_
_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

‘Politics’ frente a ‘policy’

En España se suele seguir en campaña aunque se gane con mayoría absoluta

Rafael Ricoy

En español no es fácil distinguir claramente entre “politics” y “policy”, como si lo hacen tanto los ingleses como los americanos, porque “política” cubre ambos términos. “Politics” es lo que tienden a hacer los partidos políticos durante la campaña electoral para poder ganar las elecciones, intentando atraer a los votantes indecisos, que cada vez tienden a ser mayores en número, por la mayor y creciente diversidad de las opciones políticas, o, en última instancia, intentando atraer a la gran mayoría de los votantes. Esto es lo que en ambos países llaman “Party Politics”.

“Policy” es lo que, el partido o alianza de partidos que ha ganado las elecciones, una vez que están en el gobierno, deben de proponer y hacer, a partir de ese momento, hasta las próximas elecciones. Esto es lo que llaman “Government Policies”. Es decir, la “Policy” o las “Policies” no intentan ya buscar o atraer votos, sino que, habiendo recibido un mandato claro para poder gobernar, tratan de resolver aquellos problemas reales del país que estén todavía pendientes, aplicando las políticas más adecuadas para que el país mejore y puedan ser reelegidos si consiguen tener éxito.

Más información
¿Es posible reducir la tasa de paro?
Efectos colaterales de la política del BCE
¿Tiene realmente futuro la zona euro?
¿Rebota la economía española?
Tipos casi a cero: quién gana y quién pierde

Esto no significa que, tras ganar las elecciones, los políticos traicionen a sus votantes, porque saben que tienen el deber de gobernar para todos los ciudadanos y no sólo para los que les votaron. Conforme se profundiza la democracia en aquellos países de mayor tradición democrática, las opciones políticas mayoritarias tienden a diferir menos entre sí, ya que intentan ocupar el amplio espacio del centro, del centro derecha o de centro izquierda, según el sesgo del partido ganador, para intentar ganarlas de nuevo.

En España, por el contrario, se distingue menos entre ambas formas de hacer política y tiende a predominar “Politics” sobre “Policy”, tanto durante la campaña electoral, como a veces durante parte de la legislatura, cuando han logrado mayorías absolutas. En español “politics” podría ser el equivalente de “politiqueo”, que no es el adecuado por su carácter peyorativo, y “policy” sería “política” a secas. De ahí que, “Politics” debería llamarse “política” (con minúscula) y “Policy”, “Política” (con mayúscula).

El politólogo Ivan Krastev ha definido, con gran preocupación, la situación política europea actual así: “Europa desarrolla cada vez más “Policies” en lugar de Politics” al nivel de la Unión Europea (UE), pero más “Politics en lugar de Policies” al nivel de cada estado miembro, lo que tiende a crear una situación de creciente inestabilidad política en algunos de sus estados miembros, que puede ser propensa a accidentes”. Esto ha ocurrido en varios estados miembros UE, que han tenido que ser rescatados.

Creo que es todavía más importante plantearse seriamente ambos conceptos ahora que, tras el drama de la llamada “Primera Gran Recesión del siglo XXI” han surgido, lógicamente, en casi todos los estados miembros de la UE, importantes movimientos políticos de corte “populista”, tanto de extrema izquierda, como de extrema derecha. Los de extrema izquierda, por la enorme pérdida de puestos de trabajo que tanto ha afectado a los jóvenes y por el gran aumento de la pobreza. Los de extrema derecha por su rechazo a la competencia creciente de los inmigrantes por los empleos escasos.

En la gran mayoría de los estados miembros del norte de la UE han predominado los movimientos populistas de extrema derecha y anti-inmigración y, en la gran mayoría de los estados miembros de la UE del sur, han predominado los movimientos populistas de extrema izquierda y/o anti sistema. Portugal es el único en el que no han surgido movimientos populistas nuevos, a pesar de haber sufrido una caída del PIB del 9,5%, entre 2009 y 2013, mayor que la del 7,2% de España. Quizá por ser un país pequeño y más “atlántico” que “nórdico” o “mediterráneo”.

En el norte de la UE, destacan los siguientes movimientos de extrema derecha con participación parlamentaria: En Reino Unido, UKIP que, con el 12,6% de los votos en las elecciones nacionales de 2015, sólo obtuvo un escaño de 650, por su peculiar sistema “first-past-the-post”, pero obtuvo 24 escaños de 751 en el Parlamento Europeo. En Francia, FN, Front National, que con un 13,6% de los votos en las elecciones de 2012, sólo ha conseguido 2 escaños de los 577 del Parlamento de Francia, pero ha conseguido 26 escaños de los 751 del Parlamento Europeo. En Bélgica, VB (Interés Flamenco) que, con el 20,5% de los votos, obtuvo 11 escaños en el Parlamento Belga y 18 escaños en el de Flandes. En Holanda, PVV (Partido por la Libertad) que, con 10,1% de los votos, obtuvo 15 escaños, pero con los de otros dos partidos afines: VVD y CDA, alcanza un total de 24 escaños, de los 150 del Parlamento Holandés.

En Dinamarca, el Partido Popular Danés ha alcanzado 25 escaños de un total de 179 y está apoyando al gobierno liberal-conservador en el poder. En Suecia, los Demócratas Suecos, con el 10% de los votos ha obtenido 49 escaños de los 349 de su Parlamento. En Finlandia, los Auténticos Finlandeses han conseguido el 19% de votos en 2011 y 38 escaños de un total de 200. En Noruega, el Partido del Progreso (FrP) con el 16,6% de votos en 2013, tiene 29 escaños de un total de 169. En Austria, el Partido de la Libertad (FPÖ), junto con la Alianza para el Futuro de Austria (BZÖ) alcanzan el 20,5% de los votos y 40 escaños de un total de 183. En Suiza, la Unión Democrática de Centro alcanzó, en las elecciones de 2011, el 21,1% de los votos y 54 escaños, de un total de 200.

Alemania es la gran excepción, ya que los partidos populistas de extrema derecha, como AfD y NDP, sólo tienen escaños en el ámbito regional de los länder. Pero el nuevo partido extremista La Izquierda (DL) heredero del SED de la antigua RDA, ha alcanzado 64 escaños, el 10,14% de los 630 del Bundestag. Sin embargo, debido a la gran coalición del CDU y el CSU (311 escaños) de Angela Merkel, con el SPD (193 escaños) y los Verdes (63 escaños) el peso relativo de DL es mínimo. En Hungría, Jobbik, ha alcanzado 47 escaños en un Parlamento de 199 y en Polonia, el CNR, Congress of the New Right, no obtuvo escaños, en las elecciones de 2011.

En el sur de la UE, destaca Italia que, siendo el Estado más largo de toda la UE, tiene, en el Norte, la Liga Norte (LN), un partido dominante de derecha y separatista y, en el sur, un partido de extrema izquierda, el Movimento Cinco Estrellas (M5S). Pero en las elecciones nacionales de febrero de 2013, la coalición de centro izquierda de Pier Luigi Bersani, del Partido Democrático (PD), obtuvo el 29,54% de los votos y 340 escaños de un total de 630, seguida de la coalición de derecha de Berlusconi (FI) con Lega (LN) y los Hermanos Italianos (FI) que, con el 29,18% de los votos, han conseguido, otros 124 escaños, frente a sólo el 25,6% de los votos del M5S y otros aliados, con 109 escaños.

En España, el nuevo populismo de derechas ha desaparecido, alcanzando sus cinco partidos en las europeas de 2014 sólo el 0,38% de los votos, mientras que el nuevo populismo de izquierdas de Podemos consiguió el 7,97%, 21 veces más. Asimismo, hay otros partidos regionales fuertes nacionalistas de izquierda, como Esquerra (ERC) en Catalunya, EH-Bildu en el País Vasco y Navarra, BNG y Mareas en Galicia y parte de Compromis en Valencia. Por último, ha surgido Ciudadanos un nuevo partido, de centro, que se ha situado, estratégicamente, entre los dos grandes partidos, el de centroderecha (PP) y el de centroizquierda (PSOE).

En las próximas elecciones generales de finales de 2015, veremos si tanto Podemos como dichos partidos nacionalistas regionales de izquierdas van a ir a más o a menos. Todo dependerá de si, como en Alemania e Italia, con anterioridad o posterioridad a las elecciones generales, se forman alianzas, coaliciones o acuerdos que eviten sesgos populistas o de si hay sorpresas tales como mayorías alcanzadas por el PP o por el PSOE, con Ciudadanos o si finalmente, los dos grandes partidos, PP y PSOE, acuerdan dejar gobernar a aquel que haya alcanzado el mayor porcentaje relativo de escaños totales, con apoyos puntuales del segundo. Esto supondría un acuerdo programático entre ambos, para una legislatura y con objetivos muy concretos.

Hasta ahora, debido a los efectos de la Ley D’Hondt, que favorece más a los dos grandes partidos nacionales, como el PP y PSOE y al mayor partido regional dentro de una comunidad autónoma, como han sido CDC y PNV, tanto el PSOE como el PP pudieron gobernar con el apoyo de ambos partidos cuando no lograron mayorías absolutas: el PSOE en 1989, 1993, 2004 y 2008 y el PP en 1996. ¿Serán en el futuro, Ciudadanos o incluso Podemos, los que decidirán, en última instancia, cuál de los dos grandes gobierna?

Guillermo de la Dehesa es presidente honorario del Centre for Economic Policy Research (CEPR) de Londres.

La agenda de Cinco Días

Las citas económicas más importantes del día, con las claves y el contexto para entender su alcance.
RECÍBELO EN TU CORREO

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_