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El guardián de las uvas

La empresa Monet controla los viñedos en tiempo real para predecir enfermedades

"La enfermedad es lo que nos diferencia", dice Débora Franco, ingeniera de telecomunicaciones, sentada frente a un ordenador mientras comprueba cómo de sana está una vid a cientos de kilómetros de distancia. "Nosotros éramos investigadores puros en la universidad, pero no nos arrepentimos para nada de dejarlo y montar la empresa". La firma se llama Monet y está especializada en control sanitario de viñedos desde hace año y medio. Sus compañeros de viaje son otros dos telecos, José Antonio Gay y David Rey. La relación más próxima que tenían con las uvas era que un tío de David cultivaba un terreno junto al río Miño. Hoy ese viñedo les sirve para experimentar las mejoras de su sistema que luego ofrecen a sus clientes, de momento nueve bodegas de las denominaciones de origen gallegas (Martín Códax, Rectoral de Amandi, Valmiñor o Viña Costeira, entre otras) y un par de ellas de Ribera del Duero y Cigales.

Lo que aporta Monet a los viticultores es el mantenimiento y adaptación a sus necesidades de una plataforma informática de control en tiempo real de los viñedos. Con estaciones meteorológicas diseñadas por ellos mismos distribuidas en los puntos más característicos de cada parcela predicen la posibilidad de que aparezca una enfermedad en un punto determinado o el recorrido que esta puede tener por el terreno. "El cliente decide sobre qué rasgos quiere que le alerte el sistema o qué parámetros climatológicos quiere medir para, en función de ellos, planificar qué día y a qué hora es más adecuado aplicar un tratamiento o realizar un trabajo en la viña", explica Franco. Optimizan así el uso de productos fitosanitarios y el esfuerzo laboral de cada bodega para cumplir su lema, "controlar la calidad del vino desde el viñedo". Su sistema es accesible desde cualquier dispositivo portátil con acceso a Internet, ya que "el viticultor tiene que hacer mucho trabajo de campo, no puede perder tiempo en la oficina".

Monet es producto de diversas iniciativas públicas de lanzamiento y apoyo a start ups. El proyecto comenzaron a diseñarlo a finales de 2012, la empresa la crearon formalmente a comienzos del pasado año y, tras un buen puñado de premios, con su granito de financiación asociado en cada uno de ellos, hoy Monet da trabajo a los tres socios, una empleada, cuatro becarios y a otros dos especialistas externos subcontratados. Acaban de conseguir una línea de crédito ICO con la que consideran avalada su viabilidad. "En 2016 empezaremos a conseguir beneficios", aventura Franco.

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