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El Banco de Suecia vuelve a bajar el tipo de interés para dejarlo en el -0,5%

El supervisor trata de reactivar la inflación y de debilitar el tipo de cambio de la corona sueca

Stefan Ingves, gobernador del Banco de Suecia.
Stefan Ingves, gobernador del Banco de Suecia.J. Jeppsson (Bloomberg)
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La frontera de los intereses negativos cada vez es más porosa. El Riksbank, el primer banco central que puso su tipo de referencia por debajo de 0%, ha redoblado la apuesta. El consejo ejecutivo del banco central de Suecia ha decidido este jueves bajar otra vez esa tasa, del -0,35% al -0,5%, ante "el debilitamiento de la confianza" en lograr su objetivo de inflación (2%). El supervisor financiero sueco pretende también debilitar el tipo de cambio de la corona, algo sobre lo que, a diferencia de otros bancos centrales, ha sido explícito: a principios de año, dio al gobernador y uno de los consejeros la facultad de intervenir en el mercado de divisas en cualquier momento. 

"El consejo ejecutivo todavía cuenta con un alto grado de disposición para hacer su política monetaria aún mas expansiva, incluso fuera de las reuniones ordinarias", aseguró el banco central sueco, que se adelanta así al posible refuerzo de las medidas de estímulo del Banco Central Europeo (BCE), que volverá a reunirse en marzo.  Asimismo, el consejo ejecutivo del Riksbank decidió mantener su programa de compra de bonos soberanos durante el primer semestre de 2016 y acordó reinvertir los vencimientos y cupones de esta cartera de deuda pública.

Solo el Banco Nacional de Suiza, con un interés del -0,75%, tiene un tipo negativo más acentuado. En ambos casos, uno de los objetivos es evitar que, ante la incertidumbre en los mercados financieros, sus divisas, consideradas refugio, se aprecien en exceso, lo que penaliza las exportaciones, abarata las importaciones, y por extensión, deprime los precios de consumo, una amenaza cuando el riesgo que se quiere evitar es la deflación.

El Banco de Japón (BOJ) se apuntó a principios de año a los tipos de referencia negativos (-0,1%), y los bancos centrales de Dinamarca, Suecia, Suiza penalizan también los depósitos de la banca en sus cuentas con intereses negativos que llegan al -1,25% en el caso del Banco Nacional de Suiza. El Banco Central Europeo explota también esta vía, con un -0,3% en los depósitos, pero mantiene el tipo de referencia para sus operaciones de préstamo en el 0,05%.

La decisión del banco central sueco ha superado las expectativas del consenso de analistas, que apostaban por una bajada de los tipos de interés de referencia hasta el -0,45%, tras la apreciación de la corona sueca frente al euro en los últimos meses y después de que la inflación cerrara 2015 con un alza del 0,2%, en una economía que creció un 3,7% el año pasado.

"Todavía hay margen para bajar más los tipos", subrayó la institución, que estudia la posibilidad de "implementar otras medidas", además de la opción de ampliar sus compras de activos. "El Riksbank está también preparado para intervenir en el mercado de divisas si la corona se aprecia tan rápidamente como para amenazar el repunte de la inflación", insistió el banco.

La corona sueca se había apreciado frente al euro en la segunda mitad de 2015. La decisión de facilitar la intervención del banco central en el mercado de divisas, y el anticipo de que el consejo de este jueves iba a tomar nuevas medidas, más intensas finalmente de lo esperado, le ha permitido depreciarse un 3% en lo que va de mes, de modo que ahora un euro se cambia por 9,5 coronas, cuando a finales de 2015 compraba 9,1 coronas.

Peores perspectivas

Asimismo, la institución justificó su decisión por la elevada incertidumbre sobre la evolución de la economía global, con bajos niveles de inflación y numerosos bancos centrales buscando medidas expansivas adicionales. "La política monetaria sueca debe estar en relación con esto. De otro modo, el cambio de la corona corre el riesgo de fortalecerse a un ritmo más rápido de lo previsto, lo que haría más difícil impulsar la inflación y que se estabilice en torno al 2%", subrayó la entidad, que consideró que "los riesgos inherentes a no cambiar son mayores y la política monetaria por tanto necesita ser más expansiva".

El Riksbank tomó la decisión tras revisar a la baja sus perspectivas macroeconómicas. En concreto, la institución prevé que la inflación suba este año un 0,7%, frente al 1,3% estimado en diciembre, mientras que en 2017 los precios aumentarán un 2,1% en vez del 2,5% previsto. Para 2018, el banco central espera una inflación del 2,9% en vez del 3% estimado en diciembre.

En cuanto a la evolución del PIB, el Riksbank ha revisado una décima a la baja su pronóstico para 2016 y 2017, cuando espera que la economía sueca crecerá un 3,5% y un 2,9% respectivamente. Por otro lado, la entidad también se muestra menos optimista en cuando a la evolución de los tipos de interés de referencia, que ahora no prevé que vuelvan a estar en terreno positivo antes de 2018, cuando espera que se sitúen en el 0%.

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