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Irán lleva el crudo por debajo de los 30 dólares

El 'brent' cae un 6% y eleva su caída hasta el 22% en las dos primeras semanas de 2016

Ignacio Fariza
Imagen de archivo de un petrolero maltés que porta crudo iraní en las costas de Singapur.
Imagen de archivo de un petrolero maltés que porta crudo iraní en las costas de Singapur.TIM CHONG (REUTERS)

Nueva réplica del terremoto que sacude los cimientos del mercado petrolero. El barril de crudo brent, la referencia europea, cayó ayer por debajo de los 30 dólares por el temor al inminente regreso de Irán a un mercado ya de por sí sobreofertado. La República Islámica ultima sus planes para recuperar su cartera de clientes perdida con las sanciones occidentales y prepara un incremento de medio millón de barriles en sus bombeos diarios, hasta los 3,4 millones previos al veto.

Jornada tras jornada, el mercado parece empeñado en dar la razón a los más agoreros. Cuando en febrero del año pasado el máximo responsable de materias primas de Citigroup, Edward Morse, pronosticó que el barril de crudo se acercaría a medio plazo a los 20 dólares, un buen número de analistas dudaron de sus cálculos. Por aquel entonces, el barril de crudo cotizaba a 60 dólares tras haber perdido casi la mitad de su valor en un año y muchos empezaban a ver cercano el suelo del mercado. Hoy, el atrevimiento de las casas de análisis se torna en cautela: la fecha de caducidad de los desplomes no debería estar muy lejana —la segunda mitad del año, dicen ahora— pero los pronósticos de Morse ya no suenan estrambóticos. Y hasta bancos de inversión de la talla de Goldman Sachs o Morgan Stanley, trasatlánticos financieros capaces de mover el mercado, se han subido en marcha al tren de los bajistas.

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La riquísima Noruega sufre por el petróleo barato

La vuelta de Irán a la primera liga petrolera mundial no será inmediata —primero han de levantarse definitivamente las sanciones, algo que podría suceder tan pronto como el próximo lunes, y luego el país persa tendría que engrasar de nuevo su maquinaria exportadora—, pero su mero acercamiento temporal y la certeza de que Teherán no escatimará en descuentos a sus potenciales clientes para recuperar la cuota de mercado perdida, han sido suficientes para desencadenar una nueva fase en la tormenta de precios.

Con el descenso del 6% ayer, el brent se deja un 22% en lo que va de año. Pero ni siquiera su cotización diaria refleja con fidelidad todo el desplome. Algunos contratos privados, como los firmados entre primer exportador mundial, Arabia Saudí, y varios países asiáticos, están por debajo de los 26 dólares, un nivel inédito desde 2002 si se tiene en cuenta la inflación.

Países y empresas productores, grandes damnificados

Con los precios por los suelos, los productores empiezan a pagar sus consecuencias. Venezuela declaró ayer el estado de emergencia económica; el déficit público del 15% ha obligado a las autoridades saudíes a revisar todas sus partidas de gasto no recurrente y a poner el cartel de se vende a la gran joya del país árabe, la petrolera estatal Aramco; Rusia ultima un plan de recorte presupuestario del 10% y hasta la riquísima Noruega admitió ayer que su industria petrolera se encuentra “en crisis”. “El crash financiero de 2008 no fue nada en comparación con esto”, zanja Teodor Sveen Nilsen, de Swedbank, en declaraciones a Bloomberg.

Las inversiones de las empresas del sector también han sufrido una dentellada proporcional al desplome en los precios. Un estudio publicado esta semana por la consultora estadounidense Wood Mackenzie cifra en 380.000 millones de dólares (346.000 millones de euros) el desembolso de capital pospuesto entre 2016 y 2020. En concreto, hasta 68 grandes proyectos se habrían visto afectados por este tijeretazo. “Las petroleras han priorizado sus gastos para sobrevivir con los actuales precios del petróleo”, zanja Angus Rodger, uno de los autores del documento.

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Sobre la firma

Ignacio Fariza
Es redactor de la sección de Economía de EL PAÍS. Ha trabajado en las delegaciones del diario en Bruselas y Ciudad de México. Estudió Económicas y Periodismo en la Universidad Carlos III, y el Máster de Periodismo de EL PAÍS y la Universidad Autónoma de Madrid.

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