galp. “El pasado mes de julio llegamos a un acuerdo con Endesa para la venta de las actividades de comercialización de gas natural en el segmento residencial en Madrid”, explica un portavoz. Una operación que se habría cerrado por 37 millones de euros. En la compañía insisten en que esta desinversión no supone el fin de la actividad de Galp en este sector. “Todo lo contrario, hemos decidido concentrar nuestra presencia en el negocio industrial de gas natural y electricidad para desarrollar nuestra cartera de clientes en empresas y pymes”.

La apuesta por España no fue fácil. Galp no es uno de los grandes: factura 15.500 millones de euros. Las fuertes inversiones hechas, sumadas a la competencia, provocaron que la división española solo pudiera entrar en beneficios en 2002. En 2008 la crisis trajo consigo una retahíla de números rojos: en 2014, por ejemplo, la compañía lusa perdió 82 millones de euros en España. En 2012, la petrolera nombró un nuevo responsable, Nuno Moreira da Cruz, con el fin, según explicó la empresa, “de crecer, optimizar la red existente, mejorar los márgenes y posicionar a Galp como único operador multienergía de la Península”.

De momento ese objetivo no se ha logrado. En parte porque el mercado minorista de carburantes en España ha empezado a recuperarse hace muy poco de una crisis tan fuerte que, explican en Galp, “ha llevado a perder más de un 20% del consumo, lo que equivale a todo el mercado portugués”. Pese a que la caída se estabilizó en 2014 y las ventas volvieron a crecer en 2015, el camino no está despejado. En Galp señalan que el español “es un mercado muy competitivo y abierto, con más de 150 operadores, buena parte de ellos independientes e hipermercados, que han duplicado su cuota en los últimos años”.

Por si ya no fuera suficiente con tanta competencia, el escenario se ha endurecido con un catálogo de nuevas normas. Por ejemplo, según señalan en Galp, “las recientes modificaciones a la ley de hidrocarburos, que introducen medidas en el mercado mayorista y minorista, y establecen que los contratos de abanderamiento de tres años sean renovables de año en año”. Las nuevas normas, según ellos, “han venido a amparar que los distribuidores al por menor suministren productos petrolíferos a otros distribuidores al por menor, aumentando los riesgos de actuación fraudulenta”.

Su estructura le permite obtener rentabilidad con el barril de petróleo a 35 dólares

Pese a todo, a Galp no le está costando mucho mantener su apuesta. Los buenos resultados de la compañía en los últimos años le han permitido financiar las operaciones en España. Ha sido una de las petroleras europeas con mejores resultados estos años, algo que se debe al buen funcionamiento de su área de refino y al fuerte crecimiento del negocio upstream (exploración y producción), tan fuerte que le permitió en 2015 compensar la caída de los precios. En el cuarto trimestre, la producción de crudo y gas natural de la compañía lusa —procedente sobre todo de Brasil o Angola— superó por primera vez los 52.000 barriles diarios, un 43% más que en el mismo periodo de 2014.

A la empresa, participada en un 38,3% por Amorim Energía (y un capital flotante del 54,7%), le ha ido tan bien en los últimos años que en 2012 no dudó en anunciar una ambiciosa política de retribución al accionista, un incremento medio del dividendo del 20% al año entre 2012 y 2016, lo que ha disparado su valor en Bolsa en los últimos años. Y pese a que el bajo precio del crudo acabará lógicamente por mermar sus ingresos y resultados este año, los analistas siguen pensando que Galp, presente en 14 países, buena parte de ellos en África, además de Portugal, España y Brasil, está en mejores condiciones que otras para seguir a flote. Al contrario de otras compañías, Galp obtiene rentabilidad por su extracción a partir de los 35 dólares por barril.

Todo esto explica que, pese a las dificultades, Galp siga considerando su presencia aquí como incuestionable. “España es un mercado cinco veces mayor que el portugués y donde todavía podemos crecer”, explica un portavoz. Y no solo nadie duda de que va a ser así, sino que muchos en el mercado creen que la petrolera lusa podría acabar haciendo alguna adquisición para situarse en el pódium de las tres grandes.

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