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El beneficio del Banco Popular cae un 68% en 2015 por las ‘cláusulas suelo’

La entidad destina 350 millones a cubrir el posible impacto de esas hipotecas

Íñigo de Barrón
El consejero delegado del Banco Popular, Francisco Gómez.
El consejero delegado del Banco Popular, Francisco Gómez.

El Banco Popular obtuvo un beneficio atribuido de 105,4 millones, un 68,1% menos que en 2014, tras provisionar 350 millones para cubrir posibles devoluciones a los clientes a los que se quiten las cláusulas suelo desde mayo de 2013 si los tribunales lo determinan. Excluyendo este cargo, el banco hubiera ganado un 6,1% más que en 2014. Pese al recorte de gastos y de las provisiones ordinarias, descienden todos los márgenes por la bajada de tipos y la caída del crédito en un 1,2%.

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Ángel Ron, presidente del Popular, explicó que la entidad ha decidido asumir de golpe todo el coste de la devolución de las cláusulas suelo (el mínimo al que se cobra el préstamo aunque desciendan más los tipos) de sus hipotecas. Aprovechó el castigo que ya sufre el Popular en la Bolsa y el sentimiento negativo del mercado hacia los bancos para soltar lastre ya que era difícil esperar bajadas adicionales tras esta mala noticia. El Popular subió ayer un 6,95%, pese a que anunció que iba a ganar 400 millones en 2015 y obtuvo 105. Además de la provisión de las cláusulas suelo, el Popular dotó 53 millones por la quiebra de Abengoa y 14 millones más por las pérdidas en la Sareb.

Ron aseguró que han realizado esta provisión pese a que la sentencia del pasado 21 de enero del Tribunal Supremo, que consideró “abusivas las condiciones de los contratos”, no le obligaba a hacerlo. La entidad ha calculado el efecto de retrotraer las cláusulas hasta mayo de 2013, fecha establecida por el Supremo. “No creemos que ningún tribunal, ni de España ni de Europa, pueda obligar a devolver las cláusulas desde el inicio del crédito”, afirmó Ron. Desde hoy el Popular quitará los suelos a todas las hipotecas, excepto unas 100.000 que quedan al margen de las sentencias. Dejará de ingresar unos 80 millones anuales, el 3% del margen financiero.

Al margen de estos sobresaltos, la cuenta de resultados sigue a la baja comparada con la de 2014 por la caída de tipos, los menores ingresos por comisiones, la caída de operaciones financieras y el menor volumen de negocio. Ni el recorte de gastos (un 7,1%), ni el descenso de las provisiones ordinarias (un 39%), compensan esos descensos.

Ron se mostró optimista para 2016 porque espera que se reduzcan las entradas de morosos, que sigan cayendo las provisiones y, sobre todo, porque confían en deshacerse de 4.000 millones entre activos inmobiliarios improductivos (herencia de la burbuja), aprovechando la mejora del mercado, y otros 4.000 millones en créditos impagados, si llegan a acuerdos con firmas especializadas. Esto supone duplicar los activos inmobiliarios vendidos en 2015.

Francisco Gómez, consejero delegado, también anticipó mejoras por el negocio con pymes, donde cuenta con un 17% de cuota (la misma que en 2014) y el negocio de consumo. El Popular creará una división para este negocio de consumo y buscará un socio al que vender la mitad de las acciones para obtener ingresos extraordinarios.

El capital de máxima calidad, CET 1 fully loaded, se sitúa en el 10,86%, por encima de lo exigido por los mercados, aunque la rentabilidad sobre recursos propios ha caído al 0,83%. El banco perdió 29 millones por su participación en la salida a Bolsa de Bankia. La entidad estudia reclamar este dinero en los tribunales tras la última sentencia del Supremo que afirma que hubo “graves inexactitudes” en el folleto.

Ron dibujó un escenario “desafiante” para 2016 por la caída del crecimiento mundial, la crisis de los emergentes y la incertidumbre política. Sobre la situación política, Ron aseguró que “la incertidumbre derivada de la inestabilidad política y la posible inseguridad jurídica están condicionando estos primeros días del año”. Afirmó que España se encuentra ante “una oportunidad única de asegurar un crecimiento económico prolongado que mitigue los excesos de la crisis pasada si se mantienen las reformas”.

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Sobre la firma

Íñigo de Barrón
Es corresponsal financiero de EL PAÍS y lleva casi dos décadas cubriendo la evolución del sistema bancario y las crisis que lo han transformado. Es autor de El hundimiento de la banca y en su cuenta de Twitter afirma que "saber de economía hace más fuertes a los ciudadanos". Antes trabajó en Expansión, Actualidad Económica, Europa Press y Deia.

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