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La incógnita de los 1.237 millones de las instituciones

Las grandes firmas que entraron en la entidad con la salida a Bolsa podrían pleitear

Íñigo de Barrón

La CNMV obligó a que los inversores institucionales estuvieran presentes en la salida a Bolsa de Bankia como una prueba de que el precio era adecuado, ya que se entiende que comprenden perfectamente el riesgo que asumen.

La realidad fue que la mayoría de las instituciones que compraron acciones en julio de 2011 lo hicieron tras recibir llamadas de altas instancias “porque era una cuestión de Estado y una prueba de que la economía y el sistema financiero se recuperaban”, como ahora reconocen varios ejecutivos de las empresas compradoras. En total destinaron 1.237 millones, de lo que algunas admitieron haber perdido el 80% tras su venta.

La nueva sentencia del Supremo abre una vía para que las empresas también reclamen su dinero. Algunas de ellas, como Mapfre, reconocieron que intentarán recuperar su dinero por todos los medios legales como una obligación ante sus accionistas. “Si no lo hiciéramos”, dijeron en la aseguradora, “podríamos ser demandados por los accionistas”.

La Audiencia Nacional ha mantenido hasta ahora que los institucionales tienen elementos adicionales para tomar decisiones distintas de los del folleto por lo que quedaban fuera de la demanda.

Mapfre, que fue y sigue siendo socia de Bankia, invirtió 280 millones; el Santander 150; CaixaBank 100; Telefónica 80; Gestamp-Gonvarri 60; Iberdrola 50; Banco Popular 30; Banco Sabadell 30; Mutua Madrileña 25; ACS 25; Acciona 20; Renta4, 20; DISA 20; Ferrovial 20; Grupo Villar Mir 20; Abengoa 10; ENCE 7; Isolux 6; Aldeasa 5; Banca Cívica (propiedad de CaixaBank) 5; la ONCE 4; El Corte Inglés, 4; Prosegur 4; Porcelanosa 3; el Grupo Fuertes 3; BMN 3; la CAM 3; Festina 2 y la CECA 2, según un listado que publicó El Confidencial. El único que se resistió a la presión fue el BBVA, que nunca creyó en el proyecto de salvación de Rodrigo Rato.

Además, Bankia usó filiales para comprar acciones: Altae (unos 43 millones), Arcalia 12,5, Caja Madrid Pensiones 12 y Bankia Fondos 8 millones. Los clientes de estas firmas pagaron con sus ahorros el hundimiento de los títulos de Bankia, en un caso evidente de falta de independencia en la gestión.

Además, Caser, propiedad de las cajas de ahorros, 5,75 millones, y Aviva, 3,5. La Cámara de Comercio de Madrid, presidida por Arturo Fernández, consejero de Bankia y usuario de las tarjetas black, 12 millones. Entre sus competidores también levantó interés: Ibercaja adquirió 11 millones, Ahorro Corporación, 10, y otros inversores profesionales como Amber Capital, 40; DiamondBack 17,5; Swisscanto 6; BlackRock, 5; Dexia 2,5, y Tudor 1,5 millones. Quizá desde hoy están más convencidos de que pueden ir a los tribunales por engaño. 

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Sobre la firma

Íñigo de Barrón
Es corresponsal financiero de EL PAÍS y lleva casi dos décadas cubriendo la evolución del sistema bancario y las crisis que lo han transformado. Es autor de El hundimiento de la banca y en su cuenta de Twitter afirma que "saber de economía hace más fuertes a los ciudadanos". Antes trabajó en Expansión, Actualidad Económica, Europa Press y Deia.

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