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China y la volatidad de los mercados, el elefante en la habitación de Davos

Los hombres de negocios no ocultan sus dudas sobre el análisis tranquilizador de Pekín

Alicia González

China se ha convertido en el elefante en la habitación de la cumbre de Davos, no hay conversación en la que no aparezcan las preocupaciones con origen o destino el gigante asiático. En pocas ediciones los directivos que acuden a la cita del Foro Económico Mundial en la estación suiza han estado tan pendientes de la apertura y el cierre de los mercados en sus smartphones como en la reunión de este año. "En esas circunstancias, es comprensible el tono tan sombrío que se percibe en esta ocasión", explica un directivo más pendiente de cerrar acuerdos con los múltiples clientes potenciales que coinciden aquí estos días. Muchos de los asistentes han perdido considerables fortunas en estas jornadas fuera de la oficina.

Los responsables políticos y empresariales chinos insisten a cualquiera que quiera oírles en que se trata de la transición del modelo de crecimiento más dirigido a la demanda interior pero que el proceso de reformas está en marcha y que la volatilidad de los mercados chinos es temporal. "China ha alcanzado un punto de no retorno, el país necesita profundizar en las reformas para evitar caer en la trampa de los países de ingreso medio", aseguraba Jiang Jianqing, presidente del Banco Industrial y Comercial de China. "No podemos seguir dependiendo de la inversión, necesitamos apostar por la innovación y las reformas económicas para hacer frente a la nueva fase de crecimiento".

Hasta la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, hacía un llamamiento a la calma e insistía en que "cierta volatilidad es positiva porque significa que se avanza hacia una economía más dirigida por el mercado". Pero lo cierto es que no pocas voces entre los economistas reunidos en Davos critican el papel del organismo en la actual inestabilidad financiera, por instar China a liberalizar sus mercados sin contar con las estructuras ni el conocimiento necesario para ello.

Los hombres de negocios no ocultan sus dudas sobre ese análisis y recalcan que hay datos que abonan el pesimismo. El presidente de Bridgewater, Ray Dalio, llamaba la atención, durante una intervención en el Foro, sobre la caída de las reservas chinas en 500.000 millones de dólares en 2015. "Tradicionalmente una pérdida de reservas del 10% se ha visto acompañada de una depreciación de la divisa del 25%. No tiene por qué pasar en esta ocasión pero hay que estar alerta", apuntó. Para Gary Cohn, presidente de Goldman Sachs, es una transición difícil para cualquier país, a lo que se suman los cambios derivados de la era digital y la falta de liquidez del mercado en el mundo poscrisis. "El cambio de modelo significa que el gobierno pasa a tener menos control sobre el crecimiento económico", recalcó.

La consejera delegada de Soho China, Zhang Xin, "hay una completa divergencia entre lo qwue sucede en la Bolsa y lo que está pasando en la economía.

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Sobre la firma

Alicia González
Editorialista de EL PAÍS. Especialista en relaciones internacionales, geopolítica y economía, ha cubierto reuniones del FMI, de la OMC o el Foro de Davos. Ha trabajado en Gaceta de los Negocios, en comunicación del Ministerio de Economía (donde participó en la introducción del euro), Cinco Días, CNN+ y Cuatro.

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