EE UU redujo el crecimiento a la mitad en el tercer trimestre

La economía de Estados Unidos creció entre julio y septiembre a una tasa anualizada del 2%. La lectura definitiva de la evolución del producto interior bruto en el tercer trimestre queda así solo una décima menos de lo indicado hace un mes y confirma que la expansión se moderó a la mitad cuando se compara con el 3,9% registrado en el pasado verano, antes de las tensiones en los mercados.

El consenso en Wall Street anticipaba que se moderara el crecimiento al 1,9%. El indicador, por tanto, está en línea con la previsión. La revisión a la baja se explica por un descenso en el valor de los inventarios y a la balanza comercial. El resto de componentes se mantuvieron más o menos igual. El consumo privado creció un 3% mientras que la inversión empresarial subió un 2,6%.

Lo previsible es que esta tendencia se mantenga en el cuarto trimestre, lo que a su vez muestra la dificultad que tiene EE UU para crecer por encima del 3% una década después de la última expansión. El ritmo de crecimiento medio en los primeros nueve meses del año fue del 2,2% y se espera que se mantenga en el 2% cuando acabe acabe el año.

El dato final de crecimiento se publica una semana después de que la Reserva Federal iniciara el proceso hacia la normalización de la política monetaria, con un simbólico incremento de un cuarto de punto en los tipos de interés. Pero la expansión sigue siendo moderada e irregular seis años y medio después de concluir la Gran Recesión. Por eso el paso del encarecimiento del dinero será gradual.

La previsión de la Fed es que la actividad económica cierre el año con un crecimiento del 2,1% y que de ahí repunte tres décimas, al 2,4% en 2016. Es más de medio punto por debajo del potencial de crecimiento en la pasada expansión. El paro, entre tanto, bajará del 5% al 4,7%, con lo que el mercado laboral estará en una situación de pleno empleo. La inflación no llegará al 2% hasta 2017.

Aunque el primer alza de tipos en nueve años y medio fue recibida con alivio en Wall Street, la recta final del año está siendo volátil en el parqué, en gran medida por el efecto lastre del desplome en el precio del petróleo. También hay incertidumbre sobre el curso que va a seguir la política monetaria a partir de ahora, que será muy dependiente de la evolución de los datos económicos.