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Volkswagen tiene su nuevo control de emisiones bajo sospecha en EE UU

La agencia de protección del medio ambiente de EE UU debe determinar si el dispositivo de control en los modelos diésel de 2016 es legal

Planta de ensamblaje del modelo Golf de Volkswagen en Alemania
Planta de ensamblaje del modelo Golf de Volkswagen en AlemaniaTOBIAS SCHWARZ (AFP)

La retirada por parte de Volkswagen de la solicitud para vender nuevos modelos diésel en Estados Unidos tiene una explicación. El fabricante alemán acaba de comunicar a la agencia para la protección del medio ambiente que instaló un sistema auxiliar para controlar las emisiones en los modelos 2016. La venta de esos coches está suspendida desde hace tres semanas hasta que se dé con una alternativa aceptada por los reguladores.

Volkswagen admite que el nuevo diseño del sistema de control de las emisiones es más eficaz, lo que permite superar el examen de los reguladores con más facilidad. Es algo que ya insinuó el consejero delegado de la compañía para América, Michael Horn, en su testimonio la semana pasada ante el Congreso de EE UU. La compañía, cuya actuación está bajo sospecha, deja claro que es un sistema diferente y que no está diseñado para evitar los límites.

En su comparecencia ante la comisión de Energía y Comercio de la Cámara de Representantes, anunció que se retiraba la solicitud para obtener la homologación que se necesita en EE UU para comercializar nuevos modelos diésel. Los dos representantes de la agencia que intervinieron después del ejecutivo dieron a entender que se estaba investigando si el dispositivo estaba presente en más coches, además de los vendidos desde 2008.

De acuerdo con los detalles revelados ahora por Volkswagen, el sistema auxiliar operaba de una manera diferente en los modelos 2016. El dispositivo alternativo instalado en los motores de última generación hace que el catalizador se caliente más rápido y eso permite separar mejor los gases contaminantes de los que no son dañinos para la salud. Además de reducir las emisiones, consigue un mejor rendimiento del vehículo.

La agencia de medio ambiente debe determinar si este sistema auxiliar de control es legítimo. Los ingenieros de Volkswagen en Alemania deben facilitar información adicional sobre su funcionamiento, porque no está claro si se activa solo en el momento de la prueba. Horn indicó que se está trabajando con las autoridades en EE UU para conseguir que la solución al problema se autorice cuanto antes y así poder retomar las ventas

Los investigadores en Estados Unidos están, en paralelo, tratando de determinar cuántos individuos están envueltos la decisión que llevó a la instalación de estos dispositivos, para exigir responsabilidades por el fraude. Michael Horn garantizó la semana pasada ante el Congreso que la compañía facilitaría y habló de dos ingenieros en Alemania, sin revelar su nombre. Se teme, sin embargo, que sean bastantes más.

Volkswagen niega, de momento, informaciones que indican que los gestores implicados rondarían la treintena. Horn aseguró ante los legisladores en el Capitolio que en ningún caso fue una decisión corporativa. Entonces explicó que la dirección supo de la existencia del dispositivo el pasado 3 de septiembre aunque ya en mayo de 2014 sabían que había un problema con las emisiones.

Matthias Mueller, el nuevo consejero delegado de Volkswagen, tiene previsto abordar este jueves con el resto de los gestores el estado de la investigación interna y la estrategia que se debe seguir a partir de ahora. En la víspera, el hasta ahora consejero delegado de Skoda anunció que deja el grupo, lo que significa que se queda sin el sucesor para Michael Horn al frente de la región norteamericana.

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