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Brasil arrastra a Argentina

La crisis brasileña lastra la economía argentina, que crece sólo un 0.4%

Antonio Jiménez Barca
La presidenta argentina, Cristina Fernandez de Kirchnner y su ministro de Economía, Axel Kicillof
La presidenta argentina, Cristina Fernandez de Kirchnner y su ministro de Economía, Axel KicillofSTRINGER/ARGENTINA (REUTERS)

 El desplome de la economía brasileña, mucho más acelerado y estrepitoso de lo que se esperaba, con un retroceso del 3% durante este año, arrastra inevitablemente a su vecina Argentina en su caída. Aproximadamente el 50% de las exportaciones argentinas van destinadas a Brasil. De ahí que el Informe de Perspectivas del FMI presentado hoy en Lima, pronostique para Argentina para este año, una exigua subida del PIB de un 0.4% y augure, para el año que viene, un retroceso del 0.7%. La inflación, que este año flotará en torno a un 16,8% escalará en 2016 hasta un inquietante 25,6%.

La devaluación del real brasileño afecta, además de a las exportaciones, se han hundido ya un 26%, al turismo. Si hace unos años eran los brasileños, dueños de una moneda fuerte, los que llenaban los restaurantes argentinos, ahora ocurre al contrario. Mientras, Argentina, sumida en una campaña electoral que acabará el 25 de octubre, pendiente de elegir al sucesor del kirchnerismo, aguarda sin saber si después de las elecciones el vencedor se decidirá a devaluar a su vez el peso. Dada la crónica inflación argentina, es un paso delicado y ningún candidato ha revelado lo que va a hacer al respecto.

El retroceso chino también hiere a las exportaciones argentinas. Las épocas en las que el gigante chino crecía por encima del 9% han pasado a la historia. Con un crecimiento que este año no llegará al 7% y que el año que viene retrocederá quedándose en un 6,3%, China solicitará, entre otras cosas, menos minerales y menos soja procedentes de Argentina.

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Sobre la firma

Antonio Jiménez Barca
Es reportero de EL PAÍS y escritor. Fue corresponsal en París, Lisboa y São Paulo. También subdirector de Fin de semana. Ha escrito dos novelas, 'Deudas pendientes' (Premio Novela Negra de Gijón), y 'La botella del náufrago', y un libro de no ficción ('Así fue la dictadura'), firmado junto a su compañero y amigo Pablo Ordaz.

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