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Repsol acelera la venta de sus activos

La petrolera se adelanta al plan estratégico 2016-2020 y alcanza ya la tercera parte de los 6.200 millones previstos en desinversiones antes de que comience

Miguel Ángel Noceda

El pasado 15 de octubre, festividad de Santa Teresa, el grupo Repsol presentó el Plan Estratégico 2016-2020 y se encomendó a la santa de Ávila para cumplir las ambiciosas propuestas: reducir la deuda a la mitad (de cerca de 13.000 millones a 6.500), recortar las inversiones y los gastos y asegurar el reparto de dividendo (fijado en un euro) y la calificación crediticia, situada en torno a la triple B, lo que significa un grado medio.

El plan, que nació determinado por la incorporación al grupo de Talisman y con la presión de un petróleo a precios muy bajos y por tanto poco rentables para las compañía (se hizo con escenario ácido de 50 dólares), incluyó desinversiones por valor de 6.200 millones de euros, con las que poder hacer frente a todos esos objetivos. De esa cantidad, la mitad estaba prevista para el periodo 2016-2017 y la otra para el resto del periodo que contampla el plan.

Sin embargo, la compañía ha acelerado la maquinaria y ya ha alcanzado la mitad de los 3.100 previstos para esos dos años antes de que comience el plazo con la venta de activos no vinculados al precio del crudo. Las desinversiones contabilizadas corresponden a la venta de las dos terceras partes de su negocio de gas canalizado (propano) a Gas Natural Distribución y Redexis Gas por 651,5 millones de euros el pasado septiembre; la venta de activos en Alaska a Amstrong por una cantidad similar en octubre y el reciente acuerdo con la noruega Statoil, que le supone unos ingresos de 350 millones.

Pero a esa cifra es muy probable que se añadan al menos otros 300 millones por la venta del resto de activos de gas canalizado que quedó por vender en septiembre y que la compañía está a punto de cerrar la operación, que puede ser a varias bandas. Estas redes se ubican en Madrid, País Vasco y extremadura y varios grupos españoles y extranjeros habían mostrado interés en pujar por ellos como Naturgas, Madrileña Red de Gas y Gas de Extremadura, entre otros. En definitiva, alcanzaría los 2.000 millones de euros.

Además, esta misma semana canceló bonos de Talisman por valor de 1.386 millones de euros de valor nominal que tendrán un efecto positivo, antes de impuestos, superior a los 200 millones en los resultados de Repsol en 2015. Adicionalmente, obtendrá unos ahorros antes de impuestos 59 millones anuales por el menor pago de intereses, por lo que supera los 900 millones de euros por la desaparición del pago de los intereses a liquidar durante la vida de los bonos y del valor capturado por la recompra.

Es decir, el grupo presidido por Antonio Brufau está en posición de iniciar el plan estratégico con una parte de los deberes hechos. Lo que ha dejado claro en las ocasiones que ha tenido oportunidad es que entre los activos en venta no figuran el 30% que tiene en Gas Natural Fenosa, que le genera buenos rendimientos, y la filial Butano, donde el comité de empresa ha convocado una huelga de 53 días desde el 24 de diciembre para exigir la preservación del empleo y un plan de viabilidad.

El reto ahora se centra en lograr los objetivos, sobre todo después de haber sido reconocida como Mejor compañía energética del año por la agencia especializada Platts en la gala de los Premios Globales de la Energía, celebrada en Nueva York. Sin embargo, el contexto es muy desfavorable, con el precio del barril de petróleo por debajo de los 40 dólares, cuando el plan está diseñado con una previsión de 50 dólares (también contempla otro que va desde los 65 dólares en 2016 a los 90 dólares en 2020). El consejo delegado del grupo, Josu Jon Imaz, que precisamente se estrenó en público con la presentación del citado plan estratégico, reseñó entonces que elevaría el dividendo (de un euro con la posibilidad de cobrarlo en efectivo o en acciones) si el precio del crudo superaba esos 50 dólares y siempre y cuando no trastocase el objetivo primordial de reducir la deuda.

Las perspectivas a corto plazo no indican precisamente que vaya a apreciarse, por lo que la empresa no tendrá que hacer el esfuerzo para satisfacer a los accionistas, de los que CaixaBank (11,52%), Sacyr (8,7%) y el fondo Temasek de Singapur (casi el 6%) con los principales y forman el núcleo estable del consejo de administración.

El objetivo del plan, que el grupo denominó Valor y Resiliencia, es que el grupo alance un resultado bruto (ebitda) de 11.500 millones al final del periodo, con un ahorro de gastos de 7.500 durante los cinco años y unas inversiones de 23.000, un 40% menos que en el periodo anterior.

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Sobre la firma

Miguel Ángel Noceda
Corresponsal económico de EL PAÍS, en el que cumple ya 32 años y fue redactor-jefe de Economía durante 13. Es autor de los libros Radiografía del Empresariado Español y La Economía de la Democracia, este junto a los exministros Solchaga, Solbes y De Guindos. Recibió el premio de Periodismo Económico de la Asociación de Periodistas Europeos.

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