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Columna
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Más afiliados, pero menos ingresos para la Seguridad Social

La Navidad puede ser muy buena debido al efecto en la contratación de las elecciones

En octubre las afiliaciones a la Seguridad aumentaron en 31.600, ligeramente por encima de lo previsto y algo más de lo que lo hicieron en el mismo mes del año anterior. Al eliminar la estacionalidad y otros elementos atípicos, el aumento alcanzó 44.000 (más de 500.000 en términos anualizados). Esta última cifra, que hay que valorar dentro de unos márgenes de error, supera la registrada en los meses centrales del año, en los que se produjo una pérdida de dinamismo respecto a los meses finales del pasado año y primeros del actual (gráfico 1).

Como hemos comentado en varias ocasiones al analizar esta estadística, el fuerte crecimiento del empleo en esos meses se vio favorecido por la cercanía de las elecciones autonómicas y locales, con el consiguiente aumento temporal del gasto en obras públicas y en contratación de personal, lo que explica el tirón de las afiliaciones en los sectores de la construcción y de los servicios de no mercado (gráfico 2). Pasadas las elecciones, gran parte de esos empleos se perdieron, con lo que el ritmo de crecimiento de la afiliación total se desaceleró. Ello es totalmente coherente con el menor crecimiento del PIB que el INE ha adelantado para el tercer trimestre.

Las afiliaciones de los dos últimos meses nos indican que esa fase de desaceleración concluyó, con lo que el ritmo de crecimiento de la afiliación se ha estabilizado a una tasa anualizada del orden del 2,7% e incluso apunta tímidamente al alza. Si esto fuera así (lo veremos cuando dispongamos de los datos de los próximos meses), es posible que la moderación del crecimiento de la economía no prosiga en el cuarto trimestre. De nuevo las elecciones generales pueden jugar a favor, además del aumento de la renta disponible de las familias que ha supuesto el adelanto de la rebaja del IRPF prevista para 2016 a este año y la nueva bajada de los precios de la energía. La temporada navideña puede ser muy buena. En contra puede actuar el debilitamiento de la demanda externa y su impacto en las exportaciones y en la producción industrial, como indican el índice de clima industrial y los PMI de octubre.

Si la comparación de la afiliación la hacemos respecto al mismo mes del año anterior, el aumento es del 3,2% (531.000 afiliados), tasa cercana a la del PIB. El problema es que este aumento no se está traduciendo en una mejora de las cuentas del Sistema de la Seguridad Social. Estas cerraron 2014 con un déficit (diferencia entre ingresos devengados y obligaciones contraídas) de 13.950 millones de euros. El objetivo para 2015 era reducirlo a 6.400 millones, un 0,6% del PIB. Sin embargo, el acumulado en los doce últimos meses hasta septiembre suma 16.400 millones, un 1,5% del PIB (gráfico 3), siendo previsible que al final del año alcance los 17.000 millones. Como ha puesto de relieve la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal en su reciente opinión sobre este tema, la causa principal de esta notable desviación es que los ingresos por cotizaciones sociales (excluyendo las que hace el Estado por los desempleados) crecen un 2,5% en vez del 8,6% previsto en los presupuestos, tasa que ya pareció en su día muy optimista. Por otra parte, este previsible cierre del año actual hace prácticamente imposible que se cumplan las cifras contempladas para 2016 (déficit del 0,3% del PIB), ya que las mismas están hechas bajo el supuesto de que en 2015 se van a obtener los ingresos previstos por cotizaciones y que estos, además, crecerán un 8,3%, tasa de nuevo muy por encima de lo que puedan crecer las remuneraciones salariales.

Esta, junto a la desviación al alza que registra el déficit de las CC AA, es la causa principal de que el déficit público total de este año y el próximo vaya a superar con una elevada probabilidad los respectivos objetivos del 4,2% y 2,8%, como ha estimado prudentemente la Comisión Europea en las previsiones de otoño publicadas esta semana (gráfico 4).

Producción industrial

Entre los indicadores publicados esta semana, conocimos el Índice de Producción Industrial de septiembre. Su crecimiento mensual, corregido de calendario laboral y estacionalidad, fue elevado, un 1,2%, si bien este aumento hay que valorarlo conjuntamente con la caída del 1,4% que se produjo en agosto.

Este último es un mes con una elevada estacionalidad, cuya corrección de forma satisfactoria siempre es problemática. Tomando el conjunto del tercer trimestre, la producción industrial aumentó un 2,4% en tasa anualizada sobre el trimestre anterior, aumento notablemente inferior al 6,8% que registró dicho trimestre. Así pues, la industria sería uno de los sectores que habrían provocado la desaceleración del PIB en este trimestre. Los indicadores adelantados disponibles para octubre, como son el Índice de Clima Industrial y el PMI manufacturero apuntan a que la moderación del crecimiento del sector va a continuar durante el cuarto trimestre.

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Ángel Laborda es director de coyuntura de la Fundación de las Cajas de Ahorros (FUNCAS).

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