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Drones: ni en bodas, ni en playas, ni en conciertos ni en manifestaciones

Fomento recuerda que el uso de estas aeronaves está prohibido en cualquier aglomeración pública con multas de 225.000 euros

Foto: AGENCIA_DESCONOCIDA | Vídeo: El País Vídeo
R. M.

Los drones están cada vez más de moda. Pero su uso por particulares está muy limitado. La Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA), dependiente del Ministerio de Fomento, ha publicado una serie de recomendaciones sobre el uso de los drones en actividades de ocio o recreativas, en el que recuerda que no se pueden usar en ninguna espacio donde haya aglomeraciones públicas, como “bodas, conciertos, manifestaciones, procesiones, parques o playas”.

El díptico publicado por la agencia estatal pretende concienciar a la ciudadanía de que “los drones no son juguetes, son aeronaves” y de que hay que utilizarlos "en los espacios adecuados y respetando las medidas de seguridad”.

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España cuenta desde hace un año con una normativa que regula el uso de los drones para actividades profesionales, que tienen que cumplir una serie de requisitos para poder operar con ellos. Sin embargo, Fomento señala que el uso de estas aeronaves pilotadas por control remoto es cada vez más popular entre los ciudadanos para actividades lúdicas o deportivas y aunque los requisitos para operar son diferentes de los del uso profesional, también hay que cumplir una serie de requisitos de seguridad.

La Agencia recuerda que el uso de un dron como hobby o vuelo recreativo no necesita habilitación de AESA, pero sí debe cumplir las normas de seguridad. En ese sentido, destaca que no se pueden volar drones en zonas urbanas y tampoco sobre aglomeraciones de personas.

Además, tampoco se pueden usar de noche, ni cerca de aeropuertos, aeródromos, helipuertos o donde se realicen vuelos con otras aeronaves a baja altura, como las zonas de parapente, ultraligeros, paracaidismo, etcétera.

Para usar un dron de forma lúdica no es necesario ser piloto, pero es necesario saber volar el aparato con seguridad, porque además de que no se puede poner en peligro a las personas en tierra y a otras aeronaves, los daños que cause el dron son responsabilidad de quien lo maneja. Asimismo, la normativa europea establece que ninguna aeronave podrá conducirse negligente o temerariamente de modo que ponga en peligro la vida o propiedad ajenas.

Finalmente, AESA recuerda que el uso imprudente de un dron puede tener consecuencias para otras personas y al piloto del dron que lo haga de forma indebida se le pueden imponer multas de hasta 225.000 euros.

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Sobre la firma

R. M.
Es periodista de la sección de Economía, especializado en Telecomunicaciones y Transporte. Ha desarrollado su carrera en varios medios como Europa Press, El Mundo y ahora EL PAÍS. Es también autor del libro 'España, destino Tercer Mundo'.

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