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La UE defiende ante EE UU la reforma del tribunal de arbitraje

La 12ª ronda de negociaciones para concluir un tratado de libre comercio e inversión (TTIP) comienza este lunes en Bruselas

El negociador comunitario del TTIP, Ignacio Garcia Bercero, junto al estadounidense, Dan Mullaney.
El negociador comunitario del TTIP, Ignacio Garcia Bercero, junto al estadounidense, Dan Mullaney. EMMANUEL DUNAND (AFP)

Las negociaciones del tratado comercial entre la Unión Europea y Estados Unidos (TTIP, por sus siglas en inglés) llegan a un punto crucial esta semana. Aunque el final aún está por llegar y es difuso, fuentes de la UE consideran que se trata de la última ronda en la que se estudie la sustancia —lo que debe o no debe entrar en el tratado— antes de pasar a las concesiones entre ambos lados del Atlántico sobre textos reales consolidados encima de la mesa, los cuales por ahora son inexistentes. Además, en esta 12ª ronda que se celebra en Bruselas el nuevo tribunal de arbitraje (ISDS, por sus siglas en inglés) ideado por la Comisión Europea para que tenga pinceladas de ente democrático será presentado por primera vez a los socios estadounidenses.

Esta ronda, que ha comenzado con algo de retraso por el bloqueo de la sede de las negociaciones por un grupo contrario al TTIP y que forma parte de la ONG Greenpeace, será clave para cerrar flecos sustanciales en casi todas las materias (cooperación regulatoria en los nueves sectores industriales: químicos, cosméticos, ingeniería, dispositivos médicos, pesticidas, tecnología de la información y la comunicación, farmacéuticos, textiles y vehículos, tribunal de resolución de conflictos y protección de inversores, desarrollo sostenible y denominaciones de origen), excepto las contrataciones públicas. Este capítulo guarda mucha más enjundia de lo normal pues la parte estadounidense tendrá que estudiar a nivel estatal —y no federal— qué es lo que está permitido hacer en cuanto a las contrataciones públicas de empresas europeas. "Ahora tenemos que tener un mutuo entendimiento sobre cuales son los objetivos", asegura Bruselas mientras deja "para más adelante" este capítulo.

Pero sin duda el elefante en la habitación será el controvertido ISDS y la propuesta que el equipo de la comisaria de Comercio, Cecilia Malmström, capitaneado por Ignacio García-Bercero, hará al jefe negociador del otro lado del Atlántico, Dan Mullaney. "En esta ronda no se solucionará nada, sino que veremos los puntos en los que ambas partes estamos de acuerdo", señalan fuentes comunitarias.

Aunque esta nueva corte pretende ser más democrática, más pública y más transparente, según uno de sus promotores, lo que es fundamental para Bruselas sería la creación de un "tribunal multilateral para los inversores para todos los tratados comerciales del futuro”, según fuentes de Comercio en la UE.

Bruselas es consciente de que aún "queda mucho trabajo por hacer" y se ha auto fijado el límite de finales de julio para determinar si es factible la conclusión del tratado mientras dure el Gobierno de Barack Obama, sumido en plena campaña para unas elecciones presidenciales que se celebrarán el próximo 4 de noviembre. Pero el ejecutivo comunitario ya deja ver que, si se trabaja a marchas forzadas —aún quedan dos rondas más hasta verano— sí es factible alcanzar un acuerdo, aunque no su ratificación en el Congreso de EE UU. En cualquier caso la Comisión Europea asegura que "no se sacrificará contenido" a costa de tener un tratado cuanto antes, algo que activistas como Corporate Europe, llevan avanzando muchos meses.

El antes y el después del Tribunal

  1. El ISDS se trataba de un sistema ad hoc mientras que la propuesta de la Comisión es de que el tribunal sea permanente.
  2. El proceso en la selección del personal en el antiguo ISDS era “confidencial”, con la nueva propuesta será “completamente transparente, habrá acceso a las vistas y será retransmitido a través de Internet”, según los expertos de la comisión implicados en las negociaciones con EE UU.
  3. En el sistema que se trata de desechar, no es posible la intervención de terceras partes. Malmström propone que los terceros sí puedan intervenir.
  4.  En el ISDS eran las partes enfrentadas (es decir un Estado y el inversor) las que designaban a los árbitros. En el nuevo tribunal la Comisión propone que esté formado por jueces independientes y señalados de manera pública.
  5. Antes se permitía que los árbitros fueran abogados sin ninguna formación específica. Con el nuevo mecanismo de resolución de conflictos se requiere cierta experiencia y tiempo en el oficio. No se especifica, sin embargo, el tiempo mínimo de experiencia laboral aunque la comisión propone a académicos jubilados.
  6. En el ISDS que hasta ahora se conocía, los valores éticos de los jueces se conocían de forma general, mientras que ahora se requiere que sean conocimientos “detallados”.
  7. La Comisión, con esta propuesta prohíbe ahora que los jueces ejerzan como abogados de las partes en conflicto, algo que sí podía darse en el pasado y que puede llevar a incurrir en una falta grave de independencia en el veredicto final de los árbitros.
  8. Con el ISDS clásico no había posibilidad de apelación a un órgano superior. Malmström, con esta reforma, propone que haya un sistema de recurso a un tribunal superior como el de la OMC.
  9. Antes se pagaba a los árbitros dependiendo del caso a juzgar y además el salario era confidencial. Con el nuevo tribunal permanente la Comisión quiere asegurarse de que los jueces reciben un "salario regular por parte de los Gobiernos europeos y del Gobierno estadounidense”, según un documento de los negociadores.
  10. En el ISDS había “unas pocas” referencias a los casos para las PYMES mientras que ahora se propone introducir “provisiones especiales” para ellas.

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