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El coste de la vida reduce las diferencias de renta entre regiones

El nivel de vida varía hasta un 43% entre comunidades

Lluís Pellicer

El coste de la vida varía hasta un 43% entre autonomías. Esa es la diferencia entre la Comunidad de Madrid, donde el coste es más elevado, y Extremadura, donde lo es menos, según un informe presentado ayer por Jaume García, catedrático de la Universidad Pompeu Fabra. Pero esa brecha también acorta las diferencias de renta entre comunidades. El País Vasco es la más rica, con un PIB per cápita que casi duplica al de la más pobre. Si se tiene en cuenta el coste de la vida en cada territorio, esa comunidad sigue siendo la que tiene un mayor nivel de renta, pero las diferencias con la última, Andalucía, se reducen hasta el 54%.

El informe que presentó ayer Jaume García, expresidente del Instituto Nacional de Estadística (INE), estima las paridades de poder adquisitivo (PPA) para las comunidades autónomas con datos de 2012. Este indicador permite analizar el nivel de producción o bienestar, el coste de vida y la pobreza en una economía eliminando factores como la variación de precios. En España se habían hecho varias aproximaciones, la última de ellas dentro de los Cuadernos de información económica de la Fundación de las Cajas de Ahorros. El informe, encargado esta vez por la Generalitat de Cataluña, se basa en la “relación positiva” que existe entre el nivel de precios y el PIB per cápita y en una estimación del gasto de los hogares a partir de los datos del INE.

Sin aplicar ninguna corrección, el País Vasco es la región con mayor PIB por habitante, con 30.051 euros, mientras que Extremadura es la última, con 15.133 euros por ciudadano. La diferencia es del 98%, casi el doble. Si para estimar esa magnitud se tienen en cuenta las paridades de poder adquisitivo, el País Vasco (27.895 euros) sigue siendo la comunidad con mayor renta per cápita, pero Andalucía (18.058 euros) pasa a ser la última. Sin embargo, la diferencia entre la primera y la última comunidad se reduce del 98% al 54%, según el informe.

Jaume García expuso que del trabajo se desprende que hay “tres grupos diferenciados de comunidades según los valores de la PPA. El primero está formado por cuatro autonomías —Madrid, Navarra, Cataluña y País Vasco— cuyo coste de la vida está por encima del conjunto de España. A continuación, hay otro grupo de ocho comunidades donde es hasta un 10% inferior, que son Andalucía, Aragón, Baleares, Cantabria, Comunidad Valenciana, Galicia, Murcia y La Rioja. Y por último, hay otras cinco regiones donde ese indicador es entre un 10% y un 20% inferior a la media: Asturias, Canarias, Castilla-La Mancha, Castilla y León y Extremadura. La diferencia entre la primera comunidad de esa clasificación (Madrid) y la última (Extremadura) es del 43%.

El informe recuerda que el objetivo del cálculo de las paridades del poder adquisitivo se justifica “para una mejor aplicación de las políticas de cohesión regional”, de manera que las Administraciones puedan distribuir mejor los recursos entre zonas geográficas. Una de las magnitudes que se emplean es el PIB per cápita de cada territorio. Eso lleva a los autores, que reclaman que el cálculo de las PPA se convierta en una “estadística oficial”, a estimar el impacto que tiene el coste de la vida sobre ese indicador.

La clasificación por comunidades indica que la corrección implica que el PIB per cápita de las comunidades vaya convergiendo hacia la media española, de 22.297 euros. En cambio, el informe señala que “el orden de las comunidades autónomas” no varía “sustancialmente” cuando se tiene en cuenta el poder de compra de los ciudadanos. Los cambios “más importantes”, de acuerdo con el estudio, son los ascensos de Canarias (pasa de la 13ª a la 10ª posición) y La Rioja (de la 5ª a la 2ª) o los descensos de Cataluña (del 4º al 7º) y Madrid (del 2º al 5º).

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Sobre la firma

Lluís Pellicer
Es jefe de sección de Economía de EL PAÍS, donde ha desarrollado la mayor parte de su carrera. Ha sido corresponsal en Bruselas entre 2018 y 2021 y redactor de Economía en Barcelona, donde cubrió la crisis inmobiliaria de 2008. Licenciado en Periodismo por la Universitat Autònoma de Barcelona, ha cursado el programa de desarrollo directivo de IESE.

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