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China emitirá un billón de yuanes en bonos para estimular su economía

Lanza un programa de casi 150.000 millones de euros para financiar infraestructuras

Un campesino pasea frente a un complejo residencial de Kumming (provincia de Yunnan, sur de China).
Un campesino pasea frente a un complejo residencial de Kumming (provincia de Yunnan, sur de China).W. CAMPION (REUTERS)

Las autoridades chinas han vuelto a actuar de forma contundente ante las dudas que sobrevuelan el crecimiento de su economía. Pekín inyectará en los próximos tres años hasta un billón de yuanes destinados a financiar proyectos de infraestructura en el ámbito local. Se trata del enésimo intento del Gobierno de reavivar la economía del país, que creció un 7% durante los primeros seis meses de 2015 —la tasa más baja de los últimos 25 años— y encara una segunda mitad de año con la perspectiva de una ralentización aún mayor.

La cifra, equivalente a casi 150.000 millones de euros, se alcanzará mediante la emisión de bonos por parte del Banco de Desarrollo de China y el Banco de Desarrollo Agrícola de China, dos entidades que sirven de vehículo para financiar y gestionar las políticas del Gobierno. El primer tramo, de unos 300.000 millones de yuanes (unos 44.300 millones de euros) se emitiría de forma inmediata, según apunta la prensa oficial china. El resto se inyectará durante los próximos tres años y las autoridades no descartan que la cifra acabe siendo mayor si hay más proyectos que cumplen las condiciones para ser aprobados. Los fondos se dedicarán a la construcción de viviendas de protección oficial o la renovación de las que están en mal estado o a proyectos de mejora de la canalización del agua y el gas, entre otros.

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En pleno estallido de la crisis financiera internacional, China aprobó un plan de estímulo masivo valorado en cuatro billones de yuanes, cuatro veces más que la inyección actual. El dinero ayudó al país a capear los efectos de la crisis pero ha dejado como legado graves problemas financieros como los niveles de deuda de las administraciones locales. Según el plan, en esta ocasión será el Gobierno central quien asumirá la obligación y escogerá qué proyectos se llevan a cabo. La medida supondrá un salvavidas para muchas administraciones locales, ahogadas por la deuda y cuya principal fuente de ingresos ha sido la venta de tierras para la construcción, un sector también en horas bajas. Ante esta situación, Pekín permitió este año a los organismos locales empezar a emitir bonos, pero su baja rentabilidad no ha atraído a los inversores y muchas administraciones se ven incapacitadas para tirar adelante proyectos de calado en sus ciudades sin el apoyo financiero del Gobierno central.

La progresiva desaceleración de la economía china y el temor de que la bajada sea tan severa que repercuta en los niveles de empleo ha provocado la mayor intervención del Banco Popular de China (central) desde el año 2007. La autoridad monetaria ha tratado de impulsar el crédito mediante la rebaja, en cuatro ocasiones, de los tipos de interés de referencia y el recorte de los coeficientes de caja de los principales bancos del país. Pekín también intentó reavivar la actividad con un aumento del gasto para construir grandes infraestructuras, principalmente nuevas líneas de ferrocarril, carreteras y aeropuertos. Las medidas lograron que el crecimiento se mantuviera en el 7% en el segundo trimestre, aunque éste fue sostenido también por más de nueve meses de burbuja bursátil que estalló el mes pasado. Algunos expertos señalan que la debacle en los mercados y los malos datos de la industria manufacturera podrían amenazar el objetivo de crecimiento del PIB establecido por las autoridades para este 2015, también del 7%, algo que Pekín no está dispuesto a permitir.

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